Vero Alfie: “Que la gente se sienta feliz”
Trabajadora, dinámica, siempre viendo lo que viene. Así es esta creativa, que lleva adelante su marca con éxito, vende sus diseños en Anthropologie y quiere anclar en el shopping
Vero Alfie es inquieta, siempre está viendo qué hacer, qué idea concretar, con proyectos. Le encanta hablar de su pasión: la moda. Coca light, grabador en on y una charla calórica. Para empezar, Alfie tiene un local a la calle en Palermo y 30 clientes al por mayor en todo el país. Además, exporta su ropa a Uruguay, Chile, Bolivia, Paraguay y Estados Unidos. Adora el handmade, el valor de lo artesanal, lo vintage. Ama lo que hace. Además, es una de las creadoras de Visiones, un seminario de tendencias que ya suma 20 ediciones, y es un gran referente en la materia a nivel nacional. No para. "Me defino como una hacedora de marcas y de proyectos más que una diseñadora. Trabajo con las necesidades del mercado. Y trato de no perder nunca el sentido común", se ríe. Quiere llegar al shopping pronto (posiblemente sea Alcorta) y armar un showroom en Estados Unidos. "Me llevó 12 años de marca. De carrera ya tengo 22. Me formé en las empresas como Yagmour, Vitamina y Alpargatas."
–Un año complicado, pero vos no podés decir que te fue mal…
–No. La verdad es que ya hace dos años buscamos diferenciarnos y tirar para arriba en cuanto a los materiales, cada vez con más diseño. Somos una marca chica y crecimos. El problema lo tienen las marcas que ya encontraron un límite y ahí empezaron a decrecer.
–¿Te gustaría ser una marca grande?
–Sí, es parte del camino que hay que recorrer. Nos falta ir a los shoppings. Creo que hoy la marca está bastante madura y puede dar más… Todas las temporadas voy sumando clientes. Los últimos cuatro años no paramos. Palermo nos costó más… El invierno fue más difícil. Desde el Grupo Palermo hicimos acciones para repuntar. Tengo un local muy grande con una línea deco. Quiero que sea el local insignia con todos los objetos y el estilo de vida de la marca. Con eventos para que las clientas vengan, por ejemplo, a pintarse las uñas. Ofrecer cosas que tengan que ver con el handmade, bordados, piezas de cerámicas hechas a mano. Hace un año empecé a desarrollar jabones, velas.
–Siempre te gustó lo artesanal…
–Me gusta que la gente encuentre cosas especiales. En Navidad, una crema, una vela. Me gusta el concepto de Anthropologie.
–Una tienda a la que le vendés…
–Sí. Este año nos hicieron cuatro pedidos. Vendí dos modelos de suéteres y dos vestidos de fiesta elaborados. En los materiales piden cosas autóctonas, nobles y buenas. En los suéteres piden que tengan más alpaca, más llama. Hay un gran potencial en América latina para proveer de productos con hilados nobles y naturales. No hablo de diseño autóctono. Desarrollos sustentables, especializados. Quiero hacer una salvedad: no a un precio de locos. Cuando algo sale muy caro, lo dejo de lado porque no me interesa hacer prendas de museo. El americano tiene un price point y un suéter handmade tiene que valer máximo 320 dólares. Y tenés que trabajar así. El diseño es una parte del negocio y no todo. La otra parte es construir el negocio…
–Contame…
–Construir el negocio es que todos los elementos estén alineados para construir un modelo exitoso: un lindo producto, relación precio-producto lógica, una marca alegre con una comunicación clara. Y si sos una marca de retail con un buen acuerdo con bancos para mimar a tus clientas.
–¿Cómo son tus clientas?
–Mujeres que valoran lo artesanal, lo hecho a mano. Chicas modernas, femeninas, que no van a la última moda, sino que se compran algo de Vero Alfie y lo pueden usar dentro de tres años.
–Es que la moda no está de moda…
–No. Está de moda el estilo. Los buenos materiales y lo clásico. Está de moda lo bueno.
–¿Cómo es tu estilo?
–Una moda con mucho detalle. Hace unos años me hiciste una nota, y yo te dije: «No soy animal print». Y luego lo hice y era venta total. Hoy digo: «Sí soy animal print». Vamos cambiando y adaptándonos a las épocas. Este verano tenés un tropical. Nunca digas nunca.
–¿Por dónde pasa hoy?
–La gente quiere sentirse única. Yo, por ejemplo, hago mucha noche. Y cada vez que se compran un vestido les pregunto para qué fiesta es, cuándo lo van a usar. Lo anotamos para cuidarla y no se encuentre con otra vestida igual. La fiesta es un nicho que empecé a desarrollar y creció mucho. Vestidos de 8000 o 10.000 pesos de los que hago 20.
–¿Se quejan por los precios?
–Sí, mucho. Pero el día que tengo un acuerdo con un banco vendo bien. Cuando algo es bueno, la mujer lo paga. Acá no encontrás ropa básica, para eso está Zara. Acá vienen por cosas con un plus. Las materias primas son caras. El precio de la ropa en general es alto en función de los sueldos. En las grandes capitales pasa, pero hay más masivas como Gap, Banana, gigantes que tienen muy buenas promociones, con calidad muy buena. Y las podés pagar. Acá nos está faltando eso. Somos un país muy chico desde el consumo. Y todas las crisis inflacionarias hicieron (y hacen) que los productores se cubran "por las dudas" y los ingresos de la gente no aumentan en esa proporción. No sé si se puede hablar de caro y barato. Todo depende de cómo y con qué esté hecho.
–¿Qué viene?
–Una movida muy fuerte con el tema CRM (Customer Relation Management). Saber qué cliente te está comprando y todas las acciones posibles para satisfacerlo al máximo. Llamar al cliente para ver cómo le fue. Que cada persona se sienta única, aunque esté comprando en una marca masiva. Que la marca te conozca, sepa tus gustos, te salude para tu cumple… Que la gente se sienta feliz. Las marcas de 2015 pasarán a ser clubes. Pertenecer tiene sus privilegios. Y la marca te va a invitar a pasarlo bien. Es la reacción a todo lo impersonal. Volver a ser humano.
OBJETO QUERIDO. "Elegí este libro de Olivier Dupon: The New Artisans. Tiene todo lo que estoy haciendo. Cerámica, bordado, lo hecho a mano que no parece casero. Es bello. Un punto de vista con lo que está pasando entre el artesano y el arte, cosas en pequeña escala que no son para pocos, y son como únicas."
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