Guía de estilo. Cómo vestir de negro en verano y no morir en el intento
Vestir de negro es una elección sin riesgos. Porque es clásico, se adapta a todos los entornos y no falla. Este color y la moda siempre hicieron buena dupla, sólo basta ver a los personajes del fashion business para darse cuenta de que el negro es la primera, y a veces, única opción. O a la historia de la moda: Cocó Chanel inventó y le dio marketing al vestido negro; Cristóbal Balenciaga sedujo a mujeres sedientas de moda con volúmenes arquitectónicos; Hubert de Givenchy, junto a Audrey Hepburn, nos enseñó que se podía desayunar mirando la vidriera de Tiffany vestida de negro con un croissant en la mano. Además, Christian Dior dijo que es color que adelgaza y sienta bien. Por eso y más, el negro es color un infalible.
Pero, cuando la sensación térmica marca 35 grados a la sombra, este color adorado ¿sigue rankeando entre las prioridades?
Desafiando la sabiduría popular que piensa que el blanco es la mejor opción para vestir en verano y no padecer el calor, la ciencia lo reivindica y asegura que lo mejor para el verano es usar ropa holgada y de color negro.
Así y todo, hay quienes dirán que no y enseguida edulcorarán el outfit con colores donde el blanco y el beige llevan varias cabezas de ventaja. Otras en cambio, adalides y defensoras de la oscuridad, potenciarán el look.
¿Hace más calor si usamos ropa de color negro? Si nos paramos al sol las posibilidades son exactamente las mismas que si vestimos de blanco, celeste, rosa o flúo. Incluso si estamos en traje de baño.
¿Qué me pongo?
Las fórmulas no existen. Existe el estilo personal adecuado a la situación. Un strapless no cotiza para ir a trabajar, pero sí para un trago una noche bajo las estrellas combinado con una minifalda o una pollera plisada. Aunque quizás, durante el día el mismo strapless es el mejor corpiño debajo de una camisa amplia y un pantacourt de algodón. ¿Intentaste vestir bermudas a la rodilla con una blusa amplia o con un top con breteles y sandalias planas con piedras? Pensalo, es una buena opción, sobre todo porque las bermudas son una de las apuestas más fuertes para el verano del año que viene. Y en ese caso un blazer recto de lino arremangado dará la cuota justa de formalidad. El vestido que es una suerte de remera amplia cuyo largo varía es otra opción. Podés adoptarlo con o sin cinturón.
Adelantate a la tendencia del invierno e invertí en una prenda oscura y con flores: un vestido, una camisa, una falda a media pantorrilla… Hoy se usa como viene, liviana y fresca, en invierno se abriga con ese suéter de lana o tapado, negro, qué más te gusta. Al tailleur pantalón de lino sumale una remera gris oscuro, un colgante de cadena sencillo y zapatillas: las que quieras, las que te gustan, las que tengas. Sobre todo, para afrontar el casual friday. La T-shirt negra es imbatible, versátil y muy bienvenida.
La sensualidad dará paso a una remera cuello bote que caerá sobre un hombro y se lleva con esa falda lápiz que compraste en la liquidación del año pasado.
¿Te gustaría una prenda sastrera? El chaleco largo hace las veces de saco y apunta alto a una remera básica con cualquier prenda inferior, solamente hay que elegir la conveniente. Va bien con sandalias.
Para tener en cuenta
- Las texturas. Borderie liviano con calado artesanal. Seda, fibrana o viscosa, fluidas y amigables. Linos y algodones, cuanto más orgánicos y menos derivados del petróleo, mejor.
- Las formas. No apretarse con el negro (no vale pensar mal), por eso sí a las siluetas cómodas, generosas y amplias. Las fanáticas del cuero cambiarán el pantalón chupin rocker o el ancho por un short a medio muslo, un pantacourt o una falda corta que ayude a respirar a las piernas.
- Las prendas. Las opciones son infinitas. Un mono, corto o largo, es uno de los mejores aliados de esta temporada, ya tenga breteles finos o sea de estilo militar, sin mangas y con varios bolsillos.