Cómo es la experiencia de comprar ropa vintage por kilo en Alemania
Bajo las premisas de reutilización y sustentabilidad, una cadena ofrece prendas usadas al peso, según diferentes categorías
Leila Mesgarzadeh desarrolló la idea hace poco más de tres años y no para de crecer. Actualmente, la empresa de la cual es la CEO, PICKNWEIGHT, cuenta con nueve puntos de venta en las ciudades de Hamburgo, Berlín, Colonia y Munich.
Hoy cada vez más los locales de venta de ropa usada buscan innovar, ya no son esas tiendas polvorientas, con prendas descuidadas o en mal estado. Por eso, pasar un rato por uno de los puntos de venta de PICKNWEIGHT es toda una experiencia: la ropa está colgada en percheros a los que vale la pena darles una mirada, todo está ordenado por estilo y por color, en un ambiente decorado con viejos televisores, tocadiscos, relojes antiguos y máquinas de coser que la creadora de la marca consiguió especialmente en mercados de antigüedades.
La oferta de indumentaria es muy variada. En las tiendas se pueden encontrar desde piezas únicas de las décadas del 70 y 80, hasta prendas urbanas de uso diario, denim y vestidos de fiesta. Además, hay calzado, carteras y accesorios.
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Gran parte de los productos son de origen alemán, también venden ropa usada de diferentes marcas de Estados Unidos y Japón para tener una oferta más variada. “En total tenemos una circulación mensual de 17 toneladas de ropa, que serían aproximadamente unas 23 mil prendas” contó Cosmo Knudsen, Director Creativo y Encargado de Comunicación de la cadena.
La ropa se clasifica en cinco categorías diferentes identificadas con un color según el precio: las prendas marcadas con un punto rojo cuestan 25 euros por kilo, se puede encontrar en esta categoría hay jeans de Levi´s o Wrangler, trajes de cuero y buzos. Las que están en amarillo salen 35 euros por kilo y corresponde a camisas, chaquetas, blusas, pantalones y trajes de origen japonés. Los sacos de marca, vestidos y algunas prendas de los años 70 entran en el color naranja, a 45 euros por kilo. Las minifaldas, hot pants y shorts corresponden a la categoría verde, a 65 euros por kilo. El precio va aumentando a 85 euros por kilo para las prendas vintage de marcas reconocidas con punto violeta y a 95 euros, los vestidos y blusas de seda. Los zapatos, las carteras y los accesorios como bufandas, sombreros y cinturones tienen estipulados precios fijos. “Por ejemplo, según el peso, uno se puede llevar una remera desde 6 euros, un jean de marca a 22 o una camisa de seda por 8. Podés conseguir una campera de cuero desde 35 euros y una blusa por 4”, explica Knudsen.
Onda verde
Y no es solo una cuestión de la accesibilidad de la ropa low cost. Según comenta Knudsen, a la gente, además, le gusta comprar en estas tiendas porque allí confluyen tres cuestiones que hacen de la marca algo muy atractivo: el interés por lo sustentable, la originalidad de la moda vintage y una atmósfera que hacen de la experiencia de compra algo especial.
El público que elige PICKNWEIGHT es variado, desde personas interesadas en la moda consciente hasta fashionistas y buscadores de tendencias. “Para nosotros es muy importante que la propuesta que desarrolamos tenga que ver con extender el ciclo de vida de los productos a través de la reutilización. Esto permite ahorrar recursos como agua y energía, por ejemplo, que son muy necesarios para la producción de moda masiva con la que hoy también convivimos. Y, por otro lado, muchas veces ofrecemos piezas únicas de otras décadas y… ¿qué podría ser mejor que tener una prenda que nadie más tiene?”, dijo Knudsen.
Sin dudas pesar la ropa es una forma original de ponerle precio a aquellas prendas cuya historia es un valor agregado.
Los precios oscilan entre 25 y 85 euros el kilo, hay primeras marcas, lujo y piezas únicas antiguas