El escritor y novelista comparó los ataques de Hamas, Hezbollah e Irán con las intenciones de Hitler hacia los judíos en la Segunda Guerra Mundial y criticó que algunos periodistas, artistas y académicos muestren “complicidad” con el “islamonazismo”
- 4 minutos de lectura'
El escritor Marcelo Birmajer habló acerca de la Guerra en Medio Oriente que tiene a Israel con diferentes frentes abiertos contra Hamas, Hezbollah e Irán y sostuvo que se trata de un conflicto a nivel mundial dado que, según consideró, estaría en juego la democracia. En ese sentido, el novelista trazó un paralelismo entre las intenciones de la Alemania Nazi de Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial con los propósitos antisemitas de las organizaciones terroristas y señaló que debería empezar a haber restricciones sobre la utilización de la bandera palestina en manifestaciones en Occidente: “Es igual que la esvástica”.
Entrevistado por Luis Novaresio en el ciclo +Entrevistas de LN+, Birmajer contó que estuvo la semana pasada en Israel durante los ataques con misiles que Irán y Hezbollah lanzaron contra territorio israelí. Habiendo sido testigo de lo ocurrido, analizó cómo se vive la situación allí: “Vi un pueblo entero, la gente manteniendo su cotidianeidad (...) Lo que uno percibe es que estamos en una guerra mundial en la que una democracia, la única en Medio Oriente que respeta la diversidad sexual, la libertad de elección y de expresión —con marchas, periódicos, y respeto a las minorías— se enfrenta a regímenes autoritarios”.
“Ha pasado un año desde que empezó esta nueva batalla del islamonazismo”, reflexionó y siguió: “No había judíos en Gaza desde 2005, ya que en ese momento se consideró mejor para la independencia que no hubiera presencia judía. Sin embargo, volvieron a haber judíos cuando Hamas los secuestró. Parece que no pueden dejar de matar judíos ni de atentar contra la democracia. Esta es una lucha entre la dictadura islamonazi, que quiere imponer su modo de vida al mundo, y la democracia liberal, que permite la disidencia, la libre circulación y la elección de nuestro destino”.
En ese sentido, el autor de Un crimen secundario, Derrotado por un muerto y El alma al diablo, entre otras novelas, identificó que los grupos terroristas que atentan contra Israel, así como los países que los financian se podrían calificar como “islamonazistas”. “El islamonazismo es islamofóbico, porque reprime la libertad de culto. No es una metáfora ni una interpretación. Hay una lógica en que, si exterminan al pueblo judío, se terminan los Diez Mandamientos, el legado del pueblo judío al mundo: no robar, no matar, no mentir. Las democracias están basadas en esos principios”.
Por eso, consideró: “Es necesario que todas las personas que defendemos la libertad, sin importar la religión, estemos a favor de la democracia y en contra de la dictadura islamonazi. También es fundamental que cada musulmán que defiende la libertad exprese su apoyo a Israel contra Hamas o Hezbollah”.
“Por ejemplo, Churchill y Hitler no son lo mismo. Si gana Hitler, te matan a ti y el mundo cae en las tinieblas de la opresión. Si gana Churchill, no será un mundo perfecto, pero habrá la posibilidad de seguir mejorándolo. Netanyahu es ahora mismo como Churchill. Israel es la Inglaterra asediada por el nazismo, y la República Islámica de Irán es el nazismo”, comparó Birmajer.
Asimismo, el también guionista opinó que “si cayera Israel, la democracia en el mundo también caería” y cuestionó las decisiones políticas en torno al conflicto bélico: “Incluso dentro de la política no hay una conciencia cabal de la batalla que se está librando. Estamos como Churchill en 1939, en plena soledad. Afortunadamente, Estados Unidos sigue siendo un aliado de peso, pero Francia, con Macron, está repitiendo el pecado de Petain, cediendo por temor a la población islamonazi que llega a Europa”.
Fue entonces que Birmajer planteó que se deberían empezar a tomar medidas para contrarrestar la visibilidad de los grupos islamonazistas: “Tenemos que empezar a aplicar las mismas restricciones que se usan contra la esvástica, pero con las banderas islamonazis. Deberíamos pensarlo como si, en plena Segunda Guerra Mundial, se agitaban banderas nazis en Nueva York. ¿Cuál habría sido la reacción de las autoridades? Deberíamos aplicar algo similar a los que llevan esas banderas, que en este momento es la bandera palestina, la cual representa a Hamas, no a un grupo palestino que defienda la libertad. Es igual que la esvástica”.
Por último, el autor de 57 años criticó a un sector del periodismo, académico y de las artes por actuar en “complicidad” o “colaborando” con el islamonazismo y los definió con una “tendencia autodestructiva”. “Hitler quería dominar el mundo, y Churchill lo enfrentaba. Hoy, algunos dirían que ambos tenían parte de razón. Pero nosotros recordamos que si Hitler hubiera dominado el mundo, se habría acabado la libertad”.
En esa línea, apuntó contra dirigentes políticos argentinos: “Hoy en día, existe una izquierda trotskista, como la de Myriam Bregman y Vanina Biasi, también académica universitaria en la Facultad de Letras, que Hamas mataría sin dudar mientras agitan banderas del islamonazismo”.
LA NACION