La alemana que estampa ciudades en la ropa
Emma-France Raff hace prints en las telas a partir de estructuras urbanas como tapas de alcantarillas o rejillas de la calle
Raubdruckerin, o Estampadores pirata es un proyecto que imprime sobre diferentes prendas el diseño de estructuras urbanas como tapas de alcantarillas, rejillas y otros elementos típicos de las calles, a través de la técnica de sellos.
La primera iniciativa no prosperó pero al final, resurgió con fuerza. Todo empezó en 2006 de la mano de la alemana Emma-France Raff y su papá, el artista plástico Johannes Kohlrusch, mientras vivían en Alentejo, Portugal.
A modo experimental, hicieron las primeras pruebas cerca de Lisboa. El resultado les gustó tanto que decidieron imprimir a mano remeras con el sello de las tapas de las alcantarillas de la ciudad de Sines y venderlas en el Festival Musicas do Mundo. La venta fue positiva al principio, pero el proyecto se interrumpió. “Tal vez tuvimos mucha suerte porque desde el comienzo todo resultó muy bien, pero de alguna manera no era el momento, ni el lugar indicado para ese proyecto. Mi papá no estaba muy interesado en continuar, así que me tomé un tiempo, terminé de estudiar diseño y regresé a vivir a Berlín”, contó Emma.
“En la ciudad se organizó una feria de arte y me pareció que era una gran oportunidad para retomar la idea. Tuvo muy buena recepción y todo empezó a darse naturalmente. Una de las cosas que más se destacaba es lo poco que la gente observaba el diseño que tienen los objetos de la calle con los que se cruzan a diario”.
De a poco, el equipo se fue agrandando y hoy salen periódicamente por Berlín en busca de aquello que pueda servir para ilustrar el lugar a través de la técnica de sellos. Además, Raubdruckerin organiza talleres para que el público participe y tenga la posibilidad de hacer sus propias estampas.
Según comentó Emma, le gustaría expandir el proyecto y armar una comunidad de estampadores.
Ya salieron varias veces de Alemania y tuvieron la posibilidad de tener experiencias en Amsterdam, Lisboa, París y Barcelona, entre otras ciudades.
De vanguardia experimental a marca
En 2012 Emma decidió convertir Raubdruckerin en algo más comercial: “Me di cuenta de que tenía que concentrarme en ir más allá y que el proyecto fuera una marca. Tuvimos que armar un plan y hacer todo lo necesario, de tener buenas fotos de los productos a nuestra web de venta”. La firma tiene un costado sustentable: usan tintas ecológicas con las que estampan manualmente las prendas confeccionadas con algodón biológico. Además, las materias primas se obtienen a partir del comercio justo y los productos se venden bajo las mismas normas. Sus remeras son muy populares; también tienen buzos, bolsos y mochilas que se pueden adquirir ensu tienda online. El proceso de convertir detalles urbanos en una imagen y pasarlos a una prenda es una forma de arte callejero.