Jimmy Choo

LONDRES (Especial).- Tamara Mellon es inglesa, aunque vivió y estudió en Estados Unidos. Por eso reconoce ser más americana o, al menos, lo suyo está muy influido por la cultura de ese país. Su nombre no dice mucho, pero sí su cargo y trayectoria: desde hace diez años es la presidenta y responsable de la firma de zapatos Jimmy Choo. Sus sandalias stiletto, de tiras con piedras en cristales de Swarovski, caminan por todo el mundo. Jimmy Choo es el zapatero que desde un pequeño garaje en el este londinense consiguió una clienta selecta como Lady Di, a la que le hizo zapatos a medida durante años. Y Tamara Mellon tomó la posta y supo transformar ese incipiente taller en una marca reconocida, usada en casi todas las alfombras rojas y galas del mundo. No hay estrella de Hollywood que se le resista y la cantante Beyonce, por ejemplo, es una de sus fanáticas. Sí, son de película: en El diablo se viste de Prada son objeto de culto de los productores y periodistas de moda más trendy.

El mérito de Tamara Mellon es no perderle pisada a la firma. No para de viajar a todos los rincones donde Jimmy Choo llega o está por llegar. A la Argentina aún no arriba, está cerca, en San Pablo. Acaba de lanzar la línea Vintage, con los diez mejores modelos de las últimas colecciones, en edición limitada. Entre reuniones de diseño y otras de negocios recibe a LA NACION en sus oficinas de Chelsea.

Su pasión por los zapatos empezó cuando tenía sólo 4 años: "En una salida con las monjas del colegio vi en una vidriera un par de botas cowboy y me enamoré del modelo. No dejaba de pensar en cómo se habían hecho y cómo podría hacerlas yo. A los 19, como editora de accesorios en Vogue UK , descubrí lo glamorosa, estilosa y sexy que puede ser una mujer con buenos zapatos".

Sin estudios que la relacionaran con la moda, sólo con la influencia su madre, que fue modelo de Chanel, y le permitió reconocer y apreciar el potencial de la moda, además del apoyo de su padre, creador de la marca Vidal Sassoon, se asoció con Jimmy Choo.

-¿Cómo conoció a Choo?

-Mientras fui editora de la sección de accesorios de Vogue siempre traté de encontrar y poner en sus páginas cosas únicas. Un día vi a Jimmy Choo en el este de Londres, le pedí que me hiciera zapatos para mí y para mis páginas, ya que nunca encontraba lo que quería, y en agradecimiento le daría el crédito en la última página de la revista.

-¿Qué aprendió de él?

-El talento de Jimmy es hacer zapatos a medida con la mejor calidad. La compañía fue creada con la ayuda de mi padre, en la parte de negocios, y con su sobrina, Sandra Choi. Con ella construimos la marca: el diseño, viajábamos a fábricas y ferias de zapatos, y otras travesías en busca de inspiración.

-¿Y sus inicios como empresaria?

-Fue duro y difícil, trabajábamos desde un sótano donde no tenía ni siquiera una computadora. Jimmy tenía mucha idea, pero no resolvía una colección, su fuerte era el diseño no su sistematización u organización.

-¿Jimmy Choo entendía exactamente lo que la mujer quería?

-Al tener que crear la primera colección entramos en pánico y, entonces, decidimos que Sandra Choi -directora creativa y sobrina de Jimmy- y yo nos haríamos cargo de la colección. Esto fue clave: somos mujeres diseñando para mujeres, sabemos lo que queremos usar y creamos a partir de ese interés. Apuntamos a aquello con que nos sentimos bien, que nos resulta confortable, nos interesa innovar y pretendemos lucir sexy.

-¿Cuál es la participación de Choo en la firma?

-Me asocié a Jimmy Choo en 1995 y luego, en 2001, vendió su parte de la compañía. Ya no está involucrado en el negocio.

-¿Qué vio hace diez años para apostar al mundo del zapato?

-Honestamente, hace diez años no veía la posibilidad de encontrar el zapato perfecto para mí, nada de lo que se ofrecía me gustaba. Entonces tomé la determinación de buscar, crear, ofrecer zapatos que no sólo fueran lindos, sino confortables y femeninos.

-¿Qué hace falta para estar a la moda?

-La moda se ha ampliado considerablemente y se renueva en forma permanente. Desde hace diez años los accesorios ganan protagonismo y hoy son parte importante del look. Creo que lo único que se necesita es un buen par de zapatos y una buena cartera para marcar la diferencia.

-¿Cuántos pares de zapatos tiene?

-Mmmm..., por encima de 300 pares.

-Si Jimmy Choo no existiera, ¿qué marca de zapatos compraría?

-Nunca imaginé que Choo se iba a transformar en una marca de lujo. Mi padre y mi preparación me ayudaron a lograrlo. Hoy no puedo contestar eso, estoy muy involucrada, no podría comprar otra marca. Tiene que ver con un sueño que se hace realidad.

-¿De dónde viene la inspiración?

-De mi estado de ánimo, de lo que quiero. El viajar es un placer y fortalece, te abre la cabeza, te ayuda a ver, despierta ideas, me decide por algo; es que además de diseñar en función de otro, primero pienso en mí. Diseño para mujeres y, como soy mujer, todo me cierra.

-¿Qué encuentra la mujer en su marca?

-Puro diseño en distintos formatos, según el lugar donde los busque. En Moscú, por ejemplo, las botas son furor y en Miami, las sandalias de colores son más populares.

-¿Qué se usa?

-Hoy, sandalias de taco para la noche; pero las ballerinas o los zapatos bajos me pueden, forman parte ineludible en mi vestuario básico.

-¿Cuál es el mejor mercado para sus zapatos?

-En Estados Unidos nos expandimos con éxito en los últimos años, aunque en Asia y los países del Este y el resto de Europa la demanda es alta.

-¿Y en América latina?

-Por el momento, sólo vendemos en el multimarca Daslú, en San Pablo, Brasil.

-¿Quiénes usan sus zapatos?

-Charlize Theron, Felicity Huffman, Hilary Swank, Rachel Weisz, Michelle Williams, Uma Thurman, Jessica Alba, Naomi Campbell, Elizabeth Hurley, Anne Hathaway... y muchas más.

-Zapatos carteras, billeteras..., ¿qué más tiene en mente?

-Este es el mundo del accesorio. Seguiremos con anteojos, cinturones, trajes de baño, perfumes, ésas serán las próximas aventuras.

-¿Qué sabe de la Argentina?

-Lamentablemente, mis conocimientos son limitados, se circunscriben mucho a Eva Perón, al futbolista Diego Maradona y todas las maravillas que se escuchan acerca de Buenos Aires. Espero en algún momento poder verlas y disfrutarlas.

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