Hoy un kirchnerista de buena fe, me paró por la calle y me preguntó: “Decime, Majul, ¿Qué deberían hacer, Alberto y Cristina para que gente como vos los deje de perseguir?”
Le respondí, sin dudarlo: tendrían que pedir perdón. No a mí. No a La Nación Más. A todos los argentinos.
“¿Y perdón por qué?”, me desafió.
Y empecé.
Perdón por el censo a medias. Por tantos feriados al cohete. Por no dejarnos trabajar en paz. Por la fiesta en Olivos mientras enterrábamos a nuestros muertos sin despedirlos como dios manda.
Por asfixiarnos con mas de 160 impuestos. Por el cierre de 23.000 pymes.
Perdón por haber instalado la fórmula presidencial contra natura que nos está arruinando la vida.
Por la inflación que los enriquece a ellos y nos empobrece y embrutece a nosotros cada día más.
Perdón a Pablo Musse, el papá de Solange. A la familia de Abigail. Perdón a las familias de los 90 muertos por la represión en el medio del Covid.
Por la cuarentena eterna.
Por los vacunados VIP como Carlos Zannini, Horacio Verbitsky, y el jardinero y la empleada de la casa de Cristina en El Calafate.
Perdón por mantener cerradas nuestras escuelas y universidades.
Perdón por el adoctrinamiento de Radetich y Baradel, los cuadernillos y los video juegos.
Perdón por la suelta de presos.
Por las miles de muertes que habrían evitado si hubieran contratado a tiempo la vacuna Pfizer. Por haberse burlado de los que pedíamos la Pfizer.
Perdón por haberles mentido a los jubilados.
Por haber llamado a Hugo Moyano “dirigente ejemplar”.
Perdón, debería pedir Cristina, por haberse ocupado solamente de sus causas penales, de su jubilación de privilegio y de trampear al sistema evitando que Luis juez integrara el Consejo de la Magistratura.
Perdón por la carta bomba que casi voltea al Presidente.
Perdón, que pida Cristina, por haber empoderado al irresponsable de su hijo, para hacer y decir cualquier cosa.
Perdón por haber prostituido a la militancia de La Cámpora con cargos, negocios y platita.
Perdón por haber manchado todas las causas nobles como los derechos humanos, la igualdad de género y la no discriminación.
Perdón por mentir una y otra vez, con los datos de la inflación y la pobreza.
Perdón por perseguir a periodistas y opositores.
Por haber creado 678, un programa de propaganda fascista, que incentivaba el odio contra cualquiera que no pensara como ellos.
Perdón por tanta corrupción.
Por Amado Boudou, Julio De Vido, José López, Ricardo Jaime, Lázaro Báez, Cristóbal López, los cuadernos de la corrupción, la ruta del dinero K y La Rosadita.
Perdón por estar provocando el mayor éxodo de argentinos desde la diciembre de 2001.
Por estar generando la mayor cantidad de pobres y analfabetos de la historia reciente de la Argentina.
Por haber incubado el más grande sentimiento de hartazgo, incertidumbre y desesperanza del que se tenga memoria.
Les diría: pidan perdón, terminen el Gobierno lo mejor que puedan, váyanse y si es posible, no se les ocurra volver nunca más.