En LN+, el periodista analizó el modus operandi del kirchnerismo, los fundamentos de la causa Vialidad y el rol del sindicalismo amigo del poder
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Las ratas que vas a ver dentro de un rato, entre los pacientes de un hospital público que Cristina Kirchner inauguró con bombos y platillos, son una metáfora de este gobierno.
Muestran la descomposición del país.
Cómo nos vienen mintiendo y robando desde hace 20 años.
Cómo no se hacen cargo de nada.
Cómo huyen de su responsabilidad.
Como las ratas.
Como si no fueran ellos los que están gobernando, sino un extraterrestre.
Como si no supiéramos que detrás de la falsa denuncia de proscripción, se esconde el miedo a perder por paliza.
La rata es un mamífero roedor, más grande que el ratón, voraz y destructor. Se adapta a cualquier ambiente: bosques, desiertos, lodazales y pantanos.
En el lenguaje coloquial, se define como ratas a las personas despreciables.
Y en la Argentina, se escapan como ratas los gobernadores peronistas de la sombra de Alberto, Cristina y Sergio Massa, separando sus elecciones de la elección presidencial.
Como rata por tirante huye Axel Kicillof de la candidatura a presidente. Se mueven como roedores, en el medio del basural de la pobreza, la indigencia, el narcotráfico y la inseguridad.
Siempre desconectados de la vida real.
El viernes Jony Viale hizo un ejercicio apasionante. Comparó la vida de estos delirantes, con un día en la vida de un argentino promedio. Un hombre que a las 6:30 amaneció, sin luz, porque se había cortado. Que a las 7 se lavó los dientes con una pasta que en febrero había aumentado el 28.2 por ciento. Que no pudo comprar muchos de los productos que más subieron su precio durante el último mes. Que a duras penas quizá pudo conseguir alguno de los 10 productos que más aumentaron en el último año. Que a las 8 tampoco pudo llevar a la escuela a su hijo porque en la provincia, el pasado viernes, algunos colegios suspendieron las clases por el calor. Mientras tanto, a la misma hora, el caradura de Roberto Baradel convocaba al acto en Avellaneda contra la mentirosa proscripción de Cristina.
Al “plenario” donde Máximo “Peligro” Kirchner, después de hacer una desgraciada comparación entre el calor extremo e Hiroshima, le volvió a hablar al Mequetrefe, como diría nuestra compañera Viviana Canosa, con quien enseguida vamos a conversar.
Por supuesto, el día, para ese argentino medio, terminó peor de lo que empezó.
Igual que el día de Elbio Noriega, el protagonista de la historia que en minutos nos va a contar Agustina Girón.
Elbio llegó a tener 4 locales propios y 20 empleados. Este gobierno lo convirtió en mantero, aunque todavía no se lo contó a su hijo mayor, porque le da vergüenza.
Ratas del poder, se les podría denominar.
Que viven como millonarios.
Volando a El Calafate en avión a un costo de 44 mil dólares por viajecito de ida y vuelta.
Con entre 20 y 50 custodias y dos autos blindados.
Con dos jubilaciones de privilegio que superan los 7 millones de pesos.
Jubilaciones de privilegio cuyo monto preciso no se puede determinar porque la Anses no responde a nuestros pedidos de información pública.
Por suerte, a veces, las ratas son atrapadas con el queso en la boca.
O las manos en la lata.
Como pudiste comprobar el jueves pasado, en un día histórico para la justicia, cuando los jueces del TOF 2 presentaron los fundamentos de la condena a Cristina, después del intento de humillación de la Reina de la Simulación. Gorini, Giménez Uriburu y Basso publicaron un texto excepcional, impecable, bien escrito, que consta de:
- 16.616 fojas.
- 114 declaraciones testimoniales, entre las que se encuentra la valiente comparecencia de nuestra compañera, Silvina Martínez, una de las testigos más asediadas por los abogados patoteros de Cristina y sus secuaces.
- Y 131 documentos oficiales y privados.
Los jueces enmarcaron la condena en “los vínculos promiscuos y corruptos” entre Cristina y su socio y testaferro, el contratista del Estado, Lázaro Báez.
Y agregaron información sensible:
- El decreto que Cristina firmó en 2009 y le permitió a Lázaro cobrar antes y sin control.
- La denuncia que presentó Carrió en 2008 y le pudo haber servido, a Cristina, ya presidente, para detener el sistema de corrupción.
- Las pruebas que se encuentran en otros juicios, como la de los bolsos de López, incluida las confesiones de rigor.
Estos jueces convalidaron la más grave acusación del fiscal Diego Luciani. La que demuestra que Cristina era la jefa de la banda: el cruce de mensajes y llamadas que terminó en el operativo “Limpiemos todo ya”.
Ahora mismo, en el peronismo, hay miedo.
Miedo de que la gente, como diría Perón, haga tronar el escarmiento.
Miedo a que el baño de sangre del narcotráfico en Rosario los termine de embadurnar, todavía más de lo que están. Porque los datos objetivos los convierten en cómplices funcionales:
- Las palabras de Aníbal Fernández
- Las cifras del aumento de homicidios que, la semana pasada, Berni no pudo rebatir.
- La responsabilidad del ministro de Justicia, Martín Soria, y de la interventora del Servicio Penitenciario Federal e integrante de Justicia Legítima, María Garrigós de Rébori. Porque son quienes facilitaron el ingreso de los celulares a las cárceles que se usaron para ordenar los asesinatos de decenas de personas.
- Las explosivas declaraciones de la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien pronosticó que a la provincia de Buenos Aires llegará el desastre de Rosario en breve, antes de contar, con lujo de detalles, un procedimiento que parecía salido de la serie Narcos.
Tienen miedo. Están desesperados.
Porque ¿qué otra cosa que la desesperación por instalar una enorme conspiración que no existió pudo haber hecho que Cristina acusara a una ex Miss Argentina, que trabajaba en el despacho del diputado Gerardo Milman, de haber participado del atentado contra su vida?
En este anticipo de la nota exclusiva que le hizo Luis Gasulla a Carolina Mónaco hay una parte de la respuesta.
Nos hicieron demasiado daño como para no ser castigados en las urnas.
Por eso.
Si las ratas en un hospital público te parecen insoportables.
Si la palabra rata para definir a ciertos dirigentes te parece insuficiente, mirá este clip de presentación de Viviana Canosa, antes de que empecemos a hablar con ella.
Es imperdible.