5 libros para conocer a Cormac McCarthy
Uno de los escritores más contundentes de la literatura estadounidense
Una de las obsesiones más poderosas de la literatura de Estados Unidos tiene relación con sus vastos espacios y la construcción de un gran relato americano. Está ahí desde un principio, en Moby Dick y en Mark Twain y, más tarde, en los westerns de John Ford. El huraño Cormac McCarthy (1933) es el representante contemporáneo de esa ambición, con sus novelas físicas, fronterizas y –en un original giro negativo– desesperanzadas. Hace unos pocos años, este autor que casi no da entrevistas anunció su abandono de la escritura con un curioso gesto: puso a remate la máquina en que mecanografió todos sus libros.
Meridiano de sangre
(1985)
McCarthy escribió cuatro novelas antes de Meridiano de sangre, pero es recién en esta narración irrefrenable donde consiguió el estilo que ya no lo abandonaría. La historia transcurre en el siglo XIX y se centra en un joven fugitivo, « el muchacho » (« El chaval », según la traducción peninsular) que se une a un grupo de mercenarios contratados para liquidar indígenas en la frontera con México. Brutal y desenfrenada como pocas novelas, Meridiano de sangre pone en jaque la violencia fundacional norteamericana sin necesidad de juzgar ni siquiera en una línea a sus indómitos personajes. Una difícil obra maestra.
Todos los hermosos caballos
(1992)
Primera parte de la Trilogía de la frontera, Todos los hermosos caballos es una áspera novela de vaqueros que, contra todo, deja lugar a escenas de amor. Tras la muerte de su abuelo, y ante la inminente venta del rancho familiar, el adolescente John Grady Cole se fuga con un amigo para seguir trabajando en lo que sus mayores habían hecho toda la vida. La historia transcurre a mediados del siglo XX, aunque por sus peripecias y paisajes podría ocurrir mucho antes. Historia donde los caballos son un factor valioso y decisivo, Todos los hermosos caballos es la novela de iniciación más inclemente de las que se tenga noticia. Las escenas de la cárcel donde Grady y su amigo Rawlins quedan detenidos son opresivas hasta el sofoco.
En la frontera
(1994)
En la frontera es la segunda parte de la Trilogía… (que en 1998 completaría Ciudades de la llanura). No repite personajes, pero sí paisajes y época. El joven vaquero en este caso se llama Billy Parham. Uno de los focos es la busca de una loba preñada que ralea el ganado, a la que Billy, su padre y, más tarde, su hermano Boyd buscan atrapar. La trama desplegará diversas tragedias y un final desolador, en que el protagonista, ya solo, retorna de México a Estados Unidos con un cadáver al que busca dar sepultura.
No es país para viejos
(2005)
Está lejos de ser la ficción más importante de McCarthy, aunque la versión fílmica de los Hermanos Coen –que ganó el Oscar a la mejor película en 2007– le haya dado una notoriedad extra. En todo caso, el escritor sureño por primera vez conjuga parte de sus ambientes más clásicos, los fronterizos, con problemas contemporáneos (el narcotráfico) y dispositivos tecnológicos (un rastreador en una valija llena de efectivo). Aunque el protagonista central, el viejo del título, es un sheriff de la vieja guardia, esta trepidante novela de persecución tiene otros dos criaturas contrapuestas e ineludibles: un hombre que encuentra de casualidad una fortuna tras una masacre y un implacable psicópata encargado de recuperarla.
La carretera
(2006)
¿Quieren que los vuelva a sorprender ?, debe de haberse preguntado McCarthy después del leve, pero asombroso, giro de No es país para viejos. Y por cierto sorprendió: La carretera, su obra final, es una novela posapocalíptica en que un padre y un hijo atraviesan gran parte de Estados Unidos para alcanzar el mar en la costa oeste, donde anida la promesa de una salvación. No se sabe bien qué cataclismo ocurrió, por qué quedó arrasada la tierra, pero sí que el camino está sembrado de toda clase de peligros, muy particularmente humanos. Una obra que es menos extraña de lo que aparenta: parece, en clave futurista, el complemento perfecto de Meridiano de sangre. En 2009 se llevó a la pantalla, con Viggo Mortensen como actor principal.