Celeste Cid y Paula Kohan: "La nuestra es ropa angelada"
Actrices, amigas y socias que se meten en el mundo fashion. Anteayer presentaron su marca de ropa, Cid.Kohan, con piezas súper trendies destacadas por estampas y bordados
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"Nos conocimos hace 20 años teníamos 10 u 11. Todos los sábados nos encontrábamos en un local de ropa de niños en Montevideo y Arenales", cuenta Celeste Cid sobre el primer acercamiento que tuvo con su amiga y hoy socia Paula Kohan. "Tuvimos sintonía enseguida. En aquel momento charlábamos mucho. Eso se extendió durante un año, después cada una siguió por su lado. Ya siendo las dos actrices, tengo el recuerdo de habernos cruzado muchas veces, buena onda pero no hablábamos tanto ni recordábamos aquella época. Un día la ví a Cel entrando al edificio donde vivo, se acababa de mudar. Así fue el reencuentro", redondea Paula Kohan sobre la relación que hizo que estas actrices y vecinas hoy tengan Cid.Kohan, su primera marca de ropa en Cabrera 4934.
–¿Cómo surgió la idea de poner una marca de ropa?
Celeste Cid: –Fue en mi casa, charlando de las cosas que nos gustan. Y no se a quién se le ocurrió primero, pero dijimos: "Mi sueño es tener una marca de ropa", y hace un año y medio empezamos a trabajar.
Paula Kohan: –Ambas emprendimos proyectos similares pero no resultaron. Nuestra coincidencia se debe sin duda a que la vida te pone en el lugar indicado a la persona precisa y en un momento determinado.
–El destino
C. C.: –Sí puede ser, y es lindo que esté relacionado a la indumentaria; de golpe estamos de nuevo metidas en lo mismo, pero mejor encaminadas. Y me parece muy mágico.
P. K.: –Es un proyecto angelado. Recibimos mucha ayuda de gente cercana.
–¿Cómo definen su look?
C. C.: –Me gustan más los colores, los bordados y las flores.
P. K.: –Y yo soy re net (risas)
–¿Cómo combinan esas diferencias?
P. K.: –Las diferencias potencian. Podrían parecer un problema, pero en realidad suman. Y encontrmos la vuelta para que todo sea más interesante y único.
C. C.: –Descubrimos que también tenemos esa parte que la otra tiene más exaltada. Y hay algo que recíprocamente nos resulta súper atractivo. Tampoco es que somos tan distintas.
–¿Cómo es el verano?
C. C.: –Es una colección cápsula, con 15 prendas. Preferimos que sea algo pequeño y cuidado. En el próximo invierno saldremos con algo más amplio, de 45 artículos.
P K.: –Hay para el día y la noche. Túnicas, vestidos, monoprendas y una capa con flecos divina. Usamos hilo y hay bordados en piedra. Los colores que dominan son blanco, azul, negro, verde y rojo y la estampa de animal print.
–¿En qué se inspiran?
P. K.: –El disparador es lo que somos nosotras, lo que nos gusta y nos pondríamos. No es algo disparatado.
C. C.: –Nuestro target es el de nuestra edad, aunque hay prendas que las pueden usar las de 20 y las de 40, a la vez. Hoy los márgenes son más amplios. Es algo bien hecho; nuestra aspiración es que las telas sean de buena calidad.
–¿A qué diseñadores admiran?
C. C.: –A Elie Saab, Yves Saint Laurent y Comme des Garçons.
P. K.: –A Celine y Valentino.
–¿Qué les aporta ser actrices?
C. C.: –La sensación de ser actriz de tu propia vida. Salir a la calle con un personaje que te identifica. La idea es que la mujer que se acerque a nuestro universo creativo encuentre ese piezas que respondan a ese espíritu. De hecho armamos un showroom que no sólo hace foco en percheros, sino que incluye otras propuestas, como instalaciones artísticas, por ejemplo.
P. K.: –La ropa es un modo de representación. Queremos que la mujer que viene a comprar nuestra ropa salga y se sienta representada.
– ¿Alguna vez tuvieron el prejuicio de que la ropa era algo frívolo?
C. C.: –Sí, en algún momento me pasó. Una vez le escuche decir a Woody Allen que un personaje es un 50 % la ropa que tiene puesta, y me parece que es verdad. Te parás en una escena con un determinado aspecto y, aunque no hagas nada, ya estás transmitiendo muchas cosas. Hoy lo veo como una forma de embellecer.
P. K.: –No, nunca tuve ese prejuicio. La moda y, en particular, la indumentaria es una forma de arte.
–¿A qué artista les gustaría vestir?
P. K.: –Nos pasa lo contrario. Nos emociona la idea de que una persona que no conocemos se vista con nuestra ropa.
C. C.: –Coincido. El otro día caminé por la calle con nuestra ropa y me dio mucha emoción vestir el resultado de un trabajo en el taller.
–¿Se asignaron roles?
C. C.: –Ella es muy genia (risas). Tiene facilidad para la parte comercial. Es muy ejecutiva. Yo podría estar días para armar una reunión de cinco personas. Ella en cinco minutos armó una de 70.
P. K.: –Cel baja a tierra las cosas y se pone a pensar. En esas diferencias encontramos el equilibrio para hacer las cosas productivas y coherentes.
–¿Qué es lo más difícil?
P. K.: –No es fácil arrancar un proyecto de un rubro que no dominamos aún. Todo es aprendizaje. Y seguir los tiempos de la moda es complicado, siempre estás corriendo.
C. C.:–Nos rodeamos de un grupo de gente que tiene las herramientas para llevar adelante todo pero uno quiere aprender y ser parte activa.
–¿Cómo ven la moda local?
C. C.: –Hay buenos diseñadores. Admiro mucho a Pablo Ramírez. Hay marcas que me encantan, no encuentro quizá la calidad que me gustaría pero sí valoro los diseños.
P. K.: –Hay gente muy talentosa, pero lo que pasa con la industria es que no tenemos la infraestructura necesaria para poder confeccionar con ciertos materiales como en otras partes del mundo.
–¿A qué aspiran con Cid.Kohan?
C. C.: –En lo personal me han pasado muchas cosas que nunca pensé, en relación a mi trabajo de actriz. Entonces la aspiración puede quedar corta. Hay un momento en que está bueno que la vida te sorprenda. Si uno es coherente y se dedica al trabajo, te devuelve más de lo que esperás.
P. K.: –Uno puede soñar pero también estamos abiertas a que la vida nos sorprenda. No sé que pasará o a dónde vamos, pero sé que va a suceder algo bueno porque lo hacemos con mucho amor y esfuerzo.
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