En LN+, el periodista analizó los movimientos de los dirigentes políticos más importantes y pidió que se ponga la lupa sobre ellos ante una situación económica endeble
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Ayer te contamos cómo el kirchnerismo había secuestrado al peronismo, y como, al mismo tiempo, el peronismo había colonizado al gobierno y al Estado. Y también de qué manera lo estaban destruyendo todos los días un poco. Con 47 millones de argentinos adentro.
Hoy nos vamos a preguntar “¿Quién le pone freno a estos tipos?”.
Y te vamos a contar algunos inquietantes detalles de la implosión del Frente de Todos, incluida la próxima movida de Cristina. Porque parece que, su próxima aparición, se viene en un tono parecido a la última vez que lo sacudió al presidente, cuando todos creían que se iban a amigar.
Porque ahora mismo, Alberto Fernández, Cristina y también Massa, siguen peleándose por la torta y el poder, mientras la inflación se multiplica todos los días un poco más. Hay malas noticias: ya se descuenta que la inflación de octubre superará el 6 por ciento.
Y también se acaba de descartar la compleja idea de la implementación de Precios Justos con etiquetas en cada producto, y el compromiso de que el valor de cada unidad se mantenga durante 90 días.
Es decir: igual que la quita de subsidios para las tarifas de luz que le habían prometido al Fondo Monetario y al resto de los argentinos, el ministro Massa termina anunciando medidas que no puede, no quiere, o no lo dejan implementar.
No estamos dando ninguna primicia si decimos que la administración del día a día es un desquicio. Ni que todo se va a empezar a desmoronar por el anuncio de Juan Manzur de su renuncia anticipada a la jefatura de gabinete. Porque ya, en julio de este año, Santiago Dapelo había revelado que el Jefe de Gabinete firmaba solo 30 expedientes por día, mientras que un año atrás, su antecesor, Juan Pablo Cafiero, despachaba unos 300. Y la divulgación de ese dato, dicho sea de paso, fue lo que terminó de convencer al tucumano que los amigos del Presidente lo estaban esmerilando. Y que debía regresar a su provincia.
Pero otras decisiones igual de inquietantes son las que hacen suponer que el gobierno está a la deriva. A una de ellas la acaba de denunciar el diputado Waldo Wolf, junto con un pedido de interpelación a Julio Vitobello. Parece que íbamos a comprar un avión nuevo y como nos arrepentimos, perdimos una seña de medio palo verde. Con medio millón de dólares se podrían pagar 3 mil jubilaciones mínimas. O 2.500 salarios mínimos.
Pero mientras nosotros nos distraemos con las peleas entre Máximo Kirchner, Pablo Moyano, los Gordos de la CGT, Alberto, Massa y Cristina, ellos agarran la lapicera y le mandan al gobernador que grita, pero no gobierna, Axel Kicillof, escuchá bien, transferencias discrecionales, por fuera de la coparticipación, por casi 250 mil millones de pesos. Es decir: casi mil millones de dólares, si se toma el dólar entre el blue y el precio oficial.
Esto representa casi un 80 por ciento de aumento en un año, y es un verdadero escándalo.
Si Mauricio Macri hubiera hecho algo parecido con el gobierno de María Eugenia Vidal, le habrían incendiado la provincia.
O le hubiesen tirado varias toneladas de piedras como las que le arrojaron a las fuerzas de seguridad en diciembre de 2017, cuando se aprobó la ley de actualización del sistema previsional. Dicho sea de paso: la anulación de esa ley, constituye el ajuste de las cuentas públicas más fuerte de este gobierno. Y les sirvió, a los cráneos de la administración nacional, para comerse dos meses completos de jubilaciones de todo el sistema previsional
Pero fíjate lo sospechoso de algunas de las partidas que salen de esta transferencia discrecional.
Para el ministerio de Educación:
- Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica.
Para el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat:
- Producción Integral y Acceso al Hábitat.
Para el ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca:
- Formulación de Políticas para la Agricultura Familiar y Desarrollo Productivo.
Vamos, ¿En serio nos quieren hacer creer que no es platita para el conchabo, la militancia rentada, o la caza de votos con vistas a 2023?
Y luego, hablando de la provincia, los patrulleros están hechos pelota, la policía se queja por el nivel salarial, y encima ni el gobernador, ni el ministro de Seguridad, Sergio Berni, se hacen cargo, por ejemplo, de la represión indiscriminada en el estadio de Gimnasia y Esgrima de la Plata.
Porque te recuerdo que Berni, horas después del desastre, dijo que él no era responsable por lo que hace cada uno de los 100 mil policías que conduce.
Y el gobernador, uno de los primeros que levantó la bandera de la desaparición Forzada de Santiago Maldonado fue cinco minutos al piso de la señal para oficial C5N para decir que Berni trabaja mucho, que a veces duerme en la oficina, y que no chorea con los negocios alrededor del narcotráfico y la inseguridad.
Como si esto justificara su ineficiencia. Como si todavía estuviera en una asamblea universitaria.
Pero eso sí: cuando la Ciudad de Buenos Aires quiere usar las pistolas Teaser para evitar que un desequilibrado mate a un policía o neutralizar a cualquier delincuente sin herirlo de gravedad, desde el gobierno nacional, para ingresarlas a la Argentina, les ponen todas las trabas del mundo, y obligan al ministerio de seguridad porteño a presentar un amparo para que las dejen ingresar.
Lo mismo pretendieron hacer con la toma de las escuelas de la Ciudad. Kicillof y Máximo Kirchner repitieron el mismo libreto: “se hacen los vivos con los pibes de 16 años”.
Pero no hablan de las viandas ni el sanguchito podrido en las escuelas de las intendencias peronistas, ni del régimen de licencias docentes que hace que en la provincia tener un día completo de clases sea una quimera.
Lo de Máximo, y Pablo Moyano, hay que decirlo, es la “alta política”: la oposición al acuerdo con el FMI mientras siguen manejando las cajas de las empresas públicas y los sindicatos. Los consejos de estadista a Alberto y a Cristina para que no se peleen más.
Y lo de Alberto, Massa y Cristina, es una lucha a cielo abierto y brazo partido para 2023. Atenti: porque el presidente ya demostró que él también tenía capacidad de daño.
Massa sigue entre la espada y la pared, porque no puede, no quiere, o no lo dejan, hacer lo que tiene que hacer: un ajustazo que sirva para detener la espiral inflacionaria y poner al relato kirchnerista patas para arriba.
Y Cristina sabe que si lo sigue esmerilando a Massa se puede ir todo a la “miércoles”, y al mismo tiempo está desesperada por inventar algo para evitar su condena en la Causa Vialidad.
Por eso es tan importante que Juntos por el Cambio, a través de un seguimiento sistemático de la gestión, les ponga un freno. Que dirigentes como Manes o Carrió abandonen la interna salvaje y se dejen de pelear. A nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires, donde por primera vez, la oposición aparece por encima del Frente de Todos, según la última encuesta de Management & Fit.
En este caso, con 36.3 por ciento en cabeza de Diego Santilli, 34.6 por ciento en la de Kicillof, 11.3 por ciento en la del candidato de Libertad Avanza y 8.5 por ciento en el caso de la Izquierda, si el candidato fuera Nicolás del Caño.