La actriz, que fue su amiga y compañera de trabajo, recordó a la intérprete uruguaya a propósito de un homenaje que se le realiza en su país natal
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China Zorrilla está más viva que nunca. En este 2022 se recuerda el centenario de su nacimiento y este fin de semana Uruguay, el país que la vio nacer en 1922 y morir en 2014, la homenajea con todo, en coincidencia con el Día del Patrimonio, en la otra orilla del Río de la Plata.
Y el programa Hablemos de otra cosa, de LN+, que conduce Pablo Sirvén, no quiso ser menos y para evocarla le pidió ayuda a una de sus mejores amigas y compañeras de trabajo en tantas obras: Soledad Silveyra. La idea empezó a tomar cuerpo en la embajada uruguaya en la Argentina, con el entusiasmo de su titular, Carlos Enciso, y del agregado cultural, Diego Pelufo. “Uruguay es un país que quiero mucho -subraya la protagonista de Dos locas de remate, la obra actualmente de gira que protagoniza con Verónica Llinás-; China era reuruguaya. Cada vez que llego a Montevideo veo esas formas democráticas y abiertas que respeto tanto.”
También se sumó con su propio testimonio Graciela Borges, otra primera actriz que trabajó mucho con la Zorrilla: “Tengo recuerdos maravillosos y al mismo tiempo siento que no se fue. Amiga entrañable de una profunda amorosidad. Creo que deberíamos filmar sus cuentos. La extraño con todo mi corazón, aunque China es de esos seres que no se van nunca, nunca, nunca. La tenemos en el centro del alma.”
En Uruguay, precisamente en estas horas, se suceden muestras sonoras, exposiciones, exhibición de algunas de sus películas y conversatorios que rescatan a esta maravillosa figura, también con la presencia para evocarla, en Montevideo, de Luis Brandoni, Carlos Perciavalle, Mario Morgan y de Solita Silveyra, la entrevistada de esta semana del ciclo de LN+.
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“Me gustaría que fuéramos un coro para celebrar su nacimiento”, nos dice la protagonista de Pobre Diabla, aquella exitosísima tira romántica de Alberto Migré que protagonizó, muy jovencita, con Arnaldo André. Fue por ese trabajo que Solita y China se conocieron, y nunca más se separaron. A Zorrilla le tocó en aquella novela hacer de Aida, la inefable madre del personaje de Solita. “Desde ese momento nació una amistad profunda, casi maternal”, recuerda Silveyra. Y agrega: “Volvíamos loco a Alejandro Doria, el director. Tengo muchas fotos de Pobre Diabla y siempre la estoy mirando”.
Los recuerdos de Solita se alternan, en Hablemos de otra cosa, con videos en los que China Zorrilla habla de sus orígenes y del amor. También se ven algunos de sus trabajos más emblemáticos en el cine como Esperando la carroza y Elsa y Fred. Sobre la escena dramática en la tira Vidas robadas, de Telefe, Solita cuenta que debió grabarse varias veces porque China, ya muy mayor, le costaba retener la letra. “En esa escena es la primera vez que tomo conciencia cuando una actriz se va olvidando. No lloraba por el personaje sino por nosotras cuando perdemos la memoria. Tiene esa profundidad y por eso es inolvidable para mí.”
“Era una mujer -describe Solita- con una empatía enorme. Nos entendíamos muy bien. Como directora daba libertad y sabía bien lo que quería. Me dirigió varias veces. Fuimos muy felices.”
Durante la emisión también se aprecian objetos muy queridos y personales de la Zorrilla que en Montevideo están siendo subastados. Y hay dos joyas para deleitar a los televidentes: China recitando la “Milonga para los orientales”, de Jorge Luis Borges, y “En paz”, de Amado Nervo.
Como Silveyra vivía en el piso de arriba del departamento de Magdalena Ruiz Guiñazú, desde su balcón, que da al amplio jardín que perteneció a la periodista que falleciera recientemente, la evoca contando una anécdota risueña de los últimos tiempos y su homenaje íntimo cuando se acercó a su lecho de muerte a darle su último adiós.
Hablemos de otra cosa se emite los viernes, a las 22, por LN+