En su columna de LN+, el periodista se refirió a las declaraciones del candidato presidencial de Unión por la Patria durante los últimos días y analizó su acercamiento con la vicepresidenta
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En su columna de LN+, Luis Majul se refirió a la actitud que tomó Sergio Massa durante los últimos días en el escenario político. Según el análisis del periodista, sus declaraciones y el acercamiento a Cristina Kirchner forma parte de una estrategia electoral para lograr retener la mayor cantidad de votos posible en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
Empezó la campaña del miedo, la amenaza y el apriete. Y no la encabeza Juan Grabois, como se podía esperar, sino el propio Sergio Massa, quien se acaba de cristinizar como ni siquiera lo hizo Alberto, cuando la jefa lo ungió como candidato. El muerto se asusta del degollado, diría mi Nona, después de escuchar a Massa preguntar “¿Cuál Patricia Bullrich?”
Desde Twitter, ni lerdos ni perezosos, los seguidores de Patricia le respondieron fuerte. Se preguntaron: “¿Cuál Massa? ¿El que iba a meter preso a los ñoquis de la Cámpora? ¿El que no creía en la justicia militante ¿El que repudiaba la dictadura de Venezuela y ahora no dice ni mu?”
Parece que ahora el ministro estaría siguiendo al pie de la letra el menú de los tres pasos de Antoni Gutiérrez Rubí. Lo explicó con lujo de detalles ayer en Más Nación Martín Rodríguez Yebra. Consiste en:
- Ultra kirchnerizarse hasta las PASO para que consolidar el voto del núcleo duro y que no se le escape ningún voto por izquierda.
- Girar unos grados a la derecha para la elección general, de manera que le sirva para entrar al ballotage.
- Y una vez en segunda vuelta empezar una campaña distinta, dependiendo de quién sea el candidato a vencer, si Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich.
Ayer, Bullrich, en vez de pegarle por debajo del cinturón, lo mandó a ocuparse de la inflación. Mientras tanto, el expresidente Mauricio Macri, a quien Cristina terminaba de calificar de mentiroso, le respondía a la vice con datos.
Datos que demuestran que la política energética del kirchnerismo fue un desastre y que el déficit comenzó en 2008, con el festival de subsidios que se sigue pagando con más inflación y falta de dólares. La vice lo había acusado de no instalar ningún gasoducto entre 2015 y 2019. Macri le enrostró: “¿Para qué iba a hacerlo, si nos había dejado sin gas para transportar? Su gobierno y el de su marido fueron desastrosos en energía, los peores de la historia: cayó la producción casi todos los años, multiplicaron las importaciones y los subsidios”.
La vice le había vuelto a pegar por debajo del cinturón al afirmar: “Ahora se entiende porqué su mamá lo castigaba antes de mentir”, aludiendo a un reportaje que le habían hecho a su madre, Alicia Blanco Villegas. Pero Macri, después de su explicación técnica, remató: “No se meta con mi madre, vicepresidenta, que fue una buena madre”. ¿Estaba sugiriendo, sin decirlo explícitamente, que Cristina no había sido una buena madre?
Por lo pronto, ayer la vice pugnaba por forzar una sesión para mañana, en el Senado, solo para permitir que una jueza de su preferencia, Ana María Figueroa, pudiera seguir ejerciendo su rol después de los 75 años. Es la única esperanza que le queda para evitar que la causa denominada Hotesur Los Sauces pase a juicio oral, donde tanto ella, como sus hijos Máximo y Florencia, fueron sobreseídos sin haber sido investigados.
Los acusan de haber integrado una asociación ilícita para lavar dinero, a través del cobro de alquileres ficticios de departamentos cuyo dueño era Cristóbal López y de la facturación por uso de las habitaciones de un hotel que administraba el testaferro de la familia, Lázaro Báez, pero que nunca se utilizaban.