La jueza federal de San Isidro criticó a Sergio Berni y se expresó molesta con haber sido apartada de una causa
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Sandra Arroyo Salgado, jueza federal de San Isidro, participó de Hablemos de otra cosa, el programa que conduce Pablo Sirvén en LN+, se refirió una vez más a la muerte de su expareja el fiscal Alberto Nisman y aseguró: “Hubo un entorno muy complicado alrededor”.
Durante el programa, cuestionó los dichos del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien había deslegitimado la pericia de la Gendarmería, que recreó las condiciones de la muerte violenta del fiscal. El funcionario bonaerense dijo que se trató de “una payasada”, pero respecto a esto, la jueza indicó que -aunque él lo niegue- “un peritaje interdisciplinario es una prueba”. Arroyo Salgado fue contundente hacia el ministro de Seguridad bonaerense: “‘Es una payasada’ es un calificativo que habla más de Berni”. Y agregó: “Subestima lo que hay en la investigación. Sin duda no tiene acceso al expediente”. También, insistió en que en ese caso “desde el día uno debió haber intervenido la justicia federal”.
Últimamente, también quedó en medio de otra polémica tras ser apartada “de manera muy llamativa” de la causa en la que investigaba los posibles nexos entre el fiscal Claudio Scapolán y el narcotráfico, al identificar a sus letrados como excolaboradores de Cristian Ritondo, cuando estuvo al frente de la seguridad bonaerense durante el gobierno de María Eugenia Vidal. “No es mi voluntad perjudicar la carrera política y profesional de nadie -se defendió Arroyo Salgado-, pero asumieron una defensa que está vinculada con una asociación ilícita”.
A pesar de haber pasado por situaciones difíciles, además del caso Nisman, aseguró que nunca se sintió condicionada. “Recibí amenazas gravísimas por quien después fue detenido con un cargamento del narcotráfico”, contó. En otro momento, expresó preocupación por el avance del narcotráfico. “En el último tiempo llegó a los tres poderes del Estado”.
La magistrada abrió las puertas de su casa en la zona norte del Gran Buenos Aires a LN+ para pasar revista de distintos temas relacionados con la Justicia, hoy puesta en la picota por distintas razones desde el oficialismo. “Hacen declaraciones y valoraciones que no les corresponden; es un poder que no tiene la suficiente independencia”, dijo.
Arroyo Salgado se sintió atraída por la abogacía desde los diez años, tal vez porque fue testigo involuntaria de la larga disolución del matrimonio de sus padres. “Tuvieron un divorcio muy controvertido; eso me marcó bastante”, reveló. Fueron, recuerda, siete años bravos. Reconoce que le encantaba ver la serie norteamericana Petrocelli y que también contribuyó a que abrazara la abogacía.
Hace ya 32 años que su vida pasa por los Tribunales. Antes de desempeñarse como jueza fue defensora. También trabajó un tiempo en el Poder Legislativo, pero en el Ejecutivo, nunca.
Si tiene que buscar un punto de partida del deterioro de la Justicia, Arroyo Salgado no lo duda: “La decadencia moral de la Justicia se produce con el gobierno menemista”. Y agrega que desde entonces “la justicia federal comenzó a estar muy dependiente del poder político”.
También reconoce que si no hubiese sido abogada le habría gustado ser periodista. “El periodismo cumple una importantísima función. Necesitamos de un periodismo ético, serio y responsable”. Pero también ve luces y sombras en la tarea de informar. “Muchas veces las investigaciones del periodismo contribuyen, pero también condicionan el quehacer de los funcionarios y los letrados”, dice respecto a cuando la prensa se adelanta y da a conocer un hecho que puede favorecer a imputados o procesados que son investigados en un expediente.
Y hace autocrítica: “El desprestigio del poder judicial es indudable; tenemos un Poder Judicial que está en crisis”. En esta línea, se mostró en desacuerdo con la actual conformación de la Suprema Corte de Justicia: “Tenemos una Corte que no cumple con el cupo de género ni con una representación federal”, señaló, aunque tampoco avala la ampliación que pretendía el oficialismo, primero de llevar su número a 25 miembros y luego a 15. “Me parece un exceso”, opinó. “Lo ideal es que haya una auténtica representación federal y que se cumpla con la cuestión de género”, insistió.
Exmujer de Alberto Nisman, con quien tuvo a sus dos hijas, y que la Justicia determinó que fue asesinado en enero de 2015, subraya que “en lo personal fue terrible, fue aprender muchas cosas de golpe. Me enseñó a inculcarles a mis hijas valorar los momentos y vivirlos con intensidad. Como jueza me hizo dar cuenta de aquellos equívocos en mi carrera”.
Hablemos de otra cosa se emite los sábados, a las 22, por LN+
LA NACION