Patricia Field: “Yo no dicto la moda, la sugiero”
Dueña de un estilo único que la hizo famosa. Patricia Field es la neoyorquina con más personalidad, que supo sostenerla por cerca de 50 años. Habla de su look, su trabajo y sus proyectos.
Lucía Vilariño @lulivilarino / Fotos: Gentileza Lucía Fainzilber @lufainzilber
NUEVA YORK.- Fue nominada a un Oscar por el vestuario de la película El diablo viste a la moda, ganó un Emmy, asesoró a personalidades de todas las índoles, mantuvo un local en Greenwich Village por más de 50 años donde sus habitués incluyen a rockers, como Patti Smith y Debbie Harry, y estrellas de pop, como Lady Gaga y Miley Cyrus. Sus créditos se están en la industria de la moda y personajes legendarios, como Carrie Bradshaw de Sex and The City, que por su vestimenta se transformaron en íconos de la moda. Algunos de los logros de Patricia Field, la estilista y diseñadora neoyorquina dueña de un estilo único y sinónimo de lo fashion en Manhattan. Al inicio de NYFW, cuenta sobre sus inicios
Girls! It’s photo time (¡Chicas! Es momento de fotos), les dice Patricia Field a sus dos caniches blancos Sultana y Butana para dar comienzo a la entrevista. Sentada en su oficina en el sótano del local sobre la calle Bowery. Vestida con una remera negra, pantalones estampados, botas de lluvia y, como siempre, su pelo al rojo vivo y el delineado azul de sus ojos, que sumado a su actitud avallasante, definen el auténtico estilo Field.
Nacida en Queens, adoptó de su madre, quien atendía una tintorería en el Upper East Side; reconoce que de ella heredó los conceptos fundamentales de la moda. Se graduó de la carrera de Artes Liberales de la Universidad de Nueva York. Y a los 24 años abrió su local. "Tenía una línea propia y una selección de lo que me gustaba. Es por eso que Los Ramones y Patti Smith, que era vecina de mi local, venían regularmente. Y se corrió la voz al mundillo de la moda. Diseñadores como Domenico Dolce y Stefano Gabanna venían para inspirarse", cuenta sobre sus primeros pasos.
–¿Cómo se aprende a ser estilista?
–Atender un local es la mejor manera de aprender a ser una buena estilista. Vistiendo y asesorando a los clientes. No hay lugar para lo políticamente correcto. Aprendí a vestir y trabajar con esa premisa. Claro que nunca me dí cuenta de que estaba haciendo estilismo hasta que el cliente volvía porque le había gustado.
–¿Cómo llegaste al cine?
–A mediados de los 80, a través de una amiga tuve la oportunidad de hacer la ropa para la película Lady Beware y desde entonces no paré. En los 90 seguí con otras menos conocidas, hasta que exploté con Sex and The City en los 90, y me hice famosa. Me puso en el mundo y cree una marca de manera involuntaria. La serie fue un trabajo en equipo fenomenal: el libreto era bueno, el casting era bueno, el concepto era bueno, el timing era bueno, el vestuario también. Fue como jugar al pocker y que todas tus cartas sean buenas.
–¿Cómo es tu proceso creativo?
–Es algo muy personal, es como cocinar para alguien en algún restaurant: si no es bueno, no vuelven. Es importante conocer a la persona, su cuerpo, proporciones, ideas, estilo e imagen. De la misma manera funciona para el cine. Cuando visto a los actores, les digo que tienen que sentirlo para que eso se transforme en algo real y creíble. Mi trabajo es lograr crear ese personaje. Un actor no puede sentirse incómodo con su vestimenta, lo distraería.
–¿Cómo fue con Sarah Jessica Parker?
–Con ella fue más fácil. Teníamos que lograr un personaje que fuera fashionista cuando ella ya lo era. También, ella se involucraba y aportaba mucho al estilismo. La idea de la rosa gigante en el vestido, por ejemplo, fue idea de ella. Siempre le doy a los actores y clientes opciones, no se los determino. No dicto la moda, sugiero. Esa es la única manera que tiene que ser.
–¿Una clave para comprar ropa?
–Me gustan los clásicos, porque nunca mueren y no son tendencia, sino que tienen muchas vidas. Podés mezclarlos en diferentes maneras, se trata del estilismo que debe que ser original e interesante. Si algo es interesante te llama la atención, si ya lo viste no es original. Es la suma de las cosas, eso le da larga vida. Nunca aprendí de manera consciente, fue algo orgánico entender el balance y la belleza de las piezas.
–¿La mejor y la peor tendencia?
–Chanel, sin lugar a dudas propuso la mejor porque liberó a la mujer en su modo de vestir. El grunge, la peor. Soy más glamorosa, y esa tendencia tiene una connotación negativa, casi depresiva, viene de una mentalidad que me parece poco inspiradora.
–¿Cuales son tus íconos?
Insisto, Chanel. Y también siempre tuve una atracción especial por Cleopatra.
–¿Algunos contemporáneos?
–Norma Kamali, Galliano, Diane Von Furstenberg y Donna Karan.
–¿Qué rol juega tu pelo?
–Lo uso así desde que mi pelo se empezó a poner gris. Es el color que mejor va con mi tono de piel y conmigo. Se me reconoce gracias a mi pelo; es una oportunidad para que se acerquen a mí. Hablar cara a cara con quienes conocen mi trabajo, que saben lo que hago es una de las experiencias más lindas. Son de las mejores cosas que gané en mi carrera. Mi pelo es parte de mi marca registrada.
–¿Algún pendiente?
–Próximamente, luego de cerrar mi local, voy a abrir una galería de arte online en la que se fusionará el arte con la moda. Por años tuve la oportunidad de contactarme con grandes artistas y talentos. La gente busca cosas nuevas y únicas. Quieren esa individualidad, y sentí esa vibración de mis clientes, de los estilistas y celebrities. Y empecé a pintar piezas únicas, que la gente adora. Este año estoy entrando a mi aniversario de oro, por eso decidí darle lugar a otros proyectos que no requieran tanto de mi atención, y darle espacio a otros placeres de la vida. No puedo dejar de estar inspirada, estar estimulada y excitada, y creativa. Porque sino no tendría vida.
Objeto querido
"Mi local es único, como ves. Pero lo más querido para mí es mi casa. Debo disfrutar de vivir ahí y de crear mi atmósfera para que sea un lugar cómodo, calmo, rodeado de las cosas que me hacen feliz".