Uñas. ¿Es peligroso el esmaltado semipermanente?
El esmaltado semipermanente de uñas es una de las técnicas más elegidas hoy en los salones. La ventaja es clara: la larga duración. Este tipo de material las conserva como recién pintadas hasta por dos semanas. Para quienes no tienen mucho tiempo para dedicarle a su mantenimiento, es la solución más eficaz, ya que tampoco es necesario esperar a que el esmalte se seque después de su aplicación. A medida que crece la popularidad de esta práctica, también suena más fuerte la pregunta acerca de si es nociva. Puede no serlo, pero siempre y cuando se entienda de qué se trata y se tengan en cuenta ciertas consideraciones que tener para proteger la salud de las uñas.
¿En qué consiste?
Este tratamiento está compuesto por un gel acrílico mezclado con esmalte que se aplica sobre la uña. Para sellarlo, se endurece con rayos ultravioleta introduciendo la mano en una cabina durante alrededor de 30 segundos. Al exponerse a esta luz, la fórmula se funde con la uña natural. El resultado final a la vista es el mismo que al utilizar los tradicionales, con la diferencia de que el semipermanente dura más. En cuanto a los colores, se puede encontrar una amplia variedad de los mismos al igual que de esmaltes comunes.
¿Cómo se remueve?
En el momento en que se empieza a notar el crecimiento de la uña y uno puede apreciar un espacio entre el esmalte y la cutícula, es tiempo de retirarlo. Para esto, es necesario volver a la manicura, ya que no se quita de la misma manera que el tradicional, sino que se empapan las uñas con un algodón con acetona pura y, luego, se envuelven con papel aluminio. Debido al uso de este componente, la uña puede fragilizarse, por lo que lo ideal es no exponerse a él muy seguido. Después de unos 15 minutos, se sacan. No es recomendable limar las uñas para removerlo, ya que se verían maltratadas. Si el producto se coloca y elimina de la forma correcta, la salud y apariencia de la uña no correrá riesgos. Aunque sea sencillo retirar el esmalte manualmente (porque la capa sale casi de una vez), es mejor no hacerlo, ya que éste se adhiere con fuerza a la uña y, si lo arrancamos, podemos retirar capas naturales de la misma, generándole un daño profundo.
¿Qué dicen los especialistas?
Las dermatólogas Vanina de Marco y Karina Nadur, miembros de la Sociedad Argentina de Dermatología y directoras médicas del centro ND Skin, explican que la Academia Estadounidense de Dermatología ha advertido que el uso del esmaltado semipermanente puede causar que las uñas se afinen. Como consecuencia, podrían perder el brillo y romperse más fácilmente.
Por esta razón, recomiendan usarla solo de forma ocasional y no cada dos semanas, para disminuir el trauma físico y químico que queda en la uña. Además, aconsejan aplicarse protector solar en las manos para minimizar el daño de las luces ultravioletas que se emplean durante este servicio.
Otro consejo que dan es que no se debe permitir que la manicura retire las cutículas antes del esmaltado, ya que esto incrementa el riesgo de inflamación e infecciones, además de secar la uña. Si se experimentan problemas, lo mejor es optar de forma definitiva por el esmalte tradicional frente al de gel.
Es importante hidratar las uñas varias veces al día con aceites nutritivos que ingresan por el poro hasta llegar a la matriz de la uña. Lo fundamental es que, al momento de adquirir esmaltes y removedores, estos se encuentren aprobados por la ANMAT (Asociación Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología).
Por otro lado, quienes tienen uñas frágiles o dañadas no deberían este tipo de esmaltado. Por ejemplo, quienes sufren de onicofagia (hábito de morderse las uñas) u onicotilomanía (costumbre de desgarrárselas con los dientes). Para ellas, es aconsejable contar con el esmalte normal que se puede cambiar cuantas veces quieran, mientras se utilicen productos de calidad y anteponiendo una base para proteger la uña.
Como el producto del esmalte semipermanente crea una capa más gruesa de la normal sobre la uña, la piel de debajo de la misma tiene más dificultades para respirar. Además, con solo 10 minutos de contacto directo con la acetona, las uñas pueden dañarse mucho. Por eso, cada dos o tres aplicaciones, es mejor que descansen y se les realice un tratamiento de limpieza e hidratación para que, luego de una semana, se pueda volver a emplear el semipermanente. Para esto, lo mejor es que una manicura profesional haga un seguimiento del estado de las uñas para chequear cada cuánto deben descansar y si necesitan de algún producto que las nutra y repare.
Asesoramiento: Avelina Luisa Toral, manicura profesional (N° de Matrícula: 207453)