Primera dama
La falta de respuestas concretas no fue el único punto en común que tuvieron Daniel Scioli y Mauricio Macri en el debate presidencial del último domingo. Los unía, sin saberlo, la elección de la diseñadora del outfit de sus respectivas mujeres. Ambas eligieron a Evangelina Bomparola para acompañar a sus maridos en un día histórico.
Karina Rabolini optó por un vestido Jackie corte évasée que ya había comprado recién lanzada la nueva colección; Evangelina desconocía que lo iba a estrenar durante el debate. Juliana Awada le encargó, la semana pasada, un blazer blanco que el viernes 13 pasó a retirar y aprovechó para llevarse un top y un pantalón en el mismo tono.
Para Bomparola, Juliana y Karina no son clientas, son amigas. Con ambas mantiene una amistad que data de mucho tiempo atrás cuando ninguna de las dos sospechaba la posibilidad de ser primera dama. Fue al casamiento de ambas, conoce a sus maridos y las viste desde que abrió su marca en plena crisis de 2001. Primero puertas adentro en su casa, luego en un showroom en la Av. Quintana, hasta que desembarcó en la codiciada Av. Alvear donde se encuentra hoy.
¿Cuál de las candidatas a primera dama ganó el debate en términos de estilismo? Juliana estaba impecable, bien elegido el off white para un día en que el termómetro marcó 28°C; el escote del top sensual en su justa medida, el blazer de crepé de seda natural apenas arremangado le quedaba cancherísimo; acompañó con zapatos de Sarkany. Karina optó por un vestido cuyos colores le sentaban muy bien, pero el talle era grande y se notó en el largo de la falda y en el poco vuelo al caminar de los dos gajos delanteros de género plisado. La camisa por debajo fue una elección desafortunada. Celebro que ambas hayan elegido ropa de diseño nacional una noche en la que millones de argentinos pusieron allí su mirada.