El periodista de LN+ reflexionó en su columna editorial de La Cornisa sobre las dificultades que enfrenta el Gobierno y brindó números sobre la situación económica actual
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En su clásica columna de La Cornisa (LN+), Luis Majul brindó su análisis sobre la situación actual del Gobierno y las dificultades que enfrentan sus dirigentes, desde Alberto Fernández y Cristina Kirchner hasta Sergio Massa y Eduardo “Wado” de Pedro. Además, se refirió a la aparición de Máximo Kirchner en medios y la estrategia del kirchnerismo de cara a las elecciones de 2023.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
Suicidas. El nivel de irresponsabilidad del peor gobierno de los últimos 40 años está llegando a límites insoportables. Parece propio de comportamientos suicidas. Alberto Fernández está a punto de consumar lo que, en algún momento, el vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Arnold, para referirse a Néstor Kirchner, denominó “La venganza del bol**o”.
Tan humillado se siente por Cristina, tan resentido sigue por sus ataques, que, ahora, se niega a facilitar a su verduga la herramienta que le permitiría fragmentar a la oposición y seguir teniendo la manija: la eliminación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, denominadas PASO.
Cristina y Máximo descuentan que, aún sin PASO, el año que viene, a las elecciones presidenciales las ganará Juntos por el Cambio. El diputado lo dijo hace casi un mes, durante un asado en la casa de Martín Insaurralde, en Lomas de Zamora.
La mamá y el hijo trabajan para atrincherarse en la provincia de Buenos Aires, y así volver a impulsar una resistencia todavía más feroz que la que encabezaron desde el minuto uno contra Macri. Con más simulacros de huidas en helicóptero. Con el doble de toneladas de piedras de las que tiraron en diciembre de 2017. Sí. El doble.
Con Pablo Moyano tratando de evitar la cárcel. Poniendo como excusa el rechazo a una reforma laboral que activaría la economía y haría crecer el empleo. Se trata de gente tóxica, mentirosa y deshonesta, todos cómplices silenciosos de la debacle de la economía. Una debacle que se empezó a acelerar con el triunfo del Frente de Todos en las PASO, en agosto de 2019. Mirá el desastre que hicieron con nuestras vidas:
- En diciembre de 2017, el salario mínimo tocaba los 500 dólares. Ahora es de casi tres veces menos, 180 dólares.
- En diciembre de 2017, cuando se tiraron 14 toneladas de piedras, la jubilación mínima ascendía a más de 450 dólares. Ahora no llega a un tercio, porque no llega ni a 150 dólares.
- En 2019, Víctor Hugo Morales y otros periodistas militantes de C5N, más otro par de colegas que derramaban lágrimas de cocodrilo, se horrorizaban porque el dólar estaba por alcanzar los 40 pesos.
- Hoy lo tenemos alrededor de 300 y Gabriela Cerruti se enoja porque le preguntan cuando el dólar sube, pero nunca le preguntan cuando baja.
- En 2018, la inflación terminó en cerca del 50 por ciento.
- Ahora viaja al 100 por ciento anual, y ellos se siguen peleando con el avión en picada, mientras Cristina, Máximo y Massa intentan echarle la culpa de todo a Alberto y Martín Guzmán, como si ellos hubieran aterrizado ayer en el gobierno.
Tan urgidos y desesperados están, qué Máximo tuvo que superar su atávica fobia a los medios para darle una entrevista al inmoral de Roberto Navarro. Lo hizo con una bajada de línea tan oblicua que terminó de confundir más a la militancia, que ya no sabe para qué lado arrancar.
Máximo “Peligro” Kirchner se tendría que poner de acuerdo consigo mismo. Por un lado, banca a Massa. Por el otro, rechaza el acuerdo con el FMI. Porque no baja al recinto para evitar dar el quorum a una ley de ajuste, pero después aparece a las 5 de la madrugada para abrazarse con el ministro, con una sonrisa cómplice que podría desorientar a propios y extraños.
Por momentos me hizo acordar al protagonista de El encargado, una nueva serie de televisión de Star+, protagonizada por Guillermo Francella, un personaje sinuoso, con una máscara que te hace correr frío por la espalda.
Hoy, en su habitual columna de los domingos de LA NACION, titulada: Máximo y el trauma no resuelto de un juego infantil, Pablo Sirvén, se pregunta si el hijo de Cristina no seguirá atravesado por el resentimiento, porque el padre, de pequeño le pateaba los soldaditos que él ponía en fila. Además, analiza si eso estaría influyendo en su forma de hacer política. Pablo incorpora un detalle todavía más estrambótico. Máximo nunca a llama Cristina mamá o a Néstor papá. Los nombra Cristina y Néstor, como si él no fuera hijo de ambos.
Pero, ¿qué nos puede sorprender de un gobierno con un ministro del Interior que le dice al Presidente por televisión lo que debería hacer, casi de manera extorsiva? ¿Qué nos puede sorprender cuando el ministro de Seguridad le responde al ministro del Interior, pidiéndole a los periodistas que lo convenzan para que “se deje de joder”? ¿Qué nos puede sorprender de un gobierno que decide, con varios meses de anticipación, un aumento escalonado para las prepagas, y de buenas a primeras sale Cristina a decir que es inaceptable, como si fuera Myriam Bregman o Eduardo Belliboni? Están en cualquiera. Con una agenda que no le importa a nadie.
Tratando de aprovechar el triunfo de Lula para poner a Cristina en el lugar de expresidente perseguida que puede volver del lawfare para ocupar el sillón de Rivadavia. Intentando arrinconar a los tres jueces que podrían considerarla culpable de los delitos de corrupción en la causa Vialidad, con pedido de prisión incluido. Manipulando datos para hacerle creer a la gente que el atentado fallido contra Cristina fue financiado o impulsado por la oposición, aunque no hay un solo elemento que permita entenderlo así.
Haciéndose los progre con la victimización de los delincuentes, con el gobernador Axel Kicillof a la cabeza, a puro marketing y humo con las grandes operaciones mediáticas de super Berni, mientras los motochorros siguen matando a gente inocente, como sucedió con el empresario Andrés Blaquier, en Panamericana, la principal autopista de la provincia de Buenos Aires.
Tampoco esto nos debería sorprender, porque hace meses que vienen robando motos de alta gama, como lo demuestra el video que subió un usuario de Twitter, el primero de octubre, donde se ve como logró zafar, por segundos, del robo de su moto Kawasaki Ninja H2R, acelerando hasta 278 kilómetros por hora, en la ruta 8.
En este contexto, los massistas se quejan porque dicen que cada logro del ministro es opacado por malas noticias que el Frente de Todos no deja de producir. Como su cuñado, Sebastián Galmarini, director del Banco Provincia de Buenos Aires, quien destacó la negociación de la deuda con el Club de París, cuyo principal mérito fue patear el compromiso a los gobiernos que vienen.