Argentino en Milán: nació en Corrientes y hoy sus creaciones triunfan en Italia
Eduardo Pérez González Ocantos es de Goya, Corrientes. Vende sus vestidos y sus obras de arte por el mundo. Se ganó un lugar en Milán y, en 2018, se propone impulsar allí a diseñadores latinoamericanos
MILÁN
El multifacético Eduardo Pérez González Ocantos -oriundo de Goya, en la provincia de Corrientes- viaja por el mundo con sus pinturas -con caballos como protagonistas- y vestidos.
-Sos abogado, presentaste largometrajes en festivales latinoamericanos y, como si fuera poco, te insertaste en la moda internacional. ¿Cómo te identificarías?
-Soy un curioso del oficio creativo. No me siento un diseñador de moda. Simplemente me gusta jugar, experimentar con texturas y objetos. Parto desde la emociones. La moda me interesa como un canal de expresión. Y no veo por qué hay que encasillarse.
-¿Cuándo empezaste a diseñar indumentaria para la mujer?
-Comencé plasmando mis obras plásticas en botitas, junto a Diego de Biase, mi ex socio, desde su fábrica de calzado. Y bajo el concepto Sarah Jessy Jones –que representa los nombres de tres amigas– participamos juntos en varias ediciones de la feria Puro Diseño. Luego, realizamos una edición limitada de botas con la obra del artista Clorindo Testa. Y en 2016, con la obra de Luis Felipe Yuyo Noé, a quien admiro desde que comencé a investigar la pintura, hicimos una colección cápsula de vestidos.
-Quien te compra arte, ¿te compra ropa o son dos públicos diferentes?
-Mi trabajo se retroalimenta todo el tiempo. A veces se llevan un cuadro. Otras, una prenda.
-¿Cómo es tu modalidad de producción?
-Presento tres colecciones al año. Una en Buenos Aires. Otra en Transilvania y en septiembre, Milán. Además, mi trabajo permanente es el made to measure, aquello que mis clientas me demandan. Al hacer piezas únicas, también requiere cierto cuidado a la hora de comercializar.
La tecnología es fundamental para poder competir. Sin ella, se nos complica a la hora de innovar. Hoy, lo sustentable y tecnológico hacen la diferencia
-Llegaste a cumplir el sueño de todo diseñador: presentarse en la semana de la moda de Milán.
-Sí. El despegue internacional fue hace siete años, cuando me presenté en una feria de calzado. Al año siguiente, colgué 15 prendas en la feria Mipap, las cuales fueron adquiridas por Raffaela Curiel, la emblemática diseñadora italiana. Y tanto en 2016 como en 2017 participé en Mad Mood, la plataforma de moda que reúne diseñadores internacionales emergentes de todo el mundo. Y que figura en el calendario oficial de Milán Fashion Week.
-¿Qué nos falta para poder competir con el Made in Italy?
-La tecnología. Es fundamental a la hora de poder competir, o destacarse entre tantos diseñadores de Europa. Sin ella, se nos complica a la hora de innovar. Hoy, lo sustentable y tecnológico hacen la diferencia. El desarrollo de texturas es importantísimo para elegir materiales para trabajar. Y también las tecnologías, para cortar, imprimir y confeccionar.
-¿De qué se trata el proyecto 2018 que te lleva a invitar a diseñadores de Latinoamérica a Europa?
-Hace dos temporadas, en Milán, tuve la gran oportunidad de conocer a Mitichi Preda, el presidente del Fashion Week de Transilvania, que me invitó a presentarme con mis diseños, en Rumania. Feeric Fashion Week es considerada la semana de moda más importante de Europa del Este. Y todo se fue dando de forma tal que este año fui nombrado embajador para Latinoamérica. Esto significa que a partir del 2018, además de presentar mi colección en ambas pasarelas, Feeric Fashion Week, en alianza con MOOD, se ofrecerá un showroom para los diseñadores con el fin de atraer compradores y prensa internacional. De Argentina ya hemos convocado a Javier Saiach, Pía Carregal, Pimpi Smith y Ruma de María Giannone. Y, además, a Paulita Errázuriz, de Chile, y Emma Viedma, de Paraguay, entre otros. Me interesa ser un puente cultural entre el talento latinoamericano y Europa.