Chanel desfiló en Cuba
La isla está de moda y muestra exclusividad en un país que se enorgullece de la inclusión; un show lujoso que hasta hace poco era impensado que hoy pone el foco en momento crucial que enfrenta Cuba ante su apertura al mundo
Un desfile de lujo en un país que recién se asoma al mundo. Chanel mostró ayer por primera vez en América latina su colección Crucero 2016/2017. Lo hizo en el corazón del centro de La Habana, donde llevó una colección de vestidos de cóctel y ropa casual de verano. Las prendas tuvieron cierta inspiración en la elegancia del Art Decó de la Cuba pre-revolucionaria, o de una Coco Chanel de veraneo, muy chic y con más color de lo habitual, en un clima caluroso y húmedo.
La lluvia ligera atrasó un poco el show, pero no desanimó a nadie. El desfile fue en el bulevar céntrico del Paseo del Prado. El lugar fue pulimentado e iluminado especialmente para la ocasión, y tiene esculturas de leones de bronce fundido que custodiaron las pasadas de las modelos, que llegaron en 150 coches antiguos y desfilaron para la mirada atenta de la prensa internacional y las celebrities. Entre ellas, la actriz Tilda Swinton, Gisele Bündchen, Caroline de Maigret, Geraldine Chaplin, Langley Hemingway, la cineasta Deniz Ergueven Gamzem y las modelos gemelas cubanas Naomi y Lisa-Kaindé Díaz. Estuvo también un modelo que fue la novedad: el nieto de Fidel Castro, Tony, de 17 años. También asistió Mariela Castro, la hija del presidente Raúl Castro.
En tanto, fuera de la superficie que simuló una pasarela, la policía rodeó el área horas antes del espectáculo, y los residentes de la capital que quisieron ver de qué se trataba semejante evento no pudieron pasar, ya que tuvieron negado el acceso. Pudieron mirar, pero de lejos. Algunos pocos se asomaron a los balcones de los edificios cercanos al lugar y fueron testigos de un desfile histórico.
Las pasadas duraron 25 minutos. Chanel mostró materiales lujosos y looks de mujeres con sombreros panamá; muchas de ellas fumaron habanos al ritmo de la música local. La nueva colección del creativo alemán eligió este año motivos cubanos como inspiración: incluyó colores cercanos al verde olivo, el tono más asociado a la Revolución, boinas estilo Che Guevara e imágenes de almendrones, como se conoce a los viejos autos estadounidenses que aún circulan por La Habana, en varias prendas.
La noche terminó con un after party en la que todos bailaron al son de una banda afrocubana. El káiser de la moda, de 82 años, bailó con modelos mientras que su blazer de lentejuelas doradas reflejó las luces de la pista de baile.
Lo cierto es que Lagerfeld es amante de la cultura latina, y en este momento en Cuba el show del káiser tuvo tanto o más protagonismo que el comandante Castro.
Cuba de ayer y hoy
La colección Crucero se trata de una línea de ropa de entre temporadas que desde el 2000 la firma francesa la presenta fuera de París, en países más exóticos, como lo fueron Dubai, Singapur o Corea del Sur. El alemán Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel desde 1983, dijo que esta colección está inspirada en la "riqueza cultural y la apertura de Cuba".
Lo cierto es que para este país hasta no hace mucho tiempo el capitalismo era mala palabra. Y la moda parisiense representa (o representaba) principios muy alejados de los de la Cuba revolucionaria de 1959. Aunque muchos están felices por albergar el desfile de Chanel en la ciudad, otros son muy críticos. Las mercancías de esta casa de moda no se venden en Cuba y la mayoría de personas no puede ni siquiera soñar con adquirir un bolso que cuesta miles de dólares.
Durante muchos años los 11,2 millones de habitantes de la isla adquirieron la misma ropa y zapatos, de diseño poco vivo, y de estilo estandarizado. Con la caída del bloque soviético en 1990 llegó la crisis y los cubanos se tuvieron que vestir con prendas de segunda mano importada y vendida en tiendas estatales bajo el eufemismo de "ropa reciclada", que la gente bautizó como trapishopping (de trapo).
Durante los últimos 25 años, muy lentamente, esto fue cambiando y con una sutil apertura al mercado surgieron diseñadores de autor, que difícilmente pueden producir ropa con los costos de los textiles locales: muchos lograron generar un sello distintivo, pero con textiles que encargan del exterior a familiares o amigos. Alrededor de un 70% de los trabajadores cubanos trabaja para el Estado con un salario promedio de 25 dólares al mes. Pero entre opiniones encontradas, otros cubanos sostienen que el espectáculo de Chanel les da alas para soñar.