En su editorial de LN+, el periodista analizó la decisión del Gobierno frente a las fallas de la empresa y la designación de Jorge Ferraresi; además, se refirió a la interna del oficialismo
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En su clásica columna de LN+, Luis Majul habló sobre la decisión del Gobierno de intervenir Edesur, luego de los reiterados cortes del servicio de suministro eléctrico que se vivieron durante el verano, especialmente durante las últimas semanas. Además, se refirió a la interna en el Frente de Todos y a las asperezas entre sus principales referentes.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
¿Para qué sirve la intervención de Edesur por 180 días? Parece otra bomba de humo, con el objetivo de mostrar que se está haciendo algo aunque hace años que no hacen nada. Para que no se hable, o se hable menos, del próximo índice de inflación, que superaría el 7 por ciento.
Para que tampoco se hable de la feroz interna entre Alberto Fernández y Sergio Massa, o de la otra feroz interna entre Aníbal Fernández y Axel Kicillof. Para decirlo mejor: entre el Presidente y Cristina Fernández de Kirchner.
Ayer, Carlos Pagni comentó que la intervención a Edesur es una jugada típica de los gobiernos populistas. Como no pueden solucionar los problemas, les echan la culpa a los demás. También planteó una duda razonable: ¿por qué aparecen siempre miles de usuarios de Edesur sin luz y no tantos de Edenor? ¿Acaso no cargan correctamente los datos?
Edesur ya estaba intervenido. Hace 14 años que Cristina puso a 30 personas del ENRE en la compañía y desde hace un año el Presidente agregó otro veedor.
Otra pregunta pertinente es ¿para qué pusieron a Jorge Ferraresi? ¿Qué sabe el intendente de Avellaneda sobre energía eléctrica? ¿Será por los servicios que le acaba de prestar al ministro de Economía al decir “Massa asumió un día antes de que nos tuviéramos que ir en helicóptero?”. Porque, entre otras cosas, ni siquiera sabe la conjugación correcta del verbo.
Son unos irresponsables. En las últimas horas, Massa hizo circular que si lo siguen operando, pega un portazo y se va. Aníbal Fernández ya decidió que iba a mandar a cerca de mil gendarmes a la provincia de Buenos Aires, sin consulta ni coordinación con su archienemigo Sergio Berni, y pasando por encima de Kicillof.
El país se está incendiando y ellos se lanzan granadas, como si estuvieran en el medio de una guerra lejana. La locura y la desesperación es total. No tienen soluciones a mano, ni tampoco un candidato a presidente aceptable para las próximas elecciones. Es más: su último recurso es prenderle una vela a Javier Milei para que le saque la mayor cantidad de votos que pueda a Juntos por el Cambio.