5 tips para fumigar tus gastos hormiga
“No sé en qué se me va el dinero”, “no puedo andar anotando o recordando cada compra chiquita que hago”, “no tengo tiempo para andar planificando los gastos”. Estas son frases típicas de quienes sufren sin notarlo durante mucho tiempo la enfermedad de los gastos hormiga, que refiere a aquellas erogaciones de dinero menos visibles pero más traicioneras en el ámbito de las finanzas personales.
De hecho, estos gastos imperceptibles pueden representar hasta el 25% de nuestro presupuesto mensual. De esta forma, quien recibe 30.000 pesos mensuales por su trabajo, puede sumar hasta 90.000 pesos anuales en gastos hormiga.
Algunos ejemplos de pequeños gastos que desaparecen mágicamente de la contabilidad son el taxi, las compras compulsivas, las membresías baratas que no utilizamos, las comisiones por uso cajeros automáticos de otro banco, los pequeños pagos en cuotas con la tarjeta de crédito, las tarjetas de crédito adicionales que se utilizan poco, el mantenimiento de cuentas bancarias que están de más, los seguros de salud para viajes que se pagan todo el año y se utilizan 1 mes, los cigarrillos, las comidas no siempre deseadas fuera de casa, las gaseosas al paso, los cafés al paso, llevar a lavar el auto muy seguido, la bijouterie, los pañuelitos descartables, los snacks y el billete de lotería.
¿Cómo hacemos para cambiar la realidad y darle un mejor destino a ese monto de dinero ciertamente importante? Estos 5 tips te ayudarán en la cruzada.
Tip 1: Tener una causa de ahorro
Fumigar los gastos hormiga puede resultar fácil o difícil. Depende en gran medida de encontrar una razón que nos impulse al cambio de conducta.
El objetivo no es únicamente dejar de perder en pequeñeces esos 90.000 pesos anuales sino transformar el egreso de dinero en un ingreso pasivo, en nuevas entradas de dinero sin realizar mayor esfuerzo.
De hecho, esas entradas podrían alcanzar los 24.300 pesos anuales si invertimos el monto total ahorrado en Lebacs, fondos comunes de inversión de renta fija, finanzas colaborativas y otro tipo de instrumentos disponibles en el mercado que ofrecen altas tasas de interés.
Transformar un egreso en un ingreso no es una quimera. Consiste simplemente en fijarse metas claras y trabajar día a día para alcanzarlas.
Tip 2: Planificar
Sé qué mil veces leíste notas sobre finanzas donde te recomiendan planificar, pero nadie te dice cómo.
Aplicar la regla 50/30/20 sobre tus ingresoses la manera más conveniente de fumigar los gastos hormiga: el 50% de tus ingresos debe destinarse a los gastos necesarios, el 30% a los gastos variables y el 20% restante al ahorro, que luego te permitirá obtener ingresos pasivos cada vez mayores.
También, el año pasado te compartí una planificación mes a mes que pude ser replicada sin problemas en este 2018.
Aplicar esta regla a rajatabla puede hacer que tu economía doméstica viva una revolución impensada tiempo atrás, una revolución positiva.
Tip 3: Llevar una contabilidad de tus gastos
Otro paso necesario en tus Finanzas Personales consiste en realizar un control estricto de cada peso que sale de tu bolsillo. ¿Debés anotar cada gasto por más pequeño que sea? Sí, no se pueden ignorar los gastos pequeños. Sin embargo, no se trata de una tarea eterna.
Mantener esta conducta durante dos meses, nos permitirá comprender cuáles son los gastos hormiga más dañinos para nuestra salud financiera y cortarlos de raíz, de modo de poder incorporar hábitos de consumo más amenos con nuestros intereses.
Tip 4: Diferenciar entre impulsos, hábitos y necesidades
Se dice que una persona es impulsiva cuando tiene cierta predisposición a reaccionar de forma inesperada, rápida y desmedida ante una determinada situación sin haber reflexionado lo suficiente ni haber evaluado las posibles consecuencias de sus actos.
El remedio contra este mal consiste en aplicar un “período de gracia” de 48 horas en toda compra que tengamos ganas de hacer. En la mayoría de los casos, transcurrido ese lapso entenderemos que no se trataba un gasto necesario y desistiremos de la compra.
Los hábitos esconden decisiones que tomamos de manera deliberada en algún momento de la vida y que luego abandonamos a la fuerza de la costumbre. En consecuencia, dejamos de poner atención en las razones que hay detrás de una conducta en particular y simplemente la repetimos.
Cuando esos hábitos implican gastos hormiga, necesitamos aplicar la “regla de oro”, que sostiene que para transformar un mal hábito en un buen hábito es necesario recuperar la vieja señal disparadora de una decisión y su recompensa, pero incorporando una nueva vía de automatización en el proceso.
Los gastos necesarios, por último, se vinculan con la vivienda, la obra social, la comida, los impuestos sobre "bienes necesarios" y el transporte, entre otros rubros.
Discriminar impulsos, hábitos y necesidades es fundamental para organizar nuestra economía doméstica.
Tip 5: Revisar bimestralmente los gastos automatizados
Por una cuestión de comodidad, solemos muchas veces colocar en débito automático impuestos y facturas que debemos pagar todos los meses con el fin de “olvidarnos” del asunto y evitar retrasos y cortes de servicio.
El problema es que muchas veces nos olvidamos tanto que dejamos correr durante meses o años débitos automáticos de servicios que prácticamente no utilizamos y que elevan sin sentido nuestro nivel de gastos.
Es más: hay gastos automatizados que incluyen costos extra a la larga muy nocivos, como la emisión en papel del resumen de cuenta, el mantenimiento de la cuenta corriente por un débito sin sentido o que podemos pasar a la caja de ahorro o la tarjeta, etc.
Controlar los gastos cada dos meses nos permitirá eliminar paulatinamente de nuestro ticket comisiones y otras yerbas vinculadas con los gastos hormiga.
Conclusión
“Cuidá los centavos que los pesos se cuidan solos” podría ser la frase de cabecera de quienes luchamos para erradicar los gastos hormiga de nuestra vida cotidiana.
Se trata de una labor impostergable que al cabo de unas semanas se sumará a tus hábitos saludables sin que lo notes. Te lo garantizo: significará un cambio importante en capital. Tendrás más dinero para ahorrar y para disfrutar de lo que de verdad vale la pena.