Quien gana las PASO el domingo que viene. Esa es la pregunta del millón. Hablamos con cinco consultoras. Todas trabajan para los principales candidatos. Esta es la conclusión que obtuvimos de las conversaciones:
- Ganaría Juntos por el Cambio. La suma de votos de los postulantes a presidente lograría, como mínimo, 2 puntos de diferencia.
- Obtendría entre 32 y 35 puntos, si se suman los votos de Patricia Bulrich y Horacio Rodríguez Larreta, o viceversa.
- Unión por la Patria quedaría en segundo lugar. Cosecharía alrededor de 30 puntos.
- Y sumaría entre 28 y 32 puntos, según a que encuestadora se le pregunte.
- Massa conseguiría entre el 23 y el 26 por ciento de los votos, y Grabois entre el 4 y el 7 por ciento.
Massa necesitaría ser el candidato individual más votado, y superar el 30 por ciento de los votos. Al mismo tiempo precisaría que Grabois midiera menos de 5 puntos, para no condicionar sus propuestas con vistas a la segunda vuelta. Eso explica la jugada desesperada de Malena Galmarini, que incluyó dos declaraciones improcedentes. Una: la confesión de que, desde su puesto de funcionaria pública, ayudaba un poco más a Tigre que al resto de los distritos. La otra: la antidemocrática idea de que votar por Grabois, por más chanta que sea el tipo, es un voto perdido:
Massa está enfurecido. Quiere que Cristina lo apoye de manera explícita y la vice, desde que se subieron juntos al simulador de Aerolíneas, no dice ni mu. Pretende que Kicillof lo banque por sobre el favorito del Papa, pero el gobernador no se la juega.
Por eso, ante una pregunta precisa de Néstor Ghino, un correcto periodista del Canal 12, de Córdoba, Massa mostró si verdadero rostro. Uno más parecido al de Néstor, de Cristina y de Grabois, de Moreno o de D’Elía que el de un candidato que busca el voto moderado.
Massa sospecha que Cristina planea una venganza tardía. La que no le pudo concretar cuando, en 2009, obtuvo, en Tigre, muchos más votos que la lista de candidatos testimoniales que integraban Kirchner, Daniel Scioli y el mismo Massa, quien por entonces era el jefe de gabinete.
¿Le hará tomar Cristina a Sergio un poco de su propia medicina apoyando por lo bajo al actual intendente de Tigre, Julio Zamora, en detrimento de la interventora de AYSA?
Pero tratemos de responder a la pregunta de quién ganará el próximo domingo 13. La última referencia válida para analizar es la legislativa de 2021. Entonces, el Frente de Todos sacó el 33 por ciento de los votos positivos, una de las peores elecciones de su historia. Y Juntos por el Cambio obtuvo casi el 42 por ciento, lo que hizo a sus dirigentes dar casi por descontado que volverían al poder en diciembre próximo.
En el medio, sucedieron tres cuestiones muy relevantes:
- Apareció Javier Milei, el estrambótico líder de La Libertad Avanza, quien hoy sigue bordeando los 20 puntos.
- Patricia le empezó a disputar a Horacio el lugar de candidato a presidente, con chances de ganar.
- Massa, el actual ministro de Economía con peores datos de gestión, se impuso como candidato a presidente por Unión por la Patria, un sapo que la vapuleada militancia no se termina de tragar.
Cuando me preguntan porque me negué a darle un beso y un abrazo a Grabois, el día en que me vino a saludar como si fuéramos amigos, respondí lo mismo que le dije a él: porque lo considero un falluto. Él lo sabe bien.
Cuando le convino dijo sin ponerse colorado que le hacía ruido la fortuna de Cristina y ahora, por pura conveniencia, grita que daría la vida por ella.
¿Pero qué razones objetivas habría para votar a Massa? Su desempeño como ministro es muy malo:
- Desde que asumió, el dólar blue pasó a costar el doble: de 291 a 574 pesos. Algunos pronostican que se va a acercar a los 600 pesos antes de las PASO del domingo que viene.
- El INDEC acaba de dar a conocer el nuevo índice de pobreza. Trepó al 39.2 por ciento. Se trata de 18 millones de personas. Y, desde que Massa se hizo cargo de la economía, se sumaron 2 millones de pobres más.
A Massa, a Cristina y a Alberto los defiende la portavoz del residente, Gabriela Cerruti, quien pasó de periodista incisiva a decir cualquiera cosa. Como que en la Argentina los chicos no pasan hambre.
Como todavía hay cientos de miles de cabezas de termo que compran las mentiras más burdas, es bueno presentar una vez más los datos de pobreza infantil por ciudad. Según el INDEC alcanza casi el 55 por ciento. Pero fíjate lo que pasa en Concordia, Gran Resistencia o los partidos del Gran Buenos Aires donde gobierna Kicillof.
