El periodista no pudo contener la indignación al enterarse que la nueva aeronave presidencial tiene restricciones para operar en varias provincias del país
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Un llamativo dato sobre el nuevo y controvertido avión presidencial que el Estado argentino compró para reemplazar al legendario Tango 01 sorprendió a Luis Novaresio, quien no podía salir del asombro. “No sirve para aterrizar en algunas provincias”, dijo el periodista sobre el flamante Boeing 757-256 color “crema del cielo” durante el pase de su programa Buen día Nación con el noticiero 8 am que conduce Luis Majul.
La operación para la compra de la flamante aeronave, aprobada por el presidente Alberto Fernández en diciembre pasado, fue por un total de 25 millones de dólares, de los cuales 3 de ellos se descontaron por la entrega como parte de pago del viejo Tango 01. La mitad del financiamiento para pagarlo se realizó a través de un crédito, a diez años, de la Corporación Andina de Fomento (CAF), que fue conseguido por el Ministerio de Economía.
Sin embargo, más allá de la polémica por el monto de la operación de la aeronave fabricada en el año 2000, expertos en aviación afirmaron que esa adquisición ha sido muy poco ventajosa por varios motivos, como publicó este jueves en LA NACION el editorialista Carlos Pagni.
Por ejemplo, a diferencia de los Boeing 737 que poseen Aerolíneas o empresas privadas como Andes y Flybondi, la nueva aeronave requerirá ser asistida en el exterior tanto para entrenamiento de su tripulación como para su mantenimiento.
Pero el dato que llamó la atención de Novaresio sobre el avión que compró Alberto Fernández es que la nave tiene un grave defecto en términos de su operación en territorio nacional. “El nuevo avión que compró el presidente no puede aterrizar en las pistas de Formosa, entre otras provincias, porque la pista no alcanza; o sea, hemos comprado un avión que no va a funcionar en la Argentina”, subrayó el periodista.
En este sentido, Novaresio comentó el artículo donde Pagni cuenta que el 757 tendrá serias limitaciones para aterrizar en muchos aeropuertos argentinos que no tienen el servicio de rampa adecuado. En cambio, los 737 no tienen esa restricción. “El federalismo sigue siendo una bandera peronista. Tanto que una de las recriminaciones que se le hacen al Presidente por haber comprado un Boeing 757 es que esa nave no podría aterrizar en Posadas, Santa Rosa, Santiago del Estero o Formosa. Ahora lo único que falta es que al alicaído Alberto Fernández, por meras razones aeronáuticas, Gildo Insfrán lo descalifique como ‘porteño hijo de su madre’”, escribe el conductor de Odisea Argentina (LN+).
“Como dice la nota de Pagni, todo esto es como para que Gildo Insfrán le diga ‘porteño hijo de mala madre’ a Alberto Fernández”, ironizó Novaresio, y cerró: “Están chiflados”.
Las mil máscaras de Sergio Massa, por Carlos Pagni
En su largo artículo sobre el zigzagueante periplo del ministro de Economía, Sergio Massa, Pagni le dedicó varios párrafos al nuevo avión presidencial y contó que en el Gobierno niegan las críticas que se le hacen a la flamante nave.
“En la Casa Rosada desmienten los reproches, alegando que los servicios de mantenimiento locales están saturados; que los talleres carecen de simuladores; que un 737 con tanques auxiliares para largas travesías cuesta 70 millones de dólares; que el 757 tiene menos limitaciones que su competidor para operar en pista; que el 737 es de manejo manual, con una tecnología muy anterior a la del 757; y que el costo de entrenamiento de la tripulación en el extranjero es mínimo porque se trata de una dotación muy pequeña”, detalló el periodista.
Y cerró: “Como suele suceder, en estas polémicas intervienen algunos prejuicios. Sobre el manejo de la flota presidencial pesan los escabrosos antecedentes de Leonardo Barone, su titular, señalado, entre otras fechorías, por haber administrado un hangar privado de altísima rentabilidad, derivada sobre todo de no pagar el alquiler. Barone fue el piloto de campaña de Alberto Fernández y hoy está a cargo de su escuadra aérea”.
LA NACION