Por qué las zapatillas se convirtieron en el ítem de moda más relevante de los últimos años
Varios de los ítems de larga data del ámbito del vestidor fueron resignificados a través del tiempo. En la moda del día a día podemos ver de forma evidente que pasamos de épocas de rigidez de normas de vestido al (casi) vale todo del que somos contemporáneos.
Muchas veces las creaciones que lograron un hito en el estilo predominante de un momento, llegaron de la mano de innovaciones en el campo textil y nacieron de necesidades concretas, además de tener muchas veces un sentido revolucionario o liberador. Podemos encontrar ejemplos de esto en casos como el del trench, ese abrigo clásico beige que se usa en los días de lluvia todavía hoy: fue creado inicialmente por Burberry para la Primera Guerra Mundial (de ahí su nombre por Trench Warfare, o sea, Guerra de Trincheras) para cubrir la necesidad de proteger a los soldados de la lluvia y el frío. Otro ejemplo de aquellos tiempos son los vestidos de corte al bies de Madeleine Vionnet en una época en la que todavía se buscaba liberar a la mujer del corset a principios del siglo XX. Para eso, la diseñadora mandaba a hacer telas más anchas de lo habitual y con eso conseguía vestidos sin cortes y con mínima cantidad de costuras que resultaban fluidos y acompañaban los movimientos corporales de las mujeres.
El último caso que quiero citar, es el que nos ocupa ahora mismo, la creación de las zapatillas, que surgen como calzado deportivo hacia fines de 1800 y marcan un antes y un después significativo en los usos y costumbres de la humanidad. Desde ese momento hasta ahora, las personas las adoptaron de forma creciente, primero usadas en exclusiva para el deporte, luego se fueron extendiendo hacia los ámbitos de ocio y llegan hasta hoy en un panorama en el que se usan para muchas situaciones que hasta hace unos años eran inimaginables.
Un pequeño recorrido por la historia
Hacia 1880 se crearon las primeras zapatillas de lona y goma y a los pocos años, en Estados Unidos, las llamaron sneakers, en referencia al ruido casi nulo que hacían al caminar o correr (sneak traducido del inglés es furtivo, sigiloso). Se adoptaron rápidamente para el tenis y el croquet, así como para correr y toda actividad relacionada con el tiempo libre, pero el momento en el que se generalizó su uso, está marcado hacia la década del 50.
En 1970 comienza el auge del running y con esta forma de ejercitar, el incremento de modelos especializados. Lo mismo empieza a pasar en los deportes, cada calzado deportivo que se hace, cumple funciones específicas y brinda el confort necesario a los atletas. También es durante esta década que se adoptan como calzado en el rock y en el hip-hop, dando paso a lo que vino después.
A principios de los ochenta, innovaciones mediante, aparecen muchísimos modelos que rompen el molde como las Converse Magic Johnson, las Nike Air Force I, las Reebok Classic, las Nike Air Jordan, las Adidas Micropacer que son consideradas las primeras zapatillas "inteligentes" (llevaban un dispositivo en la lengüeta conectado con la suela que media ritmo y velocidad) y las archifamosas Air Max I de Nike, que por primera vez en la historia dejaban ver la cámara de aire. Es a partir de fines de esta década y principios de los 90s que las zapatillas se vuelven más relevantes que nunca en el ámbito urbano y adquieren ese halo de ítem que otorga una cierta identidad a quién las use.
Por supuesto que hay muchísimos modelos más que tienen categoría de íconos: las Superga blancas de lona; Adidas marcó fuerte el terreno con las Stan Smith, las Superstars, las Samba, las Gazelle; Puma hizo su aporte con las Frazier; en Nike, además de las nombradas más arriba, marcaron época las Cortez, las Nike Pegasus y las Nike+ Running; las Converse All Star Chuck Taylor son de toda la vida; las Asics Gel la rompieron en los 90s junto con las New Balance 996 y las Reebok Pump.
Un hito a destacar son las Reebok Freestyle porque son las primeras zapatillas pensadas y comercializadas con el foco puesto en las mujeres y cómo olvidar las botitas L.A. Gear que se popularizaron porque las usaban Michael Jackson y Paula Abdul.
Tiempos modernos
A partir de los 90s las zapatillas se pusieron visiblemente de moda y dejaron de estar circunscriptas al perímetro del deporte, se hizo masivo su uso y muchos de nosotros, sobre todo los que fuimos adolescentes hacia el fin del siglo XX, de alguna manera encontramos nuestro estilo deportivo urbano y nos alejamos cada vez más de la vestimenta formal, incluso para salir de noche. Y quizás ahí mismo está la raíz de la forma en que se usan hoy en día.
