Gala del Met: especulan con que su anfitriona, Anna Wintour, dejaría Vogue
Cada detalle de la Gala del Met, la cena benéfica anual del Museo Metropolitano de Arte, está custodiado por Anna Wintour y su equipo: la lista de los 600 invitados, el sitting, el menú, la cobertura e incluso lo que llevará puesto cada celebrity. Desde 1995, la editora en jefe de la Vogue estadounidense y directora artística de Condé Nast es la anfitriona de la fiesta más importante del año, en Nueva York.
En los últimos 23 años, Anna recaudó más de 170 millones de dólares para el Costume Institute del Met y su rol en el consejo del museo ha sido tan relevante que el espacio dedicado a la moda hoy se llama Anna Wintour Costume Center, inaugurado hace cuatro años por la ex primera dama Michelle Obama.
Sin embargo, no todos los vientos son favorables para Wintour. Hace un mes, el sitio neoyorkino dedicado a las celebridades, Page Six, publicó un artículo con rumores acerca de su posible salida de Vogue, en el que se mantiene hace 30 años, y de Condé Nast. La nota hace eco de la crisis editorial que está atravesando la compañía, que tendría un déficit anual de 100 millones de dólares y que ha decidido poner fin a varios de sus títulos impresos como Style.com, Details, la revista de fitness Self y Teen Vogue, entre otras, para continuar con sus versiones digitales.
Además, el artículo sugiere cómo la empresa busca realizar un cambio de paradigma -de los medios puramente gráficos hacia la convergencia con los digitales- a partir de la nueva incorporación de perfiles más jóvenes y nativos digitales en la coordinación de sus sitios online y nombró al editor jefe de la Vogue británica, Edward Enninful, como el presunto sucesor de la editora en jefe y dijo que Anna tiene pactada una entrevista exclusiva con The New York Times, una vez que se haga efectiva su salida.
Las opiniones de los expertos
"No resultaría tan sencillo llenar los zapatos de Anna-, dice el periodista Javier Arroyuelo, colaborador de Vogue Paris, Vogue Italia y L'Uomo Vogue, entre otros-. La forma en la que ha dirigido la moda estadounidense estos últimos 30 años ha sido absolutamente extraordinaria: posicionó a diseñadores emergentes como Marc Jacobs hasta sugerirlo para la dirección de Louis Vuitton, a Alexander Wang en Balenciaga, entre muchísimos otros más. Es un rol que requiere de mucha diplomacia, determinación, conocimiento y es muy complicado para alguien joven, que necesita además de un administrador que lo sostenga en su cargo".
Si bien los medios internacionales de moda replicaron la noticia acerca de su posible salida en julio, una vez finalizada la famosa edición de cambio de temporada, September Issue, y la boda de su hija Bee Shaffer con Francesco Carrozzini -el fotógrafo e hijo de la editora de la Vogue italiana recientemente fallecida, Franca Sozzani- no se supo nada más. Sin embargo, el periodista especializado en moda avizora: "Anna Wintour no se irá de Condé Nast; se quedará en la empresa. Si bien los rumores siempre son intencionados, muy pronto habrá cambios y sorpresas en la editorial".
En línea con Arroyuelo, el consultor experto en la industria de lujo, Sebastián Kauffman, opina "En este mismo momento, en Condé Nast se preguntan cómo hacer la convergencia entre las revistas papel y digital y saben que llegaron tarde al fenómeno, pero no es sencillo transferir la calidad y el lujo de la moda que se ve impresa en el papel satinado, con notas y editoriales de alta producción a una versión diaria, web y no tangible".
Además, hace una analogía de la relación entre los distintos formatos editoriales con la gala del Met: "El evento del lunes es la versión material, una experiencia tangible que sirve para recaudar dinero para el instituto y viralizar a través de los medios y redes sociales lo importante, que es la exposición; lo mismo sucede con la revista estadounidense. Vogue digital sirve como soporte y para acompañar al contenido impreso, que todavía se sigue vendiendo y mucho, pero no la va a reemplazar".
La extraordinaria capacidad de promoción de marcas, diseñadores y celebridades que tiene Wintour, la habilidad de recaudar enormes sumas de dinero para distintas instituciones y de dirigir a la vez publicaciones heterogéneas como Architechtural Digest, GQ, Vogue, W y Vanity Fair hacen muy difícil su reemplazo, aun si Wintour decide retirarse, habiendo alcanzado la edad jubilatoria.
Al igual que la industria gráfica, que atraviesa una época difícil e inminente, Anna Wintour cuenta con experiencia, perspectiva de negocios y una legitimización que los formatos digitales y las nuevas generaciones todavía parecen no alcanzar. Por lo tanto, el desafío estará en cómo la revista -y su editora- logrará expandirse sin saturar y mantener la novedad y vigencia, en un mundo donde los cambios ya vienen sucediendo hace rato.
Habrá que esperar un par de meses al anuncio oficial de Condé Nast o a la supuesta publicación de The New York Times, para ver qué sucede con el futuro de la revista y de la editora de moda más famosa e influyente del mundo.