En diálogo con Eduardo Feinmann en LN+, uno de los hijos de Roberto manifestó su dolor; “Los políticos tienen que estar en la calle con nosotros”, aseveró
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A Roberto Sabo, el kiosquero de Ramos Mejía, lo ejecutaron al dispararle a menos de 30 centímetros. Una de las balas le atravesó el corazón y la otra, los pulmones, tal como informó LA NACIÓN. Su caso golpeó a Ramos Mejía y puso, otra vez, el tema de la inseguridad sobre la mesa. En las últimas horas, las palabras de los hijos del comerciante resonaron con fuerza. Entrevistados por Eduardo Feinmann a la salida del velorio, Nicolás, uno de ellos, se le hablé directamente al presidente Alberto Fernández.
Si bien advirtió que “no quería politizar la muerte de su padre” y que “le chupa un hue...” la política, se enfrentó a la pregunta del periodista y remarcó la distancia entre la política y los argentinos. “Acá se puede putear a Macri, a Cristina pero a ellos los elige la gente y la gente los elige porque todos queremos vivir mejor. Ellos tienen que estar en la calle con nosotros, no escondiéndose de nosotros”, comenzó el joven.
Mientras hablaba, recordó un pensamiento que tuvo y que “no dijo en ningún lado”. “El otro día, Alberto dijo sobre Macri: ‘Yo habría podido arreglar con el Fondo [Monetario Internacional] pero no los podría mirar a la cara’. Me gustaría que venga a ver si me puede mirar a la cara a mí después de lo que pasó. Creo que no podría mirarme a los ojos ni a mí ni a mi familia”.
Cómo sigue la causa del kiosquero
Por el homicidio está detenido Leandro Suárez, de 30 años. Acorde a lo informado por LA NACIÓN, fue indagado por los delitos de homicidio criminis causae, robo calificado, portación ilegal de arma de fuego de uso civil agravados por la participación de un menor y hurto de vehículo.
Si bien Suárez se negó a declarar, le pidió al representante del Ministerio Público que “no pida la [prisión] perpetua”. “Me quiero morir”, indicó. El joven actuó junto a una cómplice de 15 años, motivo por el cual se agravó la causa.
Cuando fue detenido, la policía bonaerense secuestró un revólver calibre 22, dinero en efectivo y cinco celulares.
Cabe recordar que el homicida había sido liberado en agosto de 2020 tras haber estado preso durante cinco años y seis meses por un delito de hurto agravado.
Además, el pasado 4 de octubre había sido detenido en Ciudadela en el marco de una investigación por intento de robo de una camioneta en el partido de Tres de Febrero.
LA NACION