En un nuevo comienzo de su programa, el periodista Alfredo Leuco se refirió a las declaraciones del escritor Mario Vargas Llosa hacia Cristina Kirchner. “Es la responsable de utilizar al estado como botín de guerra y agencia de colocaciones para sus militantes”, aseguró el conductor de LN+.
A continuación, el editorial completo de Alfredo Leuco
Mario Vargas Llosa tiene razón.
Histórico combatiente contra el diablo del nacional populismo, el Premio Nobel de Literatura dio en la tecla. Apuntó con precisión a Cristina, como la máxima culpable de gran parte de los problemas de la Argentina. El exquisito escritor dijo que: “Argentina es rehén de un grupo de autoritarios encabezados por Cristina Kirchner”. Su deseo es que en las próximas elecciones, los ciudadanos con su votos, le extiendan el certificado de defunción política a la nefasta experiencia kirchnerista y que eso sirva como impulso para las reformas de mayor necesidad y urgencia.
En su riguroso diagnóstico, Vargas Llosa definió a nuestro país como “un total sinsentido” porque “tiene todos los recursos naturales y humanos para ser líder en lo económico” pero el cristinismo nos “mantiene en el atraso, la inflación y la pobreza, haciendo flamear un anti capitalismo obsoleto y deshilachado”.
Las impactantes declaraciones fueron difundidas por Gerardo Bongiovanni, titular de la Fundación Libertad en cuya cena anual participará el intelectual peruano radicado en España.
La reflexión de Vargas Llosa lo llevó a decir que: “Me resultó tan triste como difícil de creer que los argentinos le hayan dado otra oportunidad al kirchnerismo en el 2019. Los resultados, tristemente, eran esperables. Argentina sigue sin encauzarse en un sendero reformista y mantiene el mismo hiper estatismo que ha marcado su historia en el siglo XXI”. Vargas Llosa confesó su afecto por nuestro país porque “cuando era chico lo miraba con admiración por haber derrotado el analfabetismo y por haberse convertido en un faro cultural y económico”.
Comparto con Vargas Llosa que Cristina es la persona que más daño le hizo a la Argentina y la que más daño le sigue haciendo. Podría hablar horas para argumentar esto.
Los ejes centrales son la codicia por el poder eterno y el dinero ajeno que convirtieron sus gobiernos en cleptocracias cargadas de un nacional populismo agresivo contra la República. Pero Cristina también es la responsable de utilizar al estado como botín de guerra y agencia de colocaciones para sus militantes. Tienen todos los ministerios y las cajas más millonarias sembradas de soldados de La Cámpora, muchos de los cuales ni siquiera tienen los requisitos correspondientes. Como si esto fuera poco, Cristina sostiene un sistema mafioso del sindicalismo que frena todo tipo de inversiones y que también se enriquece dejando en la pobreza a los trabajadores. No es casual que este sea el cuarto gobierno kirchnerista y las cifras de la pobreza y la indigencia, la inflación galopante, la desocupación y la inseguridad, son atroces y no paran de crecer. Siempre encuentran culpables pero gobernaron 14 de los últimos 18 años, con casi la suma del poder público. Sin embargo nos quieren convencer que en 4 años de gobierno de Juntos por el Cambio se generaron todas las calamidades.
Cristina se asoció y es cómplice de las peores dictaduras y las autocracias que más violan los derechos humanos, como Rusia, Cuba, Venezuela y Nicaragua. Encontró en el chavismo más primitivo y reaccionario la justificación de sus odios, resentimientos y mezquindades más profundas. Tiene secuestrado al peronismo y reducido a la servidumbre al presidente Alberto Fernández. Hace lo que se le canta. Es el único caso de una jubilada de privilegio que cobra más de 3 millones y medio de pesos. Gasta fortunas que pagamos todos los argentinos en viajes a Santa Cruz en los aviones oficiales y bate todos los récords mundiales porque todos los empresarios amigos, socios, cómplices y testaferros se enriquecieron en forma ilegal y colosal. Hasta los secretarios privados de Néstor y Cristina, Daniel Muñoz y Fabián Gutiérrez murieron con un patrimonio digno de magnates. Nunca nadie robó tanto y durante tanto tiempo.
Tengo 100 argumentos más para explicar porque soy tan duro en mi crítica política a la reina Cristina. Pero el valor que tienen las palabras de Vargas Llosa, lo dice todo.
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, es indomable, como buen intelectual. Pero si tuviéramos que asociar a Vargas Llosa con una sola palabra, esa palabra sería libertad. Es que su lucha política siempre ha sido contra todo tipo de dictaduras y autoritarismo. Desde Hugo Chávez a Jorge Rafael Videla. Desde Stalin a Hitler. Eso solo, más el genio literario que lo llevó a ser Premio Nobel, lo coloca en un altar de admiración.
Esa libertad y ese combate contra todos los prejuicios, fanatismos y las pacaterías de catedrales, contrasta con muchos de sus enemigos que no le llegan ni al tobillo. Cristina es casi su contracara. Son el agua y el aceite.
Sentí una gran vergüenza ajena cuando el kirchnerismo le quiso prohibir que inaugurara la Feria del Libro. Era la primera vez que lo iba a hacer un premio Nobel y encima, latinoamericano.
El talentoso peruano recordó amargamente aquel trago amargo. “En algún momento soñé con vivir un tiempo en Buenos Aires. Pero tengo un triste recuerdo de las últimas veces que fui. Un grupo de escritores encabezados por el director de la Biblioteca Nacional me quiso prohibir que hablara por mis ideas políticas. ¡Escritores! ¡El director de la biblioteca en donde estuvo Borges!”, dijo con asombro, Vargas Llosa. Parecen salidos de la Inquisición. Insisto con el concepto: fachos de izquierda.