Manuela Rasjido: Invierno sin año
Rasjido es exponente de ese diseño que perdura en el tiempo como pocos, gana por ser clásico, mantiene su esencia y evoluciona desde el taller artesanal, con el teñido que siempre busca el color justo, la impronta folk superlativa con bordados, trabajos en patchwork, cintas y apliques que remiten a culturas originarias, que hacen de cada pieza algo único. Manuela es maestra en el uso del picote, una lana trabajada en telar con esmero para que sea suave y tenga buena caída. El lunes presentó en el Mamba, en el marco del ciclo La Ciudad de Moda, un invierno sin año (se puede usar todos los inviernos de la vida), oriental de a ratos, en otros momentos más europeo y a veces folk, siempre en su cálido picote, que tomó forma de vestidos largos y cortos, tapados y tapaditos con mangas acampanadas, polleras en todos los largos (algunas con ruedos irregulares), sacos, ponchos y tops. Todo se pintó de colorado, amarillo, azul, fucsia, maíz, gris, natural y negro. Diseño lento bien entendido de una creadora que fue, ese día, declarada ciudadana ilustre. Merecido.ß