Enrique Avogadro: "Argentina tiene muchos talentos"
Director del Centro Metropolitano de Diseño con fuertes conocimientos en comercio exterior, tiene entre sus prioridades convertir el barrio de Barracas en un gran polo de diseño
Enrique Avogadro es un ejecutivo típico del siglo XXI, informal en su manera de vestir y muy atareado, con un fuerte bagaje relacionado a los negocios y al comercio exterior. Se hizo cargo del Centro Metropolitano de Diseño (CMD), que depende del Ministerio de Desarrollo Económico del GCBA, a principios de 2009 y está obsesionado en convertirlo en una gran fábrica cultural y al barrio de Barracas, en el distrito productivo del diseño y la moda. Si bien reconoce que no es algo que se pueda lograr de un día para el otro, el proyecto va por buen camino.
— Antes del CMD, ¿qué hacías? ¿Te interesaba la moda?
— ¡No!... Vengo de estudiar Relaciones Internacionales y de trabajar en comercio exterior. Hice una maestría en políticas públicas y estoy terminando otra en gestión de contenidos. Así que hacerme cargo del CMD fue un cambio de vocación. No me considero un especialista en moda en términos estéticos. Sí creo que con el tiempo fui aprendiendo porque leo e investigo mucho.
— ¿Cuáles eran los objetivos cuando te hiciste cargo del CMD?
— Los mismos que ahora: nuestro trabajo tiene que ver con promover a las industrias creativas, en tanto generadoras de empleo de alto valor agregado. De ahí la apuesta a la tecnología, al diseño, a la industria audiovisual. Hay un foco, casi obsesivo, en entender al sector de la moda como un ecosistema, en el que nosotros, el CMD, somos una parte, no el todo, pero somos esa parte que trata de unir al resto: por eso trabajamos en colaboración con las cámaras del sector, con el INTI, con fundaciones como Proteger.
— También hay una apuesta fuerte de integración barrial con Barracas, donde están ubicados…
— Sí, tenemos un proyecto que engloba todo lo anterior y busca que el barrio de Barracas se convierta en un distrito de diseño. Hay un proyecto de ley listo para mandar a la Legislatura para que las empresas de diseño no paguen impuestos locales en la zona. El objetivo es instalar al barrio dentro del circuito de la moda, llenarlo de empresas de moda, pero no con carácter comercial, sino productivo. Algo similar al Garment District de Nueva York. Queremos abrir la ciudad, llevarla hacia el sur y que el CMD sea el eje como una gran fábrica cultural y productiva.
— ¿Por qué el gobierno porteño decidió darle este empuje?
— La lógica está por encima del diseño. En las industrias creativas hay mucha competencia y todos los productos son commodities (mercancías). Siempre va a existir alguien que lo haga más barato y mejor. Entonces para hacer una diferencia, la ciudad hace foco en los sectores que tengan algo original para ofrecer. En el fondo, las industrias creativas cuentan buenas historias. Además, a través de ellas podemos crear empleo no sólo para diseñadores, sino también para gente que viene de otro origen social, que nunca tuvo la oportunidad de tener una buena capacitación o un trabajo.
— Hablás de las escuelas de oficios y las capacitaciones que ofrece el CMD…
— Exacto, hoy el CMD tiene 1500 personas que concurren a las escuelas de oficio. Está Cosiendo Redes, la más antigua, que es una escuela de indumentaria. También hay una escuela de marroquinería, que está en pleno crecimiento y se hace en conjunto con la Cámara de Marroquineros. Hay otra de muebles, una escuela de alta moda y una de diseño para recuperadores urbanos — cartoneros— , que estamos por presentar en Puro Diseño. Nuestras escuelas y proyectos tienen un enfoque muy social. Nosotros estamos a diez cuadras de la villa 21. Y la idea es que, si efectivamente tenemos éxito en atraer a las empresas al distrito, la gente del barrio sea la primera que se beneficie de ese crecimiento. Viene gente de ONG, escuelas, clubes de barrio… Por eso, además de un centro de diseño es un centro de cercanía barrial.
— ¿Cómo ves al sector de la moda local? ¿Qué creés que se podría hacer para fortalecerlo, para posicionarlo a nivel internacional?
— En la Argentina hay muchísimo talento, pero no hay una industria fuerte como sí la hay en Brasil. Hay que reconocer que, en los últimos años en los que la economía creció, el sector también lo hizo y los grandes industriales se fueron tecnificando, pero aún falta vinculación entre industria y diseño. No hay un diálogo fluido, no se crea en forma paralela, no se encara al mercado de manera conjunta. Todavía estamos varios casilleros atrasados en todo esto.
— ¿Y qué hace en concreto el CMD para contribuir a esto?
— Entrenamos en gestión a los diseñadores y le hacemos entender a los industriales que con diseño tienen la oportunidad de diferenciarse en serio, que pueden tener un producto original para exportar. De hecho, uno de nuestros cursos más exitosos es Diseño y Negocios, destinado a diseñadores recién egresados que no saben cómo armar un buen plan de negocios. También están el curso y los ciclos sobre gestión de empresas de moda, y el Programa en Asesoramiento en Negocios y Estrategias para Empresas de Diseño. Con cada uno queremos atender esa gran falta que hay en la moda y el diseño argentino, que es la buena gestión. Para nosotros ese eje es central.
MOCHILA AL HOMBRO
Traje sin corbata, bicicleta, auriculares grandes y mochila. Así anda Avogadro por la vida. Esta mochila es de la marca Carro, hecha a partir de la reutilización de un traje. Muy cool.