En LN+, el periodista analizó los dichos del Presidente, donde comparó a Nisman con Luciani; “Es un golpe contra todos los argentinos”, subrayó
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¿Hasta dónde son capaces de llegar, Alberto y Cristina? ¿Cuánto más bajo van a caer?
Porque Alberto, diciendo: “Lo que le pasó a Nisman es que se suicidó. Yo espero que no haga algo así el fiscal Luciani”. Parece algo más que una amenaza mafiosa. Es un golpe contra todos los argentinos.
Un atentado contra la verdad.
La justicia ya dictaminó que al fiscal Nisman lo mataron.
Lo determinó un peritaje de la Gendarmería Nacional en 2017.
Lo sentenció el juez Julián Ercolini.
Lo confirmó la Cámara Federal, integrada por Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia.
24 expertos se pusieron de acuerdo.
Concluyeron que, a Nisman, dos personas le pegaron, lo redujeron y le hicieron ingerir ketamina, antes de dispararle.
Explicaron que uno de ellos lo sostuvo por detrás, con una de las rodillas tocando el piso, mientras el otro llevó el arma hacia su cabeza, y le disparó.
Afirmaron que el mismo que le disparó dejó el arma en el piso, detrás del cuello de Nisman, y se retiró del baño sin pisar la sangre.
Escribieron que después, el otro, que lo tenía tomado de ambas axilas, lo depositó en el piso y lo acomodó.
¿Qué le pasó, en la cabeza y en el alma al presidente, ayer?
¿Cómo puede mentir así, desdecirse una y otra vez, frente a millones de personas, y levantarse a la mañana como si nada?
¿Y cuánto más bajo va a caer Cristina?
Por qué Cristina no dijo ni mu cuando lo metieron preso a Julio De Vido, cuando lo encarcelaron a Luis Delía, cuando lo privaron de la libertad a su Amado Boudou y sobreactuó su indignación cuando lo pescaron infraganti a su funcionario José López, con 9 palos, armas, y relojes de alta gama.
¿Cómo puede ser que Cristina haya callado después de que metieran presos a más de 20 de sus funcionarios y a varios empresarios kirchneristas, como Lázaro Báez y Cristóbal López?
¿No es un poco exagerado y egocéntrico decir que, ahora que Luciani pide una condena de 12 años de prisión, están atacando a todo el peronismo, a casi toda la clase política?
Cuando asesinaron a Nisman, nosotros pensamos que no se podía caer tan bajo como Aníbal Fernández, quien lo ensució de una manera perversa, después de muerto. Y no solamente a él, sino también a la madre.
Pero volvimos a sentir lo mismo, en las últimas horas, cuando vimos a Cristina ensuciando de manera gratuita, miserable, a uno de los jueces del tribunal oral de la causa Vialidad, Rodrigo Giménez Uriburu, solo porque su padre, el coronel, Héctor Giménez Uriburu, fue funcionario de los dictadores Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone.
Con ese criterio, ¿a ella habría que pedirle la renuncia? Porque su cuñada, Alicia Kirchner, actual gobernadora de Santa Cruz, fue funcionaria de dos comodoros y un brigadier, durante la dictadura.
También nos generó el mismo desprecio el hecho de que Cristina subiera a su cuenta de Twitter el obituario de Fabián Rodríguez Simón, por la muerte del cuñado de Luciani.
Pensamos, una vez más, algo que todos deberíamos preguntarnos.
¿Cuánto más bajo se puede caer para lograr la impunidad y la absolución de la historia?
¿Qué nivel de hipocresía y de cinismo se necesita para conservar el poder y que no se te caiga la máscara?
¿Somos conscientes, que desde que estos tipos tomaron el poder, se viven haciendo zancadillas y dando golpes por debajo del cinturón? ¿Nos damos cuenta del daño que nos hicieron con la cuarentena eterna, el bloqueo de la Pfizer, la suelta de presos, el cierre de las empresas, el aumento incontrolable de la inflación, el dólar a 300, y contando para arriba, y la irrupción masiva de miles y miles de pobres, a lo largo y a lo ancho del país?
¿Te parece digno de un presidente visitar el estudio de un canal de televisión, solo para hacer de abogado de la vicepresidenta?
¿Será cierto, como escribió hoy Luis Gasulla, que más que carpetear a su marido, Néstor Kirchner, con la fusión de Telecom y Multicanal Cristina estaba carpeteando, una vez más, a Alberto Fernández, y que por eso el presidente tuvo que decir que su vice es “muuuuy honesta”, con la ilusión de evitar males mayores?
¿Y no te parece una payasada, que mientras Sergio Massa ejecuta un ajuste de más de 200 mil millones de pesos, los chicos grandes de la Cámpora te digan que son felices, porque volvieron a encontrar un motivo para militar?
A nosotros nos daría vergüenza. Pero estos tipos, evidentemente, no tienen ningún límite.