Pum para arriba
Agustina Saquer heredó de su familia la pasión por las lanas. Estudió Diseño y hoy lleva adelante una marca con su nombre. Una propuesta llena de humor y color
La lengua de los Stone, una guarda inca, el juego Pacman, la vuelta al mundo, inscripciones como Just for fun o Be you, algunas de las imágenes que se tejen o bordan sobre los diseños de Agustina Saquer. Meterse en su mundo tejido es un placer. Placer por el color, la libertad, lo lúdico. Saquer, de 34 años, creció en una familia dedicada a los hilados (dueña de la tradicional hilandería Milana) desde hace casi medio siglo. Allí se formó, trabajó y respiró siempre moda. A fines de 2007 creó la marca que lleva su nombre: Agustina Saquer. "Mis diseños son alegres, enérgicos y positivos. Juego con la combinación de colores, bordados y texturas, sin importar la estación", asegura Agustina, fresca y canchera, que estudió moda en Firenze para formalizar un poco lo aprendido en casa.
"Esta experiencia fue detonante y me ayudó a encontrar mi identidad, que tiene que ver con el color, el juego, la libertad." Identidad que se traduce en colores fuertes, los detalles, las texturas y la calidad de los elementos, que transmiten su personalidad alegre. "Mi propuesta está pensada para mujeres femeninas, que se juegan. Pueden venir madres e hijas, siempre hay algo para cada una. Son mujeres jugadas, que no tienen miedo de llamar la atención, sino que les gusta sentirse especiales. Y usan la ropa para expresarse, para complementar su personalidad." Con el tiempo abrió su primer local en Palermo junto a su socio Indro Montanelli y empezó a incorporar una línea de denim, camisas, remeras, vestidos, con la misma identidad.
Al hablar de tendencias, Agustina tiene definiciones: "La tendencia para mí es marcar la diferencia. Crear prendas que se diferencien, que tengan detalles únicos, con valor agregado. Tienen bordados, terminaciones a mano, donde se nota la presencia de quien lo está creando y no algo industrializado, producido en serie. Hoy las grandes marcas tratan de crear prendas exclusivas o de ediciones limitadas y se vinculan con artistas plásticos, ilustradores. Además, las marcas buscan elegir materiales naturales y nobles. Yo nací en ese camino", enfatiza.
De dónde viene
Ella tiene claro que al usuario le importa dónde está hecho lo que compra, con qué materiales se realiza y cuál es su valor agregado. "Hoy es tendencia contar cómo están hechas las prendas: si son de algodón pima o si están bordadas y tejidas a mano, por ejemplo", agrega. Saquer pone énfasis ahí, en la búsqueda de un producto diferente. Este invierno suma una serie de zapatillas y tapados hechos con telar artesanal combinando distintas texturas. Para cuidar los tejidos, su gran especialidad, Saquer tiene el mejor consejo: "Hay que tratar las prendas con cariño. Tomar conciencia de que muchas están hechas a mano, con materiales naturales y disfrutarlas.
Nosotros creamos diseños atemporales, los proyectamos para que no sean una moda pasajera. De este modo, las prendas pasan a ser parte de la historia de cada mujer. Se transforman en propias y dejan de ser pasajeras. Cuidar las prendas es consumir a conciencia: es darle un valor que no sea meramente superficial o estético. Mi objetivo es crear cosas que se sumen a la personalidad de quien las lleva y que te ayude a expresarte".