Verano en pasarela
Las mejores propuestas de Argentina Fashion Week, en el Sheraton, y Designers Look BA, en el Tattersall, dos ciclos de moda con buenas miradas de diseño. Desde la marca tradicional con ropa elaborada para mujeres clásicas hasta los nombres referentes del diseño de moda argentina, con impronta bien personal
Ramírez
Un beach grown en broderie blanco, casi nupcial, para pasear por la isla de Capri o por las cientos de playas de Mykonos, no poniendo los pies en la arena sino disfrutando de un trago en alguna terraza. O un jumper de jean con pata ancha llevado con un par de espadrilles al estilo Dalí para andar cómodamente por algún acantilado de la costa catalana. Prendas frescas, súper veraniegas, inspiradas en el Mediterráneo al que pudo hacer viajar con maestría a sus invitados, que colmaron la sala. Más espalda, más escote y tajos de manera inusitada en Ramírez. Tres propuestas en una: en broderie, poplin y gabardina blanca; otra el denim azul de sus inicios –recordando los 20 años del concurso Tela &Talento que lo llevó a esa Europa, ahora en alianza con Santana Textiles–, y su emblemático negro en algodón con seda y en muselina de seda. Vestidos al cuerpo, cache couer con falda Dior, más holgados, pantalones de pata ancha y otros ceñidos, jumpers, tops, blusas con manga globo. La versión verano de su Bien Común, esa ropa que el quiere que sea común y corriente... Siempre con costura cuidadísima, de impecable caída, elegante y chic. En sus manos, piezas únicas.
JT by Jessica
Lo suyo no tiene nombre o sí, lleva su inconfundible firma: piezas holgadas, nada que marque la silueta, de aire japonés, para andar relajadas, con planos y volumen 3D. Mostró un juego de colores lúgubres, acuosos, sucios, "esos que resultan de limpiar el pincel en el agua": lila, verde pistacho, maíz, marfil, gris hielo y azul penetrante más que negro. Incorporó una estampa bellota, una geometría personal con agujeros y cintas, sobre shantung de seda, algodón, voile, telas camiseras y el cuero de siempre. Piezas geométricas, con recortes en un género tipo charol, vistos en pantalones pijama, vestidos largos y amplios, y minis. Todo en una pasarela-floresta, "porque las plantas me encantan"; música electrónica hipnótica de Momo Trosman y Juan Tortarolo.
Graciela Zito
"Ninguna salga a pasarela sin que yo la mire antes", dijo Zito, mientras acomodaba cada conjunto para que desfilara como ella lo quería ver: impecable. Y así, redoblado con luces que no esconden nada, se vio perfecto. Es que Zito tiene, sin exagerar, uno de los mejores talleres de la Argentina. Y viste a mujeres ejecutivas o señoras exigentes que quieren vestirse bien, elegantes, modernas. Sin estridencias. Y esa es su fórmula, que parte de lo neutro, de la sastrería relajada, que se puede usar cien veces sin perder vigencia. Elige tipologías oversize, en blazers; suma pantalón pijama, con cordón en la cintura, o el skinny, bien actual, o el palazzo, gran comodín. También, trench y sacos largos. Para la noche, vestidos cortos y largos, con transparencias. Final con saludo internacional: corto sin transitar la pasarela. Aplausos.
Mariana Dappiano
Los Trazos de Mariana Dappiano son cada vez más pictóricos. En esta colección mostró lo que más le interesa: ilustrar, pintar sobre el textil y convertirlo en canvas. Y sobre este lienzo: trazos, gotas, chorreados, grafitis en un mix de técnicas, que incluyó el pintar a mano, sublimados y serigrafías, con tema libre, "que resulte lo que sea, lo que sienta", dijo. Una paleta colorida (turquesa, lima, amarillo, naranja) y otra neutra (negro y blanco) sobre gasas, rayón, viscosa, algodón, poliéster y, ahora, un lino liviano para vestidos, cortos y largos, pantalones anchos y ajustados, y mucha monoprenda, esta vez con short, para chicas más jóvenes. En pasarela limpia, para que se pueda ver "la ropa que tengan ganas de ponerse".
Sylvie Burstin
Una colección inspirada en el origen de los colores, con el blanco como rey absoluto de su propuesta para cóctel y noche. Un tono dominante que trabaja en organzas, encajes, gasas y sedas en siluetas fluidas, etéreas, de vestidos corte princesa o a la cintura extra largos o por debajo de la rodilla. Imprime su sello en el mix de texturas, en los detalles en las terminaciones y en las espaldas que lucen sensuales y descubiertas. Suma tonos pastel que aparecen adornados con pinceladas de estampas floreadas en rosas subidos, amarillos y naranjas, o iluminados con bordados en dorado, plateado o cobre. Para el cierre vuelve al blanco inspirador con un vestido de novia en seda natural de falda vaporosa, con una pequeña cola, bordado en hilo de seda.
Susana Ortiz
Bien estival con flores y colores para el día. Sobresalen los tapados livianos en naranja, verde o fucsia que se usan con vestidos cortos estampados; también pantalones, shorts, soleros de seda con estampas floreadas que van con blazers entallados en tonos ácidos. La colección se completa con una línea de cóctel y noche de siluetas vaporosas envueltas en gasas, guipure y encajes con apliques de piedras y bordados. Se destacan las maxifaldas en brocato de cinturas altas y bolsillos combinados con crop tops, que también se usan con faldas cortas tubo o acampanadas. Cerró con una muestra de sus sueños de verano que se traduce en una paleta total white de vestidos, monos, con espaldas descubiertas o trasparencias hiperfemeninas.
Pía Carregal
Favorita de las novias y las madrinas, Pía se inspira en las ninfas Alseides, que son las que vivían en los jardines. "Por eso esta colección tiene la esencia de la femineidad, el amor y la naturaleza", explica la diseñadora en su gacetilla. Se luce con vestidos vaporosos, que dejan a la vista variadas texturas y aplicaciones de flores bordadas a mano o en pedrería. Predominan los cortes a la cintura, con trabajos de drapeados, lazos de cuero y faldas con distintos cortes. La paleta va desde el blanco, distintos tonos de naturales, rosa nude, verde agua, lila, amarillo, fucsias, coral hasta azul. Las texturas utilizadas: detalles de cuero detrás de gasas de seda natural, encaje francés, tul, crêpe y piedras.