Moda que te alegra
Y de repente llega la moda otoño-invierno 2015 con toda su información visual. Colores, géneros, cortes. Con un discurso semestral lleno de conceptos que son nuevos. O están tan bien dibujados y enmarcados que, aunque no lo son, se venden como la nueva ley de temporada. No está todo inventado. Siempre se puede crear o recrear. Y sorprender. Nos rendimos y caemos a sus pies, en menor o mayor medida, y somos felices estrenándola. Moda tan divertida como fatal, tan necesaria, tan espléndida, tan volátil, tan original o tan igual a lo de siempre. Tan cool, tan prêt- à- porter, tan prêt-à-couture, tan haute couture, tan trendy. Una moda que se llena de protagonistas, de must have, de key items. O de no combinaciones porque hoy, en la moda, no está de moda combinar.Moda que te viste por seis meses y que te jura por todos los santos ser para toda la vida. Moda terapéutica que, como dice mi amiga Josefina Laurent "te crea un lifting instántaneo, te levanta el ánimo y te cura". Moda hechicera. Moda que tiene mandatos, pero está en uno dejarse mandar. Moda con palabrejas que dicen lo mismo de otra manera: el nuevo negro, el off white, el rocker, el sporty, el oversize, el crop top, el denim, el pastel y... la torta (por lo que hay que pagar). Moda que viste y que disfraza. Moda que incomoda pero es moda. O moda que se fue y volvió mil veces, y que siendo vieja pasó a ser vintage. Moda querida y charltana. Moda que apasiona, que esclaviza. Moda que mal llevada puede ser la peor compañera, delatora del mal gusto y, sin piedad, aplacar la belleza natural de quien la lleva. O moda que bien entendida (y bien puesta) puede ser la mejor amiga, terapeuta, consejera, resaltadora de virtudes como pocas y creadora de alegrías inmeditas.