Dos zapateras que asumen el desafío de producir con bajo impacto ambiental
Desperdicio cero, packaging reciclable, moldería y hormas propias, las premisas de la firma de calzado Acento de Autor; sus creadoras, Ana Muños y Aldana Torchia, diseñan zapatos a partir de un estudio ergonómico
Son conscientes de que la industria del cuero está cuestionada por contaminante, por eso tratan de hacer zapatos de manera responsable: desperdicio cero y packaging reciclable. Las diseñadoras Ana Muños y Aldana Torchia, crearon Acento de Autor, una firma que ofrece zapatos con moldería y horma propia en busca de brindar una mayor comodidad a partir de un exhaustivo estudio ergonómico, y con la intención de poner en valor oficios casi perdidos. Sus zapatos hechos a mano desafían al tiempo, están fuera de las propuestas de tendencia e invitan a repensar nuestro vínculo con las cosas.
–¿Por qué eligieron diseñar zapatos?
Ana Muños y Aldana Torchia: –Es nuestro punto en común, antes que socias somos amigas. Nos conocimos estudiando Diseño de indumentaria en la Asociación Biblioteca de Mujeres (ABM). Luego cada una hizo su camino, pero conservamos el deseo de hacer algo juntas. Fue una sorpresa descubrir que compartimos el mismo interés por los zapatos, ninguna de las dos proviene de familia con tradición zapatera.
–¿En qué se especializaron?
A. M.: –La base de nuestra marca es la comodidad. Siempre vimos con asombro lo acostumbradas que estamos a usar zapatos incómodos, tal vez por eso de que la moda no incomoda... Para lograr el producto que queremos trabajamos desde cero: diseñamos la moldería y desarrollamos nuestras propias hormas. El armado de las plantillas internas y, por otra parte, la nobleza del cuero también nos ayuda. Nos involucramos mucho en todos los procesos, es lo que más nos gusta.
–¿Por qué ofrecen pocos modelos?
A. T.: –Apostamos a ediciones limitadas. Los zapatos acordonados son nuestro clásico. No hacemos colecciones estacionales, producimos modelos de invierno y de verano todo el año. Aplicamos el mismo criterio al uso de los colores: no seguimos las tendencias. Trabajamos con neutros más algún acento de color. En parte vienen determinados por el material, elegimos cueros elaborados en pequeñas cantidades para reforzar la idea de par irrepetible. La única materia prima importada que usamos es el charol porque en nuestro país no se fabrica.
–Los zapatos hechos a mano demandan un profundo conocimiento del oficio. ¿Les costó dar con los especialistas?
A. T.: –Es difícil encontrar buenos talleres y mano de obra zapatera calificada, los mejores no dan abasto. Al principio íbamos de un lado a otro, hasta que dimos con un aparador experto descendiente de italianos, Juan Sirianni. Con él aprendimos muchas cosas. Lamentablemente no encontró a quién transmitirle el oficio. A pesar de que cada vez existe más demanda de trabajos de calidad, el oficio se está perdiendo.
–¿Es valorado?
A. M.: –Los extranjeros aprecian el trabajo manual y artesanal. Los clientes locales más jóvenes, por lo general, no conocen las características de un zapato hecho a mano. Explicar cuáles son es parte de nuestra tarea. La atención personalizada también nos permite escuchar, es un ida y vuelta. Otra de las cosas que hacemos es informar acerca de los cuidados básicos, un producto de cuero bien hecho y cuidado dura muchos años.
–Para celebrar el primer aniversario de la apertura del local en Palermo, convocaron al director de arte Fran Rossi, que en colaboración con la fotógrafa Nati Petri, creó dos instalaciones
¿Cómo surgió la idea?
A. T.: –Nos gusta mostrar el proceso. Hace tiempo que venimos trabajando en algo nuevo y queríamos compartirlo. Estamos desarrollando una horma para los que serán los primeros zapatos con taco de Acento de Autor. Previamente hicimos un estudio de medidas ergonómicas para asegurarnos de que no estamos renunciando a la comodidad. Cada elemento de las instalaciones tiene sentido: la presencia de la madera responde a que nuestros tacos son de este material, las herramientas son las que usamos cotidianamente y los colores son los que elegimos para la nueva línea. Agregamos algunos tesoros, como antiguos marcadores de números en hierro.
–Mencionaron varias de las propiedades del consumo consciente.
A. T.: –Sí. Es que sabemos que la industria del cuero está cuestionada por contaminante, por eso tratamos de hacer de manera responsable todo lo que está a nuestro alcance. No entregamos cajas de cartón, por ejemplo. En su lugar diseñamos un packaging en algodón y cuero que se puede reusar. Para más adelante queremos incorporar un servicio que consiste en desarmar y volver a armar los zapatos cuando la suela ya no va más, es como un renacer que prolonga su vida útil.
–¿Qué otro planes?
A. T.: –Nos seguimos formando, buscamos perfeccionar nuestro principal interés: la comodidad al caminar. Por otro lado, estamos indagando en el cuero curtido con taninos vegetales, un proceso mucho menos tóxico. En este momento estamos desarrollando nuestros propios grabados para trabajar artesanalmente las superficies y reforzar la idea de edición limitada. Elegimos un camino más lento, pero seguro.
Instalación realizada con herramientas y materiales con que se construyen los zapatos por Fran Rossi y Nati Petri para Acento de Autor