Hasta aproximadamente fines de la primera década del siglo XXI había un cierto "orden" a seguir en el código de vestimenta por el cual las zapatillas estéticamente más ligadas con lo deportivo quedaban reservadas para ese ámbito. Incluso había una suerte de aversión a mezclar, por ejemplo, unas Nike Pegasus con jeans, eso era algo "muy 90s" y no era para nada cool (recordemos a Jerry Seinfeld en la sitcom más divertida de esa década). Por supuesto que hay ámbitos en los que aún no se permiten, sobre todo en los laborales más ligados a lo corporativo o a ciertas profesiones clásicas como la abogacía, pero es notorio su uso indiscriminado para situaciones que hasta hace seis o siete años eran impensadas, entonces ¿cómo llegamos hoy a esta instancia en la que no sólo tienen un protagonismo inusitado sino que además, hasta con los looks más elegantes está bien visto llevarlas?
De las calles a la alta costura
El punto de quiebre en el cual las zapatillas lo invadieron todo tiene un artífice con nombre y apellido: Karl Lagerfeld, al frente de la mítica casa Chanel desde 1983. Si hay un diseñador que sabe leer el estilo urbano es él y su genio fue y es incorporarlo con maestría en la pasarela más prestigiosa de la moda.
En enero de 2014, mientras se presentaban las colecciones de Alta Costura, los que seguimos las tendencias de cerca, vimos con asombro que la ropa más costosa de la temporada (todo es de confección artesanal y se hace de forma exclusiva para los clientes más adinerados del mundo) se llevaba con zapatillas acordonadas de correr en la pasarela de París. Dior al mismo tiempo presentaba su propia versión, más edulcorada, menos chocante desde el punto de vista de que no era una zapatilla con todas las de la ley, sino un intento más tímido de darle un tinte deportivo a la colección, sin cordones, con acceso estilo guante, ya que se trataba de una malla elástica bordada con cristales en forma de flores y suela deportiva.
Quizá no es evidente el vínculo que hay entre ese momento de la moda y que hoy podamos ver, por ejemplo, a una mujer vestida con un conjunto de saco y pantalón súper elegantes, combinados con deportivas, pero sí que lo hay. Todos los usos en la moda vienen de algún lado y no es ningún secreto que hay revistas, programas de televisión y personas que son lo que se llaman "prescriptores de moda" (se rumorea bastante últimamente que están en extinción pero parece improbable porque siempre habrá alguien que incluso sin proponérselo, lo sea). Así como en su momento el rock, el hip-hop y la moda ochentosa de los aerobics, nos marcaron un estilo de uso de las zapatillas, lo mismo pasa ahora, por arrastre, desde aquella pasarela de Alta Costura de Chanel.
Lagerfeld, como gran analista del pulso de lo que pasa en el ámbito de la moda, y a pesar de ser un señor ya grande, entiende perfecto la calle y sabe tomar de ella los elementos que renuevan o refrescan sus diseños. Fue hábil en usar el calzado deportivo como hito para marcar un antes y un después en la pasarela de Alta Costura (ya lo había hecho con el jean para la colección de Otoño 2006) y quizá sin quererlo (pensemos que siempre tomar una decisión semejante puede redundar en caída de ventas, en desaprobación del público, en definitiva, no es tan fácil mantener interesados a los clientes) nos terminó de definir a muchísimos que estábamos en el limbo sin decidir si estaba bien o mal usar zapatillas con (casi) todo. Nos "autorizó" desde la pasarela bajo el imaginario del prestigio emanado por Chanel como marca de lujo asociada al buen gusto y a la elegancia, a combinar al calzado deportivo con lo que se nos ocurra.
Lo siguieron casi todas las marcas que consumen los millonarios y/o aspirantes a parecerlo, en las colecciones sucesivas desde aquel 2014 y hoy no hay casa de moda de lujo que no tenga su propuesta, incluso bajo la categoría "ugly shoes" encontramos a la zapatilla del momento que es la Triple S de Balenciaga (se consigue por 695 euros).
No hay a la vista signos de que las zapatillas abandonen su reinado, de hecho no hay razones para ello; vencieron todas las barreras de estilo que podían vencer y tienen a su favor los aspectos más preciados que puede tener un calzado: comodidad, resistencia, variedad, tecnología y buenos diseños; al margen de que propician la caminata urbana. Lo que va a seguir variando serán su silueta, sus colores y sus adornos. Una última prueba de que habrán expandido sus dominios de forma indiscutida va a ser cuando lleguen con holgura al mundo corporativo y a las alfombras rojas del mundo ¿estaremos cerca? Ojalá.