El arte de resaltar
Donde pone el pincel hace maravillas...Gucci Westman es la directora creativa de Revlon, unas de las marcas de make-up más populares del mundo. Estrellas de Hollywood, tendencias y las nuevas generaciones, en estaentrevista llena de color
Como directora creativa de Revlon, Gucci Westman se la pasa jugando con gamas y tonalidades para crear, por temporada, colecciones de colores que iluminen la cara de mujeres de todo el mundo, día y noche, en toda ocasión. Con poco más de una década en el mundo de la belleza, hoy Gucci –nacida en California, criada en Suecia– es una de las maquilladoras mas importantes, tanto dentro de la moda como para Hollywood (maquilla regularmente a Gwyneth Paltrow, Drew Barrymore y Cameron Díaz), conocida por su afición al make-up bien natural. Desde 2008 está al frente de Revlon, confiesa que le encanta la Argentina (vino hace unos años con el fotógrafo Mario Testino para una producción) y para el otoño-invierno 2013 adelanta la línea Shanghai, en la que quiso mostrar "la creciente fusión que existe entre Occidente y Oriente, sobre todo, el ascendente protagonismo que tiene a nivel global la cultura china".
–¿Tu primer recuerdo relacionado con el maquillaje?
–A los 13 años, llegando a la escuela y yendo directo al baño para maquillarme, porque en mi casa lo tenía prohibido. Por eso me llenaba la cara de make-up, lo usaba las horas que pasaba ahí y me lo sacaba antes de volver. Siempre me gustaron los maquillajes.
–En la moda existe una evidente evolución, ¿qué sucede con el maquillaje?
–Definitivamente las modas en el maquillaje también evolucionan, aunque se dan en tiempos distintos a los de la indumentaria, porque las mujeres tardan más en aceptar y comenzar a usar nuevos estilos de maquillaje, nuevos colores. De alguna forma necesitan pruebas de que otras lo usan y que a ellas, como se trata de sus caras, les va a quedar bien: para una mujer, ponerse una falda verde no es lo mismo que aplicar sombra verde en un ojo. Con lo segundo sienten que están alterando algo en su personalidad.
–También sucede que muchas mujeres se identifican con un estilo de maquillaje y les cuesta cambiarlo.
–A mí me pasa. De hecho tengo el mismo set de colores de sombras desde hace muchos años. Es más, al trabajar como maquilladora no me resulta divertido innovar conmigo al maquillarme. Suelo usar sombras marrones en distintas gamas, máscara en las pestañas superiores, un poco de bronzer y un color berry en mis mejillas.
–¿Y cómo eligen maquillarse las nuevas generaciones?
–Hoy, a las mujeres no les gustan las reglas y tratan de evitarlas, sobre todo entre las más jóvenes. No distinguen entre maquillaje de día y de noche, se ponen lo que les gusta y les queda bien con la ropa que usan. Como en la indumentaria, hay más vía libre para mezclar y combinar.
–¿Cuál es el mayor avance que propone la cosmética hoy?
–La incorporación en los maquillajes de ingredientes que mejoran la piel superficial e internamente. Te ves bien y te cuidás al mismo tiempo.
–¿Qué pensás de la cosmética orgánica?
–Está creciendo mucho. Actualmente, en medicina existe una interesante fusión entre Oriente y Occidente. No todo se puede curar con tes y hierbas, a veces se necesitan antibióticos. Y sucede algo similar con las cremas y los maquillajes. Está bueno que haya una combinación entre cosmética tradicional y más tecnológica, y orgánica o natural. Creo que hay lugar y razones de ser para ambos.
–Uno de los consejos básicos al maquillar es acentuar una zona de la cara y no todas. ¿Qué opinás?
–Coincido, lo mejor es resaltar una parte de la cara. Si usás mucho maquillaje en los ojos podés dejar los labios naturales, o al revés. Y si querés acentuar ojos y boca podés suprimir base y polvo. Hoy, mantener el maquillaje puro es la opción más moderna.
–¿Tu rutina de belleza?
–Dormir una buena cantidad de horas es básico. En cuanto a cremas, uso la marca Eminence, de Hungría. El exfoliante es un producto esencial para mí. Lo uso en la ducha con agua caliente y lo retiro con agua fría. También, luego de lavarme la cara a la mañana, me pongo ácido láctico porque me ilumina y es algo que lleva pocos minutos. Creo, además, que los masajes faciales regulares estimulan los músculos de la cara y son muy buenos, sobre todo, para las caras más maduras.