Ni quién, ni cómo, ni dónde
Me paro en la verdulería y elijo despacio cada manzana, cada zapallo, cada papa. Sin marcas ni machucones, limpias y lindas. Sigo de compras. Veo en una vidriera una camisa con onda, pago lo que me piden y me voy. Y ni miro la etiqueta, si es que la tiene. Y detrás de algunas –más de las que una se imagina– hay machucones, marcas, cosas ni limpias ni tan lindas. Talleres que no cuentan con esa certificación que todos quisiéramos, pero jamás nos preguntamos. Talleres que nadie mira o se miran de reojo. Compramos este modelo porque nos gusta a simple vista. Pero no miramos debajo de la cáscara, no nos preguntamos de dónde viene ni quién ni cómo lo hizo. Hay denunciados e identificados más de 5000 talleres clandestinos entre Capital y GBA. Estamos verdes. Y cuando aparece alguien que saca el tema no nos involucramos. ¿Sabés quién hizo tu ropa? ¿En qué condiciones? Busquemos respuestas. Exijamos certificaciones de procesos a las marcas (el INTI cuenta con el programa Vestir Conciencia). Que las políticas sean serias para atacar este tipo de informalidad laboral. Dejemos, en sentido literal, que la moda nos empiece a incomodar
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