Cómo los resultados de las elecciones en Santa Fe pueden llegar a proyectarse en otros lugares, de cara a los comicios nacionales
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En su columna de LN+, Luis Majul se refirió a los resultados electorales en Santa Fe y qué implicancia pueden tener a nivel nacional. Según el análisis del periodista, el desgaste del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner podría llevar a un resultado adverso para las aspiraciones del oficialismo en las elecciones de este año.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
¿Santa Fe preanuncia una fuerte ola de cambio? No lo sabemos con certeza. Sí está claro que el peronismo está perdiendo votos a lo loco, y que, además de Santa Fe, viene siendo derrotado en distritos impensados, como San Juan y San Luis.
Pero ayer, junto a Martín Rodríguez Yebra, en Mas Nación, nos hicimos una pregunta sencilla: ¿por qué pensaría tan distinto un ciudadano de Santa Fe que otro de la provincia de Buenos Aires, si la mayoría tiene, casi, los mismos problemas? Segunda pregunta ¿Empieza a ganar terreno el discurso de la moderación, encabezado por Horacio Rodríguez Larreta? Tampoco lo podríamos asegurar con certeza. Sí se podría decir que en Santa Fe no pegó ni tuvo éxito el tono agresivo y confrontativo de más denuncia que propuesta, del tipo “esto, conmigo, se acaba en cinco minutos”.
Quizá haya una razón bastante lógica que lo explique: en una ciudad como Rosario y una provincia tan castigada por el narco, la inseguridad y el miedo, es probable que la mayoría no quiera a dirigentes percibidos belicosos, sino otros mas tranquilos y consistentes, capaces de garantizar la paz.
Por supuesto: todo parece indicar que el peronismo todavía cuenta con una base cercana al 30 por ciento de los votos, y que la región centro es más anti kirchnerista que el norte grande, la Patagonia y la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el nivel de desgaste del oficialismo en el poder es más que evidente.
Para muestra basta un botón: ayer, mientras que Cristina y Sergio Massa se tomaban una foto-meme en el simulador de vuelo de Aerolíneas Argentinas para festejar los 15 años de reestatización de la línea de bandera, se publicaban los datos del desastre que estaban reivindicando.
Para que se entienda bien: una pérdida total de 8 mil millones de dólares desde que volvió al control del Estado, a razón de un promedio de 527 millones de dólares por año, con 150 empleados por cada aeronave, cuando en el mundo se trabaja con 100. Y mientras Cristina retaba a los argentinos que eligen colocar su dinero en el exterior y calculaba y que casi un PBI completo se encontraba fuera del país, muchos de los periodistas que la venimos escuchando desde hace años, recordamos como ella justificaba el pase de sus pesos a dólares, como si ella tuviera coronita.
Y también recordamos como Massa, quien ayer se subió al bondi de Aerolíneas sin beneficio de inventario, hace unos años decía que había que separar a los empleados honestos de los ñoquis de La Cámpora, con los que ahora está a los besos y a los abrazos cada cinco minutos.
¿Cuánto tiempo más se pueden ganar elecciones en base a la mentira, echándole la culpa al otro, mientras el país soporta la tercera inflación más alta del mundo y los índices de pobreza e inseguridad más desastrosos de los que se tenga memoria? Quizá no se puedan trasladar de manera automática los números de la elección en Santa Fe a toda la Argentina. O quizá estén mostrando el principio de un cambio rotundo y duradero.