Holanda recupera chicles tirados y hace zapatillas
En los Países Bajos cinco jubilados crearon Gumbuddy, una iniciativa para terminar con los chicles desechados en las calles de algunas ciudades. Con el apoyo de las autoridades municipales, empezaron distribuyendo en Amsterdam recipientes especiales para que la gente pueda arrojar los chicles y una vez al mes pasan a retirarlos para reciclar el material. Gracias a este proceso, lograron convertir los restos de la golosina en las suelas de una línea de calzado que se convirtió en un éxito de ventas.
Desde sus inicios, el proyecto buscó, con un enfoque creativo e innovador, sensibilizar a las personas sobre el impacto medioambiental que tienen los chicles y mantener más limpia la ciudad. Anualmente se tiran cerca de un millón y medio de kilos de chicles en las calles de Holanda, que tardan entre 20 y 25 años en biodegradarse y sus restos son 10 veces más caros de quitar del pavimento que las colillas de los cigarrillos. Ambos son los dos tipos de basura más comunes que hay en el mundo.
"Colocamos recipientes pequeños de acero inoxidable donde solo se puede tirar el chicle, también hay placas con el dibujo del mapa de la ciudad para dejarlos pegados. Esto nos está permitiendo reducir la suciedad y la contaminación. En varias ciudades de los Países Bajos, como Amsterdam, Rotterdam y otras localidades más pequeñas, estamos teniendo mucho éxito y cada vez es mayor la cantidad de gente que se nos une", cuenta Adrie Gerritsen, director de Gumbuddy.
Suelas sustentables
Como parte de este proyecto medioambiental, este año presentaron Gumshoe, la primera línea unisex de calzado de cuero cuya suela está hecha con material obtenido a partir del reciclado de chicles.
La iniciativa surgió a partir de la colaboración entre el proyecto Gumbuddy con el municipio; con Gumdrop, la compañía especializada en desarrollar Gum-tec: el material sustentable que se genera a partir del chicle reciclado y con la marca de moda local Explicit Wear, encargada de diseñar las zapatillas.
Los primeros pares que se lanzaron al mercado fueron rosas y con el dibujo del mapa de Amsterdam en la suela. Únicamente a través de la venta online y con un costo de 199 euros, el modelo se agotó rápidamente. "El público recibió muy bien esta iniciativa; en Amsterdam se volvió muy popular y hasta nos quedamos sin stock. La propuesta fue un éxito y ya estamos volviendo a producir. La idea es que los colores varíen según las ciudades, por ahora tenemos en rosa y negro. Estamos pensando en hacerlas en azul y representar los mapas de otras ciudades en las suelas", dice Gerritsen.
Nuevas tecnologías
Los chicles están compuestos por un tipo de goma sintética y, a partir de sus propiedades, se creó Gum-Tec, un material superinnovador muy similar al caucho. Además de acompañar esta línea de calzado, la compañía creadora de esta nueva materia prima ya está trabajando con otros productos, como accesorios de cosmética, entre ellos peines y broches para el pelo, recipientes y juguetes.
Según datos de la compañía que desarrolló Gum-tec, hoy con un kilo de chicles se pueden fabricar casi cuatro suelas de zapatillas. Sin dudas, el uso de este material reciclado es una solución al problema de la contaminación por chicles en las calles de ciudades europeas y un aporte interesante a la moda sustentable.