A los 85. Judi Dench se convirtió en la "chica de tapa" más añosa de la Vogue UK
La versión inglesa de Vogue con la octogenaria Judi Dench en su portada es más que una edición icónica, es también un feliz mensaje subliminal.
En ciertos casos la imagen es todo y en otros, la lectura que se hace de ella es más importante y la completa. Imagen y contenido deben ir de la mano y en este caso se llevan de maravillas. Con 85 años Judi Dench es la modelo de tapa más antigua de la versión británica de Vogue que marca un hito con una edición histórica. Y aquí modelo refiere a algo más que una definición común para una tradicional revista de moda.
La última edición es una apuesta más de su director editorial Edward Enninful quien desde su arribo a la cabecera se propuso darle imagen y voz a quienes no estaban en el radar habitual de una publicación del estilo. Desde su llegada el ganés marcó un antes y un después con imágenes que muestran los cambios en los paradigmas sociales a través de la moda. La tapa del mes pasado es desplegable y destaca a un grupo de 9 modelos de diferentes talles y razas que, a su criterio, celebran la diversidad. Para Enninful, quien vivió en carne propia la inclusión, es un tema sensible y fundamental que se visualiza mensualmente. "Cuando digo diversidad, quiero dejar claro que para mí nunca se trata sólo de blanco y negro" comentó en el editorial escrito de su propio puño y letra. Por eso junio tiene una nueva inclusión.
El valor de la edad
Una mujer con muchos años en la tapa es una apuesta llamativa que puede ser exitosa y se potencia si tiene el backup necesario. Vogue UK lo hizo con Dench. Lejos de considerar cualquier opinión contraria, el plano corto de la actriz destaca el buen impacto de una imagen fresca, cercana, amigable, sabia y honesta. El pelo blanco está ahí con las arrugas que denotan edad y experiencia. Vida vivida. El vestido estampado de Dolce & Gabbana que asoma es apenas un detalle. Dench, cuyos papeles van de Shakespeare hasta James Bond y un Oscar a los 64 en el bolso, reconoce y acepta la edad que tiene e interpreta el mejor personaje donde realmente brilla a través de su edad, sus arrugas y ese importante mensaje que brinda a las mujeres de hoy.
En un momento sensible como el actual donde la finitud de la existencia se ubicó en primer plano, reconocerse y aceptarse como somos vale el doble.
La moda requiere cuerpos que le den vida, personalidades que la replanteen, la cuestionen y la sigan consagrando. En los 80 y 90 Jeny Howorth estaba en el pináculo de su carrera de modelo porque marcaba un nuevo estereotipo de belleza. No era una modelo más. Entre tantas colegas ampulosas de melenas envidiables se hizo un lugar con un look poco tradicional respecto de sus compañeras. Su imagen andrógina estaba amparada por su pelo rapado y teñido de rubio platino y audacia que marcó un precedente y juró sentencia para su lado. Cuarenta años después, con 56, el año pasado durante la semana de la moda de Londres, volvió a la pasarela de la mano de la diseñadora Simone Rocha en un desfile que marcó una conversación entre la inclusión y la diversidad con prendas que hilvanaban y celebraban el relato.
Hoy además de ciertos y específicos cameos de moda, ella y sus arrugas comparten historias en IGTV a través de su cuenta de Instagram: @jenyhoworth.
Pertenece a la generación silver, ese grupo de mujeres que saltó a la popularidad por convertirse en referentes a una edad que supera los 60. Daphne Selfe a los 70 volvió a modelar para una revista, consiguió contrato con una agencia y protagonizó campañas y desfiles. Hoy tiene 92 y desde que abrió @daphneselfe hace 7 años en Instagram se convirtió en una it woman. La melena canosa y las arrugas son esa belleza sin tiempo y un ejemplo a seguir. "Jamás consideré el botox, ¿por qué te pondrías un veneno en la cara?.... Nunca fumé y practico ejercicios de ballet y yoga todas las mañanas. También me gusta caminar y pilates" contó en exclusiva.
Aunque confiesa que prefiere salir a pasear con su nieta Jan de Villeneuve (@jandevilleneuve) nunca dejó de trabajar. Quien en los 60 fue retratada por David Bailey y Norman Parkinson también destaca en este siglo que demanda su imagen como nueva modelo. "Es agradable no preocuparse por estar a la altura del ideal de belleza física de nadie y ser yo misma, verme como yo misma" declaró a los 74 desde una pasarela.
Las flores no se marchitan
De repente y de la noche a la mañana la moda se encontró frente a un abismo, un quiebre con un futuro incierto. Sin experiencia previa hubiera sido imposible replantearse el porvenir. Una mujer octogenaria como Judi Dench es algo más que una tapa para promocionar una revista, también habla de esperanza y promociona el deseo de continuar. Simbolizar la vejez es algo más que una postura, es también generar deseo a futuro. ¿Qué necesita hoy la moda con tanta revuelta y replanteo? Mostrarse genuina, real y cercana. La foto de una mujer que peina canas con la calidad de persona que ella representa genera las ganas de ese abrazo actualmente en pausa por razones de distanciamiento sanitario. Dench acepta el desafío de ser modelo no solamente para su generación, también refuerza el sentido de actualidad y honestidad necesarios. También la industria editorial continúa siendo un elemento de comunicación confiable, es como volver a las raíces, a ese útero materno tan necesario cuando la inseguridad acecha.
Hablar de diversidad ya no es una postura para quienes necesitaban mover el avispero de la moda para sacar algún provecho económico. Es transversalidad y convivencia sin tanta conveniencia. Contextualizar implica ubicar en tiempo y espacio, mostrar y honrar la edad llegó para celebrar una parte más del aparente mundo vacío de la moda.