Soledad Ferrari: "en su palacio se habla español"
Es la autora de la biografía no autorizada de Máxima que en la Argentina va por su cuarta edición, ya se presentó en España e intentará promocionarla en Holanda
Es periodista y en el último mes, una de las personas más consultadas. Es que Soledad Ferrari es coautora junto con Gonzalo Álvarez Guerrero, de la biografía no autorizada de Máxima Zorreguieta, la flamante reina consorte de Holanda. Tan estricta es la corona con la información que deja trascender sobre la pareja real, que la escritora se convirtió en la referente local para hacer el repaso de la vida de esta argentina devenida emblema nacional de los Países Bajos.Unos días antes de la entronización, Ferrari (autora también de Las Blaquier ) se instaló en Amsterdam y cubrió el suceso para un diario argentino. Además tiene entrevistas concertadas con periodistas y editoriales holandesas para promocionar su libro Máxima, una historia real , que en la Argentina va por la cuarta edición y acaba de publicarse en España.
-¿Máxima nunca se contactó con vos?
-El día que salió el adelanto del libro en LNRevista, me llamó su tía materna para decirme que le había gustado lo que leyó. Pero que Zorreguieta, su cuñado, es muy buena persona y que no tuvo nada que ver con la dictadura.
-¿Te reprochan lo escrito sobre él?
-No tienen nada que reprocharme. Lo que digo de él es de conocimiento público: fue secretario de Agricultura de Videla, hay fotos que lo muestran con él, y lo llamaron a declarar sobre la desaparición de personas durante esa dictadura. Lo que pasa es que la familia querría dejar atrás esta historia. Fue muy duro para ellos que la corona no le permita participar de actos oficiales, aun cuando estén muy ligados con Máxima.
-El casamiento y la coronación...
-El casamiento sobre todo. Ella lloró hasta último momento por no poder estar con su padre. Máxima, además, siempre tuvo una relación muy especial con su papá. Él era el mediador de las peleas con su mamá durante la adolescencia. La madre fue siempre la más exigente. Mientras se enojaba por los modales de Máxima (era muy mal hablada) y la ponía a dieta por su tendencia a engordar, el papá la consentía.
-¿Es lo único que la empaña?
-Ella no tiene nada que ocultar. Cuando conoció al príncipe era una chica preparada, trabajadora y (instalada en Nueva York) estaba comenzando una carrera en finanzas muy prometedora.
-¿Esto hizo que Beatriz la aceptara tan rápidamente?
-Después de investigarla, Beatriz pidió conocerla personalmente y la invitó a una villa que tienen en Florencia. Ahí comenzó el romance entre ellas. Creo que vio en Máxima a la mujer inteligente, ambiciosa y sacrificada que podía complementar a su hijo, y la adoptó. Me contaron que ese día, Máxima y Beatriz charlaron tanto que Guillermo las dejó solas y se fue a jugar con la PlayStation.
-Parece que la ex reina madre no se equivocó...
-Para nada. Antes de conocer a Máxima a él lo llamaban el príncipe cerveza (era muy asiduo a las fiestas y a esta bebida). Hoy, según dicen, ella le cambia los discursos. Lo cierto es que el casamiento y la familia que formó revalorizaron muchísimo su imagen.
-¿La clave del éxito de Máxima es la espontaneidad?
- Ella hoy puede ser 100% auténtica con muy poca gente. Cualquier infidencia que cometa puede convertirse en tema de Estado. Lo que la hace popular es su carisma. Quienes la conocen bien reconocen en ella un don especial para las relaciones públicas (heredada de su padre). Sabe empatizar, decir lo que el otro quiere escuchar y, al mismo tiempo, se da el permiso de la espontaneidad en algunas ocasiones porque sabe decir la palabra justa en el momento indicado.
-Ella se dice una holandesa nacida en la Argentina. ¿Qué hay de cierto en esto?
-Es la madre de la futura reina de Holanda, pero en su palacio están muy presentes sus raíces. Tiene una niñera argentina, les habla a sus tres hijas en español, viene a pasar las Fiestas al país y compró un montón de propiedades en el Sur. Además se empeña en conservar a sus amigas de toda la vida. La última vez que visitó Buenos Aires amasó pizzas para ellas; para sus 40 años hizo un festejo en Suiza con sus amigas argentinas (sólo de mujeres), y eligió a sus predilectas para que la acompañen en la entronización.
CUENTO DE REINA
La biografía no autorizada de Máxima va por la 4ª edición. Y allí se menciona, entre otras cosas, a las amigas de Máxima: Florencia Di Cocco, Cynthia Kaufmann y Samanta Deane, únicas invitadas a los últimos festejos.