Tras cerrar dos centros, la titular del comedor Los Piletones contó anoche que las personas que se acercan a sus espacios en busca de un plato de comida piden “trabajo y estabilidad económica”
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Margarita Barrientos, la titular del comedor Los Piletones y otros espacios desparramados en todo el país, dice que habla mucho con la gente que se acerca a buscar un plato de comida. Cuenta que escucha cómo la mayoría le dice que quiere tener estabilidad económica. “Los veo y me dicen ‘queremos trabajo, no queremos que sigan los planes”, mencionó anoche en diálogo con Comunidad de Negocios por LN+.
Hace pocas semanas, la referente había manifestado su preocupación ante la falta de apoyo y abastecimiento por la que tuvo que cerrar dos comedores. “Se acrecentó mucho la demanda de gente que viene, todos los días incorporamos una o dos familias”, había explicado Barrientos sobre la situación actual en los comedores que dirige, en donde recibe diariamente a más de 7.000 personas “Muchos vienen por primera vez a pedir ayuda, no solamente de comida”, había precisado.
En diálogo con José Del Rio, se expresó sobre esto: “Me trajo mucha tristeza cerrar los comedores. Los padres soportamos mucho y nos duele que nuestros hijos no tengan un desayuno, un almuerzo, que tampoco están abiertas las escuelas donde tienen una merienda y un almuerzo”.
Luego de sus declaraciones públicas respecto a la situación de sus comedores y tras el cierre de dos de ellos, uno en Santiago del Estero y otro en la ciudad bonaerense de Cañuelas, reveló que tuvo una respuesta “inmediata” del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. “Gracias a Dios, él nos recibió y ya entre el martes y el miércoles estamos recibiendo los alimentos para Santiago, ojalá que así sea, porque es lo que nosotros necesitados para el comedor y para la gente que vive en los parajes”.
En esta línea, se refirió a los altos índices de pobreza que registra la Argentina. “Da mucha tristeza y sobre todo viendo que no tenemos mejora, es preocupante. Nosotros los números los vemos todos los días, los tenemos en la cabeza porque somos los que salimos a poner la cara cuando la comida no alcanza, cuando no tenés para comprar la carne, y todo eso”, expresó. Y agregó, con cierta indignación: “Los comedores no tendrían que existir, yo no tengo por qué elegir lo que la gente tiene que comer”.
Por último, pidió la colaboración de aquellos que quieran apoyar el trabajo de Los Piletones, en medio de la pandemia del coronavirus y de una pobreza lacerante. A pesar de este escenario, de las dificultades que enfrentó, Barrientos concluyó: “La esperanza está puesta en que vamos a salir adelante y esperemos que no sea muy lejano”.
Para colaborar con Los Piletones
CBU: Comedor Hogar Pile
LA NACION