En su columna editorial de LN+, el periodista analizó la actitud de los principales referentes del oficialismo frente a la situación en Rosario y otras tantas problemáticas nacionales
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En su clásica columna de LN+, Luis Majul se refirió a las verdaderas preocupaciones de los principales referentes políticos del país. A pesar de la difícil situación en Rosario con el desembarco de fuerzas federales, y del resto de las problemáticas nacionales y provinciales, el periodista opinó que Cristina Kirchner y Axel Kicillof están enfocados en la reelección y no en los temas que deben resolver.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
Rosario se desangra, pero Cristina está más preocupada por el off the record que Alberto Fernández le dio a Navarro en el que habría dicho que si las cosas se acomodan de determinada manera, él podría pasar a la historia como el dirigente que habrá terminado con 20 años de kirchnerismo.
La inflación de febrero será superior a la de enero, pero a La Cámpora le importa un pito. En cambio, convoca a la militancia a una vigilia en los tribunales porque mañana, los jueces que condenaron a Cristina por corrupción y lavado de dinero, darán a conocer los fundamentos del fallo. Un fallo que la desestabilizó emocionalmente y la hizo cometer un error de principiante: anticipar que no se presentaría como candidata a nada.
No es proscripción. Es corrupción y demasiado cinismo. Tampoco nadie tiene que luchar para que vuelva, porque nunca se fue. Al contrario: sigue agarrada de los cheques del Estado, como lo evidencia el cobro de dos jubilaciones de privilegio, que ya estarían superando los $7.500.000.
Sigamos. La provincia de Buenos Aires es uno de los distritos con más pobreza e indigencia de la República Argentina. Sin embargo Andrés Larroque, el ministro de Desarrollo Social, se le pasa analizando la conducta del presidente, porque su jefa lo presiona para lograr que Alberto se baje de la reelección.
Y Axel Kicillof no es mejor que Larroque. Porque tiene la provincia incendiada, pero prefiere hablar de su posible reelección. Además de la pobreza y la indigencia, muchos barrios de la provincia se transformaron en amplias zonas liberadas, donde la Policía no llega, los patrulleros desaparecen y los vecinos se defienden como pueden, en medio de la impotencia y la indignación.
A miles de kilómetros de lo que le pasa a la gente, no solo dicen y hacen cualquier cosa, sino que llegan demasiado tarde, después de la muerte de decenas de mujeres, niños y bebés. Y lo que es peor: nos hablan a los argentinos como si fueran periodistas, o como si recién acabaran de asumir el Gobierno.