La argentina que asiste con un costurero a inmigrantes latinas en Nueva Zelanda
El Costurero Ambulante, el proyecto liderado por la diseñadora argentina Victoria Martínez Azaro, asiste a las mujeres refugiadas e inmigrantes latinoamericanas en su integración social y cultural en Nueva Zelanda a través de la exploración del arte textil. La invitación a coser recuerdos y relatos de vida en un lienzo es el primer paso transformador que supone la puesta en valor de la propia historia.
"Mi primer objetivo fue generar un espacio de confianza para que las mujeres inmigrantes latinoamericanas pudieran contar sus historias", relata Martínez Azaro. "Del primero de los tres pilotos previstos para este año participó un grupo de refugiadas colombianas. Por lo general, las mujeres que pidieron asilo llegan a su nuevo país con las familias desmembradas, sin conocer el idioma y con vivencias muy tristes detrás. En este caso, la mayoría provenía de entornos rurales del norte de ese país o del Amazonas, al sur; no se conocían entre ellas. En los encuentros prevalecieron las historias, muchas pudieron revivir su viaje migratorio y ser escuchadas por primera vez".
Para la diseñadora, artista plástica y docente creadora de The Traveling Sewing Box Project –el nombre original en inglés–, los relatos de migración resuenan en su propia historia personal. La argentina conoció a su marido neozelandés estudiando en Londres y formó su familia en el país de origen de él. "La inmigrante era yo hasta que me topé con otras realidades. Conozco esa sensación de dislocación, de no encajar, sin importar bajo qué circunstancias dejás tu país de origen. Acá somos todas inmigrantes, las diferencias se evaporan. La empatía es el motor de este proyecto, es desde donde puedo contribuir".
El Costurero Ambulante es parte de las acciones del Aotearoa Latin American Community Incorporated, un organismo que colabora con el Ministerio de Desarrollo Social de Nueva Zelanda en la integración cultural y económica de los inmigrantes latinos en ese país.
"Para generar un diálogo con la cultura local invitamos a una doctora maorí en arte textil. Estamos en un país en el que ser indígena es un privilegio, y alentar a las mujeres migrantes a que se conecten con sus propias raíces originarias resultó clave. El empoderamiento tiene que ver con una revalorización cultural del origen y el propio lenguaje".
En la acción de coser y tejer las mujeres reavivan la tradición de juntarse, pero además la tarea tiene reservada otra misión fundamental: la conexión con la tierra.
"Los materiales textiles crean un lazo con el suelo maorí. En mi casa tengo un jardincito destinado al cultivo de plantas de las que se extraen tintes naturales, y los intercalo con otros procedentes de América Latina. Con ellos tiño lana merino o alpaca. El uso de estos materiales es una metáfora de localidad y actúa como enlace con la riqueza del nuevo suelo que habitamos", explica la creadora del proyecto.
Esos hilos nobles se combinan con el descarte textil de la industria de la moda local y donaciones del Departamento de Diseño de Moda del Whitecliffe College of Art and Design, en el que Martínez Azaro dicta clases actualmente. "Viví tres años en Hong Kong por motivos laborales. Allí conocí el lado más oscuro de la moda y empecé a interesarme en la moda ética."
"La creación colectiva es una narrativa social –señala–. Me di cuenta de que a partir de la exhibición de las obras, se va a empezar a contar la historia que nació del relato de otras historias. Las migraciones son un tema candente, el mundo está cambiando y a veces no nos damos cuenta."
Recorrido
El Costurero Ambulante comenzó en Hamilton y este año está viajando a Auckland y a la isla de Waiheke. Se convirtió en una exhibición itinerante por Nueva Zelanda y tendrá su primera escala fuera de la tierra maorí en la Argentina, el año próximo. Ya se planifica esa exhibición en el Museo de Arte Popular José Hernández, en la que trabaja un equipo integrado por Victoria Martínez Azaro; la directora del museo, Felicitas Luna; la curadora Ximena Eliçabe, y quien está a cargo de la investigación, Marcia Veneziani.