Inteligencia artificial. La ropa incorpora superpoderes tecnológicos
El fashion tech ya es una realidad. La diseñadora holandesa Annouk Wipprecht desarrolló una línea que combina la robótica, la ciencia y la ingeniería. Las prendas resumen las nuevas necesidades de los usuarios a partir de aplicaciones donde la inteligencia artificial y la tecnología emocional son las protagonistas.
Su "Spider Dress" fue seleccionado para representar la comunicación de la muestra "Wired to Wear" del Museo de Ciencia e Industria de Chicago. El vestido impreso en 3D "protege" el metro cuadrado de privacidad y "reacciona" desplegando sus patas de araña si la usuaria se siente incómoda ante la cercanía de un "otro". Los sensores corporales y dispositivos integrados en la prenda controlan los niveles de ansiedad, estrés o incomodidad. Y atacan.
Annouk vive entre Nueva York y Silicon Valley, dos ciudades que le permiten desarrollar el concepto de indumentaria como interfaz emocional. La problemática de los espacios personales, sociales y públicos inspira y cose sus creaciones futuristas.
Annouk trabajó junto al equipo de Cirque du Soleil en la creación de los trajes Elixir y Fragance que permiten elaborar un trago o un perfume customizable, de acuerdo a las emociones: a través de una aplicación se cargan datos personales y situaciones emocionales. Esos algoritmos se procesan y definen cantidades, sabores y mezclas aromáticas de las cápsulas incorporadas a los trajes. Annouk se define como una persona tímida, que encontró en la moda "una herramienta de expresión y comunicación, y en la tecnología un canal que permite interactuar con el mundo a partir del guardarropas", explica. En este sentido, el dispositivo desarrollado para evaluar las reacciones de niños dentro del espectro autista fue otro guiño. Junto a Unicorn Simulink desarrolló un casco en forma de unicornio que evalúa la actividad cerebral de los chicos y ayuda a conocer sus reacciones.
La tendencia de los artefactos interactivos que se llevan en la piel disparó un abanico de posibilidades para los diseñadores. En este sentido, la colección de Francesca Rosella y Ryan Gez, de CuteCircuit es otro de los ejemplos del diseño "para el otro". Los ex diseñadores de Valentino y Antropology crearon una prenda háptica para que personas con discapacidad auditiva disfruten un concierto musical en vivo.
Se trata del SoundShirt, una remera de manga larga que traduce la música en sensaciones táctiles y fue estrenada con la Sinfónica de Hamburgo. "En el futuro nuestros cuerpos se convertirán en la interfaz de los datos, y la ropa será una segunda piel inteligente que permitirá conectarse entre sí de una manera más intuitiva e íntima", señalan Rosella y Gez. A partir de antenas, micrófonos, transmisores y 30 microchips que transforman sonidos en datos, el público puede sentir los violines en los brazos y los tambores en la espalda. Una experiencia inmersiva que traduce el lenguaje musical desde textiles invisibles e inteligentes.
El estudio con base en Londres desarrolló una colección que incluye piezas realizadas con materiales reflectantes cortados con láser, impresión digital 3D e hilos tecnológicos. También son conocidos por el Galaxy Dress, el vestido con 24 mil luces led con el que Katy Perry que encandiló al público hace unos años en la gala del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York. Sin embargo, Francesca y Ryan no se definen por el impacto de sus creaciones. Prefieren hablar de "segunda piel" e "interfaz" para conectar personas. "Nuestra vida ya está en modo digital, es lógico que las prendas que usamos también sean digitales. Estas herramientas colaboran en la conformación de un mundo diverso", señalan.
Al ritmo de de los zapatos musicales de Lara Grant, la diseñadora e investigadora graduada en la Universidad de Nueva York también forma parte de la comunidad del fashion tech. Grant propone resignificar el tap con tecnología de acceso gratuito. A partir de los interruptores conectados a una placa bluetooth ubicada en la suela del zapato cada vez que el usuario presiona en un sector determinado, el "teclado" emite un sonido archivado en una aplicación. Un clic en un dedo o en el talón reproduce un archivo sonoro. El desarrollo utiliza el software gratuito Soundplant, de código abierto.
Grant también investiga el vínculo afectivo que establecemos con ciertas prendas: "¿Cómo agregar valor a la indumentaria y construir una relación a largo plazo, sin caer en el fast fashion?", se pregunta la diseñadora, que desarrolló una chaqueta cuyos bordados reproducen los sonidos de la memoria emotiva. Audios, voces y sonidos del recuerdo. El prototipo realizado durante una residencia en Autodesk (compañía de software de diseño), enfrenta a los creativos al desafío de articular la tecnología emocional para el guardarropas del futuro.