El filósofo dijo que “el odio a la política es característico de los regímenes autoritarios” y cuestionó a Alberto Fernández por tener como paradigma de la democracia al gobernador Gildo Insfrán, “un hombre que lo único que quiere a su alrededor es silencio y sumisión”
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A 10 días de las elecciones y con la campaña caliente, el filósofo Santiago Kovadloff estuvo en LN+, y reflexionó: “La política es la posibilidad de intercambio de pareceres en libertad y la búsqueda de consensas y disensos. El odio a la política es característico de los regímenes autoritarios”.
En línea con esto, tras escuchar el editorial de Alfredo Leuco titulado “El cristinismo odia al periodismo”, disparó: “Si el presidente de la República [Alberto Fernández] pudo considerar como paradigma de la democracia al gobernador de Formosa [Gildo Insfrán] o a Hugo Moyano, ¿qué puede esperar el periodismo de quien tiene su paradigma de gobierno democrático en un hombre que lo único que quiere a su alrededor es silencio y sumisión?”.
Al conversar con Leuco, Kovadloff proyectó: “¿Qué porvenir tiene el peronismo después de las elecciones del 14 de noviembre? Tengo la impresión de que, si va a ocurrir lo que pareciera, que es que pierda el kirchnerismo, lo que el peronismo tiene que remontar para volver a ganar credibilidad discursiva y una práctica política es tan enorme”. Así, el intelectual observó que “hay una disconformidad peronista con el kirchnerismo”, y retrucó: “También es cierto que hay un enorme silencio peronista en relación al kirchnerismo”.
Kovadloff criticó lo que considera un doble discurso del oficialismo. Advirtió que hay “una grieta entre la palabra y los hechos” que “no afecta a quienes están dispuestos apoyar al Gobierno”. Y remató: “Se miente en la misma medida en que se dice lo que no se hace, y esto se llama hiperinflación”.
El ensayista analizó la postura que debería tomar la oposición en este contexto. Para él, “no son tiempos de sonreír”. De esta manera, remarcó la importancia de que esta facción de la sociedad, junto “a los sectores del peronismo con los que se puede dialogar, comprendan que lo que los espera no admite ningún acto de jactancia, invitación a la alegría, ni ningún proyecto que apunte a decir: ‘Somos gobierno, ahora sí”. Según sostuvo, el mensaje debería ser más bien una “invitación al trabajo, al esfuerzo, a la compresión del sufrimiento y a la no demagogia”. Kovadloff se detuvo en este último punto, y definió “la demagogia consiste hoy también en el optimismo desmedido”.
LA NACION