En LN+, el periodista analizó las últimas apariciones públicas del diputado nacional; “Alberto y Cristina tiran bombas de humo mientras el país se cae a pedazos”, sostuvo
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Este jueves te demostramos cómo Alberto, a más de 6000 kilómetros de distancia, y Cristina, desde su torre de marfil de la esquina de la corrupción, en Recoleta, se la pasan tirando bombas de humo, mientras el país se cae a pedazos.
Hoy te vamos a contar como Máximo Kirchner hace lo mismo, sentado sobre su millonaria herencia, hablando desde un país que no existe, y tirando estiércol contra todos y contra todo.
Como si no perteneciera al peor gobierno de la historia reciente.
Como si él tampoco fuera responsable de este desastre.
Como si continuara en la resistencia.
Como si fuera un opositor.
La diatriba fue pronunciada este mediodía, durante un acto, en Hurlingham en la “pre inauguración” de un hospital de PAMI.
Máximo arrancó atacando a los anti vacuna. ¿Un poquitito desenfocado el pibe, no? Pero de refilón le pegó a la televisión. Como si la tele, en su conjunto, hubiera planteado que la vacuna era veneno
Después agarró el manual de demagogia básica populista recordando a sus dos abuelas.
Enseguida les pidió a los “abuelos” y a “las abuelas” paciencia, porque parece que el hospital va a abrir recién el 25 de mayo del año que viene.
Y hasta se permitió hacer un chiste: “Paciencia, sino la vamos a pudrir”
Un chiste malo.
E inoportuno.
El mismo tipo de chiste por el que hace horas están masacrando a Federico Braun, de la Anónima.
Enseguida Máximo nos quiso sobrar a los medios de comunicación.
Aclararnos que lo que se presentó era una maqueta
Yo le diría, con todo respeto, a Máximo.
¿Para qué inauguran maquetas?
Pero eso no fue todo.
En un momento, el heredero aprovechó la volada, le puso a “Ah, pero Macri” el cartelito de machirulo y, en una pirueta estrambótica, defendió en un solo párrafo y de una sola vez a Luana Volnovich, Mayra Mendoza y Fernanda Raverta.
Como si la condición de mujer de las chicas de La Cámpora tuviera algo que ver con las sospechas de corrupción, la incompetencia o la lealtad Cristina como único atributo positivo
Después la cosa se puso todavía “mejor”.
Simplista, hiper ideologizado, decretó que, al igual que, para él, todo preso es político (incluidos Boudou, De Vido y Milagro Sala) todo gasto del Estado es inversión. Por lo tanto: no importa cuánta plata se gaste, y cuántos impuestos haya que inventar para seguir haciendo populismo.
Por lo demás, nos encantó que Máximo, el revolucionario que renunció a la jefatura del Bloque de Diputados del Frente de Todos, pero no a las cajas, hiciera mención al hospital que Néstor Kirchner inaugurara en Río Gallegos allá por 1995. Porque fue la misma excusa mentirosa que en su momento usó Cristina para decir que, como su entonces marido se atendió un par de veces allí, deberían dar a la familia el certificado Iram de defensa de la salud pública.
No tengo necesidad de recordarte que, después de aquella declaración, no solo Néstor, sino también Cristina, e incluso Máximo, se fueron a curar a los mejores establecimientos privados de la Argentina. Los que dan servicios a la medicina prepaga más cara del país: el Otamendi, Los Arcos y el Austral, de Pilar, por citarte a los más conocidos.
Es decir: no solo se hablan encima todo el tiempo.
También se mienten.
Y terminan creyéndose sus propias mentiras.
Pero volvamos por un momento a lo que importa de verdad.
A la inflación que se viene, que superaría el 5 por ciento.
A la suba del dólar.
A la escalada del riesgo país.
Mientras ellos les siguen hablando a su grupito de cabezas de termo, a sus periodistas militantes, a sus artistas que antes denunciaban que la patria estaba en peligro y ahora permanecen ciegos sordos y mudos.
Mientras el Presidente sigue bien lejos, contento porque Nicolás Maduro lo felicitó y “Juan Domingo” Biden no lo retó, mientras acá no hay un solo dato para ponerse contento.
Por nuestra parte, tratamos de desarmar, de mínima, un relato delirante por día.
Desde la historia del Gasoducto Néstor Kirchner hasta la Corte de 25 miembros que nos quieren meter por la ventana.
Desde la salida de Kulfas denunciando corrupción hasta su declaración testimonial decepcionante, donde el exministro desmiente que hubiera habido irregularidades y así ratifica que se pelean de mentirita.
Que a la hora de mantener el poder van a terminar todos juntos, aunque parezca que se odian.
Son unos hipócritas de manual, diciendo que todo lo que hacen, lo hacen para hacerte la vida mejor, al tiempo que te la van arruinando, todos los días, y en todo sentido, un poquito más.