Chanel, de paseo por el Sena
Es uno de los desfiles más esperados en cada semana de la alta costura parisiense. No solo por la gran influencia que tiene la marca en la moda, gracias a sus emblemáticas creaciones y constantes recreaciones de su clásico tweed sino porque, como de costumbre, sus sorprendentes shows son espectaculares montajes de la vida real dentro del Grand Palais, espacio indiscutido en cada una de las presentación de Karl Lagerfeld para Chanel.
Esta vez fue la ribera del río Sena junto al edificio de la Academia Francesa del siglo XVII, símbolo de la cultura y lengua francesa. Siempre con montajes y reproducciones únicas como la que en otras temporadas montó en llamativas escenografías: la gigante Torre Eiffel, un típico jardín parisiense o un jardín botánico hecho en papel, algunos de los más recordados de la alta costura. Y lo mismo para sus shows prêt-à-porter que reprodujo un casino, supermercado, estación espacial, un data center, un aeropuerto y más.
Inmersos dentro del mundo literario y cultural francés, en un paseo entre buquinistas y el gran edificio, los vestidos y trajes en tonos oscuros y neutros, desde el gris, violeta, rosa, negro y hasta el blanco, fueron protagonistas. La encargada de abrir el desfile fue la joven top model del momento, la italiana Vittoria Ceretti, con un traje gris que llevaba un detalle bordado en los laterales, que caía del hombro hacia las mangas, en la gama del violeta. Las aberturas con cierre en las costuras de las mangas, al igual que en la falda, lideraron desde la primera pasada. Los brillos, plumas y pedrería bordados completaron en armonía cada look Chanel.
Con una clara reminisencia a los inicios de la marca se destacó, como siempre, el icónico tweed de Coco; las transparencias se asomaron con fuerza, un negro aterciopelado se impuso en vestidos al cuerpo de largo impactante y llamaron la atención pomposas faldas plateadas.
La pasada final estuvo a cargo la modelo de origen sudanés Adut Akech, que llevó un traje de pollera larga en verde claro con detalles florales en pedrería en las costuras, que repitió en la chaqueta. Ese trabajo artesanal también se vió en el tocado con velo, sumando el toque bridal al desfile. Un clásico con costumbres arraigadas, el director creativo Karl Lagerfeld acompañó a la última modelo y salió a saludar al público junto a sus ahijados, Hudson y Jameson Koenig, figuras habituales de la pasada final.
Entre las celebrities invitadas, se encontraba la modelo argentina Belén Chavanne, embajadora de la marca desde hace varios años, que lució un look setentoso de minifalda en tono suela y remera a rayas marineras.