Moda y racismo. Quién fue la mujer que puso en jaque los prejuicios en los 70
Eunice Johnson es recordada como quien contribuyó a acercar la moda a las mujeres afroamericanas de Estados Unidos y fue la primera en crear una línea de belleza para ellas. Se jugó por lo que sintió, enarboló su causa y rompió la barrera del color en la moda en una época en la que la discriminación racial estaba implícita en la cumbre de la moda.
En la década del 40 Eunice Johnson, junto a su marido John, fundó Johnson Publishing Co., la exitosa editorial con revistas como Jet y Ebony que se convirtieron en estandartes positivos de poder, dignidad y belleza en la comunidad negra de Estados Unidos.
Eunice compraba vestidos de alta costura y de diseñador, era la única sentada en la primera fila en un momento en que tampoco había directores ni editores de moda de ascendencia afroamericana.
Fue una pionera que, alentada por su pasión por la moda, fue más allá y en 1958 creó Ebony Fashion Fair, un show de moda itinerante que recorría diferentes ciudades de Estados Unidos. Durante 50 años subió a modelos negras desconocidas a un micro quienes por cuatro meses viajaban junto a una banda de jazz y recorrían estados como Connecticut y Missisipi en un elaborado desfile de moda para una audiencia en su mayoría afroamericana.
Eunice quería que las mujeres de su comunidad tuvieran la oportunidad de ver, en desfiles que llegaban a durar dos horas más el intervalo, las creaciones de los diseñadores más prestigiosos del momento. Se veían vestidos exclusivos de Yves Saint Laurent, Emanuel Ungaro, Emilio Pucci, Claude Montana, Givenchy y Christian Lacroix comprados en sus peregrinaciones por los desfiles de haute couture parisinos.
La señora Johnson era una coleccionista, pagaba en efectivo, no pedía prestado, llegó a adquirir hasta 200 equipos por temporada que eran mostrados en casi 170 ciudades al mes. A medida de que la fama del tour de moda iba creciendo, Johnson incluyó también a diseñadores norteamericanos como Oscar de la Renta, Halston y Bill Blass. Por sus pasarelas caminaron modelos portando piezas icónicas: un tapado violeta de piel sintética de Christian Dior de 1968, un vestido de la colección Chinoiserie de Saint Laurent de 1977 y un vestido de noche diseñado por Christian Lacroix para la firma Jean Patou en 1986.
Linda Johnson Rice, hija de Eunice y actual presidenta de Johnson Publishing, sostiene que su madre influyó en varios diseñadores que luego comenzaron a convocar a modelos negras para sus desfiles. Mientras Coco Chanel nunca las tuvo en cuenta, Yves Saint Laurent fue el primero en tomar la posta: Katoucha y Mounia fueron entre otras, además de sus modelos, sus musas. En el verano de 1967 a la exótica Iman (última mujer de David Bowie) le dedicó la colección African Queen que destacaba la cultura y la belleza de las mujeres africanas. Así como muchos creativos le abrieron las puertas de par en par, Valentino alguna vez le rechazó la entrada a su desfile.
En nuestro país recordamos a dos brasileñas. Salette Mattos fue la favorita de Gino Bogani, incluso llevó el vestido de novia blanco y negro floreado de la colección primavera-verano 88-89. En la década del 80 Anamá Ferreira también desfilaba para Charlie Grilli y logró saltar de la pasarela a la televisión. Además se las podía ver en el programa La Botica del Ángel de Eduardo Bergara Leumann en los 80.
Celebración de la belleza negra
La alta costura, que nació en el siglo XIX con Charles Frederick Worth, estaba destinada solo a mujeres blancas. Las mujeres negras no estaban en el radar. En 1948 el fotógrafo Cecil Beaton retrató a un grupo de damas con vestidos con hombros descubiertos de alta costura del modisto Charles James, en crinolinas, sedas y tafetas color pastel verde, rosa, amarillo y celeste.
Setenta y un años después, el diseñador Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino -el mismo que había manifestado un rechazo a su hora-, con la colección de alta costura verano 2019 se preguntó: ¿Qué pasaría si aquella fotografía con esos vestidos pudiera ser con mujeres negras? Se dio el gusto cuando en febrero del año pasado, en el exquisito hotel Salomon de Rothschild, presentó 48 modelos de color, sobre un total de 65, en un desfile que hizo historia más allá de la exquisita colección. Con los tiempos que corren aquella foto icónica perdió brillo.
Eunice Johnson también era una consumidora ilustrada, no compraba porque sí. Tenía estilo, sofisticación, conocimiento y poder adquisitivo. Para ella era más practico comprar que pedir prestado, le daba la libertad de elegir lo que sentía representaba a las mujeres hacia quienes estaba dirigido Ebony Fashion Fair. Acercarle esa moda le dio a las afroamericanas la oportunidad de ver acerca lo que solo habían leído: la deslumbrante y glamorosa alta costura. Las hizo sentirse especiales. Y mucho más cuando notó que, al momento de maquillarse, en el mercado no conseguían elementos adecuados a los tonos de piel.
Así, en 1973 nació Fashion Fair Cosmetics que luego se convirtió en la compañía de cosmética de este nicho más grande del mundo. Una vez más fue pionera y la impulsora para que empresas como Max Factor, Revlon y Avon siguieran su ejemplo. Aretha Franklin y Diahann Carroll fueron algunas de las modelos de sus campañas de maquillaje. A partir de este momento y con los años surgieron nombres importantes como Pat McGrath, la maquilladora británica que hoy es una de las más influyentes del mercado internacional.
La talentosa señora Ebony
Eunice Johnson fue una mujer atrevida que no tuvo miedo a ser diferente, tampoco le temió a la moda, al ambiente que rodeaba a la industria ni a la segregación racial de ese momento. Firme en sus convicciones fue, además, una empresaria que realizó más de 4000 desfiles de moda que también eran benéficos y llegó a recaudar más de 55 millones de dólares que fueron destinados a ayudar a organizaciones benéficas y estudiantes universitarios del país.
Su vida también podría ser la biopic para una película. En 1965 sus desfiles fueron amenazados por el Ku Klux Klan con motines de antorchas acosando a la troupe para que se fueran de la ciudad. Aunque era una mujer muy elegante, con un nivel social alto y un guardarropas envidiable nunca fue tenida en cuenta por la norteamericana Eleanor Lambert, creadora de la gala del Met y la fundadora del CFDA, el Council Fashion Designers of America. Todos los años Lambert consagraba una lista de las mejores vestidas en un ranking demasiado selectivo que nunca la tuvo en cuenta. Eunice Johnson dirigió la feria hasta el 2009 y murió al año siguiente a los 93.
Parte del vasto guardarropas de Eunice y de las prendas de Ebony Fashion Fair se exhibieron entre 2013 y 2014 en el Museo de Historia de Chicago en una muestra que se llamó "Inspiring Beauty: 50 Years of Ebony Fashion Fair".
Eunice Johnson democratizó y destrabó en la moda un escalón a un nuevo nivel.