En LN+, el periodista analizó el discurso de la vicepresidenta, sus dardos a su propio Gobierno y el manejo de las cajas
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Este lunes, después de soportar por enésima vez otro viaje tóxico al insondable ego de Cristina, llegamos a dos conclusiones. Una: no solo parece cínica, sino también una cobarde. Y dos: si ya se considera fuera del gobierno ¿por qué no se va?
A cualquier lado.
A su casa de El Calafate.
A su departamento del cuarto piso de la esquina de la corrupción.
O a Nueva York, donde podrá comprar el último modelo de iPhone con tarjeta o los dólares de la caja de seguridad Florencia.
Para la Real Academia, cínica significa mentirosa y descarada. Y cobarde quiere decir pusilánime.
¿De qué hablamos, cuando hablamos de cinismo? Ayer Cristina “blanqueó”, este no es su gobierno sino “el gobierno” de otros.
A confesión de parte, relevo de pruebas.
Ya pasó a la clandestinidad o la oposición.
¿Por qué no se va con lo puesto, y de paso pide la renuncia a los chicos de la Cámpora que, según el presupuesto 2021 manejaban todas estas cajas?
· Anses 3.900 millones de pesos
· YPF 262.000 millones de pesos
· PAMI 456.000 millones de pesos
· Aerolíneas Argentinas 63.500 millones de pesos.
· Secretaría de Inclusión social 114.000 millones de pesos.
· Ministerio del Interior 71.000 millones de pesos.
· Correo Argentino: 10 mil millones de pesos.
Eso, sin la inflación de este año, sumaba un total de 980.000 millones de pesos.
Sería coherente y digno que las soltaran ¿no?
Y si tan enojada está, con este gobierno ¿por qué no le dice a su hijo Máximo que, en vez de renunciar de mentirita a la jefatura del bloque, entregue la banca?
Si ella renunciara a la billetera, y previa auditoría, (porque en el kirchnerismo está lleno de manos larga, ¿vio?) quizá se ganaría el respeto de muchos que hoy pensamos que perdió su dignidad y su coherencia.
Pero no vamos a tener esa suerte.
Porque lo que hizo ayer fue tan sorprendente como esquizofrénico.
Minutos antes, con la misma convicción, tranquilizó a la militancia aclarándole que el Frente de Todos no se iba a dividir de ninguna manera.
Por eso: permítanos dudar de su valentía. Y de su coherencia.
También de su espontaneidad.
Estamos convencidos: cada cosa que dice o que hace, la dice y la hace con premeditación y alevosía.
Desde los mohines y la sonrisa hasta la ropa que se pone.
Cristina es la misma mujer que batió todos los récord de luto de una viuda ¿te acordás?
Lo empezó a usar con la muerte de Néstor.
Y se lo quitó, de manera completa, cinco años después, después del asesinato del fiscal Nisman. Te vas a acordar: apareció toda vestida de blanco, en una silla de ruedas, y con un perrito, blanco también, enviando, a todos y todas, señales de pureza.
¿Y ayer, Cristina, que hizo?
Primero, usó una fecha patria para que su secta siga imaginando que la patria es ella.
Segundo, se disfrazó de Manuel Belgrano.
Y lo remató poniéndose en el pecho no una escarapela, sino con un escarapelón. Un artefacto que parecía gritar: “¡LA PATRIA SOY YO!”.
Todo lo demás es para un psiquiátrico.
- Ellos gobernaron 14 de los últimos 18 años, pero Cristina le sigue echando la culpa de la inflación a Macri, a los empresarios, los medios, los gorilas, la derecha y la evasión.
- Ellos inventaron los planes sociales y los repartieron entre sus amigos. Los transformaron en votos cautivos. Pero Cristina ahora dice que hay que parar con la tercerización.
Pero ¿cómo? ¿Se enteró después de tantos años que los gerentes de la pobreza se quedan con un pedazo de los planes?
Porque si el Polo Obrero se guarda el 2 por ciento de cada beneficiario ¿Con qué porcentaje se quedará Emilio Pérsico, el Chino Navarro y su piquetero preferido, Juan Grabois?
Para que no nos tomen por imbéciles, mejor volvamos a los fallidos de Alberto mientras los papás les explican a los niños de que tratara la mítica película Garganta Profunda.
O mejor todavía, empecemos a analizar juntos porqué Cristina, al referirse a los magistrados que no les garantizan impunidad, ahora los considera afiliados al Partido Judicial, en vez de defenderse con argumentos lógicos.
Porque si estuviera tan segura de su inocencia, los enfrentaría sin fueros y sin jubilaciones de privilegio, fuera de un gobierno al que ya no siente suyo ¿no?