Tampoco habría que votar a Massa si se ponen sobre la mesa los índices de inflación. Son los más altos desde 1983, si se exceptúan las dos hiper. Cuando el ministro llegó, se proyectaba hasta el 79 por ciento anual. Ahora se anticipa un mínimo de 120 por ciento y un máximo que no tiene techo.
¿Necesitas más datos? El domingo aumentó la carne un promedio del 20 por ciento. Elegí el corte que quieras. No te vas a equivocar.
Pero además, el aumento de la canasta básica de alimentos desde que Massa asumió es escandaloso: un 109 por ciento para los productos de almacén, un 123 para los de verdulería y un 74 por ciento para los de carnecería, que no incluyen, por supuesto, los incrementos de julio y agosto.
¿Puede ganar un candidato a presidente que además ministro de Economía con la inflación que se viene? Porque todo indica que la de julio va a superar el 7 por ciento, y la de agosto el 8 por ciento, según las estimaciones más conservadoras.
¿Qué valor puede tener la palabra de un ministro que te dice que le vamos a pagar la deuda el Fondo sin gastar un solo dólar de reservas, cuando todos sabemos que ya no hay reservas de libre disponibilidad en el Banco Central y que Massa está usando los dólares de los encajes, que son los de los depósitos de los ahorristas en esa moneda?
¿Cuál sería el acto de soberanía de pedirle prestados 1.000 millones de dólares a la Confederación Andina de Fomento (CAF) y 800 millones de dólares al Estado de Qatar si lo vamos a tener que devolver en menos de un mes, y con una tasa de interés superior a la que cobra, normalmente, el FMI?
¿Por qué habría que votar a Massa, si es otro de los que se niega a derogar y volver a promulgar otra ley de alquileres, en el medio de la crisis de oferta y demanda de inmuebles más grave de la historia?
¿Por qué habría que creerles a estos tipos, si cuando durante el gobierno de Macri se activó el aumento de tarifas decían que la Patria estaba en peligro y ahora, que en plena campaña electoral vienen incrementos de luz y gas por más del 400 por ciento con respecto al año pasado te meten miedo diciendo que si pierden te van a recortar tus derechos?
En un país normal, con una democracia funcionando a pleno, Juntos por el Cambio debería ganar por mucha diferencia.
Una parecida a la que le sacaron Alberto y Cristina a Mauricio Macri, en las PASO de 2019, de cerca de 16 puntos. ¿Te acordás?
Pero además de la aparición de Milei, hay otros dos fenómenos que explican la actual incertidumbre: los altos índices de abstención y la dificultad de las consultoras para medir la intención de voto.
Para tratar de comprender que es lo que puede pasar, reproduciremos conversaciones con dos de los consultores que por menos diferencia de vienen equivocando en los últimos años.
Uno me dijo: “La tengo a Patricia con tres puntos arriba de Horacio y a Jorge Macri con 3 puntos arriba de Martín Loustaeu. Pero es el margen de error. Y hay mucha gente que todavía no decidió "
El mismo encuestador me aclaró que:
- El hace encuestas presenciales y online.
- Que en las online el sesgo es muy fuerte a favor de Milei y de Bulrich.
- · Que en las online aparece Bullrich muy por encima de Larreta y en las presenciales Horacio le gana a Patricia por una mínima diferencia.
El otro consultor me aseguró: “Tengo a Juntos ganando por 4 puntos sobre Massa y Grabois y a Horacio por menos de un punto por sobre Patricia. Tengo a Kicillof ganándole a la suma de los votos de Santilli y de Grindetti por apenas dos puntos, con un alto porcentaje de indecisos”.
El especialista me explicó que de los consultados online el 80 por ciento se reconoció “politizado”. Pero que el nivel de politización entre los encuestados de manera presencial se reduce a un 40 por ciento.
Ambos coincidieron en que por esa razón ninguna consultora anticipó la enorme diferencia que le sacó Maximiliano Pullaro a Carolina Losada en Santa Fe. Aparecían, en la previa, casi empatados. Como se sabe, el ex ministro de Seguridad le terminó ganando a la senadora por más del 10 por ciento de los votos.
Santa Fe constituyó también un gran aprendizaje para los que compiten por la candidatura a presidente. Los votantes no los quieren ver peleados sino juntos la misma noche del domingo que viene, y trabajando al otro día para volver al poder.
Por eso Mauricio Macri, mañana, tratará de evitar dar un apoyo demasiado explícito a Patricia. Si ella pierde, el expresidente quedará fuera de foco. Y si ella gana, tendrá que trabajar para que Horacio y sus votantes militen de cara a la primera vuelta del domingo 22 de octubre próximo.